No queda duda que la tecnología ha transformado el mundo del trabajo tal y como lo conocíamos. ¿Qué hubieran pensado las personas del siglo pasado si supieran que en el año 2021 muchos estaríamos trabajando desde la casa, con horarios flexibles? No solo cambió nuestra manera de trabajar, sino también las habilidades que usamos e incluso los temas en los que trabajamos. A paso firme, la digitalización ha venido permeando los diversos sectores de la economía, un fenómeno que se ha acelerado exponencialmente a raíz de la pandemia del COVID-19. Este contexto ha potenciado el crecimiento de las plataformas de digitales de e-lancing, ¿pero cómo se posicionan los países de la región en este universo? Nuestro estudio ‘E-lancing’ en América Latina y el Caribe: ¿cómo conectar el talento digital con oportunidades globales? analiza las conclusiones, buenas prácticas y lecciones de un programa piloto de formación impulsado por el BID en El Salvador para conectar al talento humano de la región con estas plataformas.
¿Qué es e-lancing?
El concepto de freelancing, en donde las personas trabajan de manera independiente o autónoma para distintos clientes a la vez, no es algo nuevo. Ahora bien, las nuevas tecnologías han permitido llevar el freelancing a otro nivel, a través de plataformas digitales como Freelancer, Upwork y Workana que conectan a los trabajadores con clientes que pueden estar en la misma ciudad o del otro lado del mundo. Toda la comunicación entre clientes y trabajadores se maneja a través de estas plataformas, así como los pagos y la entrega de proyectos. Esto es lo que se conoce como e-lancing, y las personas que trabajan bajo esta modalidad se conocen como e-lancers u online freelancers.
La gran mayoría de la demanda en las plataformas de e-lancing está vinculada con desarrollo web y creatividad. Otras ocupaciones con demanda son aquellas relacionadas con escritura y traducción, ventas, y mercadeo. En términos de habilidades, las más demandadas tienen que ver con desarrollo web y diseño, seguidas de dominio de idiomas y aquellas vinculadas con atención al cliente. Las tendencias del primer trimestre de 2021 indican un incremento en la demanda de profesionales en tecnología blockchain, inteligencia artificial, desarrollo de aplicaciones móviles y sitios web. Asimismo, se observa un repunte de áreas que se habían visto afectadas por la pandemia de COVID-19, como atención al cliente y call centers.
A pesar del crecimiento de las plataformas de e-lancing, América Latina y el Caribe es una de las regiones con menor participación en esta economía. Las estadísticas sobre el número de e-lancers en nuestra región son difíciles de obtener, pero la evidencia que compilamos en nuestro estudio muestra que Jamaica es el país con mayor oferta de e-lancers por habitante, mientras que en términos absolutos, Brasil, México, Colombia, Argentina y Venezuela son los países con mayor número de e-lancers. Entre enero y marzo de 2020, las descargas de este tipo de plataformas se incrementaron un 30% en la región.
Un programa precursor de e-lancing para América Latina y el Caribe
En este contexto, en 2020 implementamos un piloto de formación en El Salvador para conectar a jóvenes con oportunidades de e-lancing. Una motivación importante para realizar este piloto fue encontrar nuevas oportunidades de generación de ingresos en la región, que a la vez permitan que el talento humano pueda seguir creciendo en sus países, sin tener que migrar. En esta búsqueda notamos una brecha entre la creciente demanda global por talento digital en plataformas y la escasa participación de América Latina y el Caribe en este ecosistema.
Al ser totalmente virtual, el piloto de e-lancing en El Salvador demostró que la tecnología puede ser una aliada para conectar a las personas con nuevas oportunidades de generación de ingresos. Esta capacitación teórica y práctica incluyó una orientación sobre las tareas específicas requeridas para trabajar en estas plataformas, como creación de perfiles, preparación de propuestas, determinación de tarifas e interacción con clientes. Además, un elemento importante del programa fueron los tutores, quienes monitoreaban el progreso de los participantes y les brindaban retroalimentación. En total, los participantes de este piloto presentaron más de mil propuestas de proyectos a clientes en países tan diversos como Alemania, Estados Unidos y Vietnam. En nuestro estudio compartimos los aprendizajes principales de esta experiencia.
¿Cómo expandir el acceso a las oportunidades de e-lancing?
La necesidad de habilitar nuevas vías para generar ingresos en los países de la región es imperante, sobre todo para las economías pequeñas y poco diversificadas en Centroamérica y el Caribe. ¿Pero cómo replicar un piloto como el que implementamos en El Salvador y ampliar su escala? Existen una serie de factores clave a considerar:
- Acceso a un computador con internet y dominio de habilidades digitales. Por definición, las plataformas digitales requieren que los trabajadores tengan acceso a un computador con conexión segura a internet de banda ancha.
- Dominio de habilidades técnicas. Cualquier programa que busque incentivar el trabajo a través de plataformas debe partir de analizar la intersección entre el talento humano disponible en el país y los perfiles con más demanda.
- Dominio del inglés. El volumen de ofertas a nivel internacional en inglés no solo es considerablemente superior al de las ofertas en español, sino que las tarifas de los contratos también son mayores.
- Tasa de conversión de propuestas. Dada la amplia demanda y oferta para algunos tipos de proyectos de e-lancing, no todas las propuestas realizadas a clientes se convierten en contratos. La tasa de conversión de propuestas en contratos varía mucho en función del tipo de tarea y plataformas.
- Apoyo de tutores. El apoyo de tutores es clave para mantener la motivación y mejorar el aprendizaje de los participantes, especialmente cuando la capacitación se desarrolla de manera virtual.
- Entorno legal, fiscal y regulatorio. En líneas generales puede decirse que los e-lancers entran en la categoría de trabajadores autónomos, lo cual conlleva distintas obligaciones fiscales según el nivel de ingresos percibidos. En términos de protección laboral y seguridad social, esto significa que no tienen acceso a beneficios, lo que los sitúa en una situación más precaria que la de los trabajadores asalariados formales.
Mejorando el posicionamiento de América Latina y el Caribe en las plataformas de e-lancing
Las plataformas de e-lancing han revolucionado el mundo del trabajo. Cada vez más empresas están evaluando sus necesidades de talento humano para identificar si la distribución del trabajo tiene sentido desde un punto de vista de negocio, para enfocarse en su área de experticia y determinar qué tareas se pueden tercerizar o, incluso, digitalizar. Asimismo, desde el punto de vista de los trabajadores, las nuevas generaciones tienen preferencias marcadas por romper con el paradigma de los trabajos que ofrecen poca flexibilidad y buscan entornos laborales con mayor desarrollo de carrera, más innovación y mejor balance vida-trabajo. La pandemia de COVID-19, y la consecuente aceleración de la transformación digital, solo intensificó esta tendencia. Así, las plataformas han encontrado una vía rápida para continuar su expansión.
Cómo se posicionará la región en esta nueva dinámica depende de las políticas que se tomen en torno al trabajo en estas plataformas de e-lancing. En nuestro estudio destacamos las ventajas que ofrece la digitalización para preparar a los ciudadanos para estas nuevas modalidades de trabajo. Además, resaltamos la necesidad de invertir en conectividad y de asegurar que las regulaciones laborales promuevan un entorno propicio a nuevas formas de trabajar con protección a los trabajadores. En esta nueva normalidad, los Gobiernos deben desarrollar planes para potenciar las oportunidades para sus ciudadanos, vinculando la inversión en capacitación con la cuarta revolución industrial y propiciando un nuevo ecosistema para impulsar el futuro del desarrollo productivo.
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