Lidia Huayllas atiende a nuestra llamada a penas sale de una reunión que requiere su puesto de subalcaldesa del Distrito 5 de El Alto, Bolivia. Lidia se hizo conocida por ser escaladora de montañas, pero la mujer aimara ha demostrado tener infinitas facetas y la voluntad para derribar infinitas barreras.
La conexión es frágil, pero lo suficiente como para poder hacerle las preguntas que tenemos desde que conocimos su historia y decidimos compartirla en nuestro evento Llegar a la cima: un testimonio de Lidia Huayllas, escaladora de montañas. Lidia empezó trabajando como cocinera de alta montaña, y un día, convocó a varias compañeras para hacer lo que nadie esperaba: pasar de ser quienes alimentaban y asistían a los escaladores a ser ellas mismas quienes conquisten las cimas.
Desde diciembre de 2015 el grupo de Las Cholitas Escaladoras escalaron cumbres como el Acotango (6.050 m.), los volcanes gemelos del Parinacota (6.350 m.), el Pomarapi (6.650 m.), el Illimani (6.462 m) y el más alto de Bolivia, el nevado Sajama (6.542 m.). A principios de 2019, enfrentaron el Aconcagua, de 6.960 metros.
¿Su próximo objetivo? Nada menos que el Everest.
El desafío de ser mujer e indígena
La ropa que Lidia y sus compañeras de las Cholitas Escaladoras usan para sus escaladas es casi la misma que ella lleva en cámara: un sombrero negro, falda y una manta bordada para cubrir sus hombros. Lidia destaca que mantener sus ropas tradicionales en sus travesías ha sido un punto importante en la defensa de su identidad: “En nuestro país había mucha discriminación hacia la mujer de pollera, a la mujer indígena”, explica. Lidia menciona que hubo grandes prejuicios para superar cuando quisieron empezar como cholitas escaladoras.
Al igual que muchos pueblos indígenas de todo el continente, la vida de Lidia no ha sido fácil. Los pueblos indígenas de Latinoamérica y el Caribe se enfrentan a niveles más altos de pobreza, falta de acceso a servicios básicos como agua y saneamiento, mayor prevalencia de enfermedades crónicas, así como diversas barreras culturales incluyendo lingüísticas. Además, para Lidia, el desafío al que se enfrentó fue doble: por un lado, por ser aymara, y por el otro, por ser mujer.
Lisette Arévalo, la entrevistadora de lujo que tomamos prestada de Radio Ambulante, guió esta corta pero apasionante entrevista virtual.
¿A qué prejuicios se enfrentó por parte de sus compañeros varones por ser mujer?
“Los varones no nos querían hacer subir, ellos decían “¿cómo puede una mujer de pollera estar guiando, como puede subir la montaña?”. Realmente se sintieron celosos, tal vez, porque también ellos han debido pensar que les sacaríamos trabajo. Hemos tenido que atravesar varias situaciones. Yo siempre decía “Vamos a demostrar con hechos, y no palabras”. Y así es como hicimos oídos sordos, y seguimos adelante. Ahora ellos ya nos han aceptado. Saben que las mujeres también podemos escalar, guiar igual que los varones también”
“Mi esposo siempre me animó, siempre estaba conmigo, dándome estas fuerzas que necesitaba. Cuando no quise seguir, siempre me decía “tu puedes alcanzar tus sueños, puedes alcanzar tus metas. Un rato solo va a ser que te discriminen, pero seguí adelante, y vas a ver que te van a aceptar”. Y tenía mucha razón. En nuestro país como ya nos vieron romper varias barreras, nos dan el lugar que nos merecemos las mujeres”.
Su historia ha recorrido el mundo: se ha publicado un documental sobre ustedes, se ha producido un podcast para Radio Ambulante. ¿Qué impacto cree que generó la historia de lucha y perseverancia de las Cholitas Escaladoras en Bolivia y Latinoamérica?
“Para nosotras el impacto ha sido muy grande. Realmente hemos podido romper esas barreras que había y hay en todo el mundo también. Nosotras hemos querido impulsar a todas las mujeres, ya que hay veces que estamos marginadas. Ahora somos conocidas en todo el mundo y saber que nuestra historia se ha escuchado y que ha levantado a muchas mujeres que estaban postergadas nos hace sentir realmente muy alegres”.
¿Crees que una historia como la suya, de perseverancia, puede terminar con prejuicios?
“Sí, había tantos prejuicios. Pero los superamos demostrando, nosotras hemos salido adelante, demostrado con hechos y no palabras. Los prejuicios quedaron atrás, ahora solo queda ir adelante.”
¿Qué reflexiones tiene de su trayectoria? Desde que era niña, a pasar a cocinar en las montañas, a ser cholita escaladora y ocupar un lugar de funcionaria pública.
“Yo me siento muy satisfecha de haber logrado todo lo que tengo. De niña he sufrido mucho. Y agrupar a las cholitas no fue fácil, pero igual lo he hecho. Realmente me siento muy satisfecha de haber alcanzado todos estos logros con las cholitas escaladoras. Y también ahora soy subalcaldesa, del Distrito 5 de El Alto. Ha sido muy duro lograr todo, pero nada imposible”.
Inspiración para seguir trabajando junto a los pueblos indígenas
La historia de Lidia nos fascina no solo porque ha superado una infinidad de prejuicios, sino porque lo ha hecho desde su propia identidad, sin renunciar a ella. En el BID creemos que la identidad indígena puede y debe formar parte de todos los esfuerzos que hacemos para impulsar el desarrollo de la región. Sabemos que no solo se trata de apoyar operaciones, sino también de escuchar y hacer partícipes a los pueblos indígenas, para que nuestros esfuerzos sean no solo para ellos, sino junto a ellos. Valorar, reconocer y promover su cultura y su conocimiento es la mejor forma para contribuir desde nuestro trabajo a su filosofía del buen vivir y desarrollo.
La conexión de internet eventualmente nos falla, y nos quedamos con ganas de mucho más. Pero las palabras que intercambiamos con Lidia nos dejan mucho qué pensar. Junto a otros compañeros que asistieron, coincidimos: “solo unos minutos les llevó para dejarnos a todos inspirados”. Esa es la fuerza de la historia de Lidia Huayllas.
Nadia Cervera Dice
Gracias por tu blog y por estos maravillosos contenidos. Enhorabuena. Un saludo.
Nadia.