Sin lugar a duda la realidad post-COVID será mucho más digital de lo que era nuestra vida cotidiana hasta ahora. Superada la crisis, las tecnologías digitales seguirán siendo indispensables para el futuro de las empresas, los gobiernos y, por supuesto, la ciudadanía. Aunque nos cueste reconocerlo, el lado positivo de la situación actual es que la pandemia nos obligó a ser resilientes e incrementó las ganas de innovar. Nos forzó a ponernos a la altura de una realidad que ya estaba aquí.
La crisis del COVID-19 cambió para siempre el mundo del trabajo. Si queremos que la región no solo supere la crisis, sino que se convierta en una oportunidad de transformación, es necesario asegurar que los y las trabajadoras de la región cuenten con las habilidades requeridas para encontrar empleo en la nueva normalidad. El problema no es sólo que estén desapareciendo empleos; sino que la gente no está preparada para los nuevos que se están generando casi tan rápido como los que se destruyen. Como no tenemos la mano de obra cualificada para atender la demanda de las industrias emergentes los países se ven limitados en su capacidad para innovar, crecer, competir y prosperar.
Crecer, competir y prosperar
Los avances tecnológicos están impactando la manera de trabajar, de aprender y de interactuar. El acceso y uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), como internet y telefonía móvil, se han hecho imprescindibles para expandir las oportunidades de las personas. Pensemos en un par de situaciones laborales concretas que se han vuelto frecuentes en los últimos meses: el teletrabajo, el aprendizaje en línea y las plataformas digitales. Aquellas personas que no manejaran con cierta fluidez las TICs, ¿crees que han podido transitar de forma eficiente al teletrabajo, participar en un webinar para ampliar su clientela a través de e-commerce o buscar oportunidades de ingreso a través de plataformas digitales de trabajo bajo demanda como Rappi o Workana? Lamentablemente la respuesta es negativa.
Las encuestas realizadas en América Latina y el Caribe revelan que no todos tenemos las mismas oportunidades frente a la tecnología. ¿Acceden hombres y mujeres por igual a las TIC? Y una vez que acceden, ¿de qué manera usan estas tecnologías las mujeres y los hombres? En la región hay una menor adopción de tecnologías digitales para actividades que tienen que ver con el trabajo y con trámites administrativos y de gobierno por parte de las mujeres en comparación con los hombres. La falta de conocimiento es la principal barrera a la brecha de género. Según datos de 6 países de la región, el 35% de las mujeres frente al 24% de los hombres reportaron no saber cómo usar un teléfono móvil inteligente y un 40% de mujeres frente a un 33% de los hombres reportaron no saber cómo utilizar internet. Aunque las brechas de género son mayores en la población adulta, no se limitan a ella. Un estudio sobre la población Millennial en la Argentina encontró que, en comparación con los hombres, las mujeres usan menos las tecnologías en su trabajo, tienen menos habilidades tecnológicas y estudian carreras menos asociadas a computación, sistemas de información o ingeniería.
Desarrollando talento
Los países de la región no se pueden permitir que la mitad del talento quede rezagada y sin aprovechar las ventajas que ofrece la tecnología para la recuperación económica post-COVID-19. Es un imperativo económico ampliar las iniciativas para capacitar a las mujeres en las habilidades requeridas por el mercado laboral. Desde el Grupo BID estamos ahondando esfuerzos parar cerrar la brecha de género en habilidades a través de estas estrategias, entre otras:
- Desarrollando habilidades desde la primera infancia y en los jóvenes de educación media y secundaria que componen la futura generación de trabajadores, en particular en las niñas. En Colombia, estamos trabajando en colaboración con el sector público y privado para romper con los estereotipos de padres, centros y educadores (que juegan un papel tan importante en las preferencias de niños y niñas), y promover el interés de las niñas en ciencias y matemáticas desde el preescolar (4 y 5 años). El programa Pequeñas Aventureras se ha implementado con el ICBF, Plaza Sésamo y la Fundación Carvajal, y trata de estimular el sentido de pertenencia al mundo STEM. Para jóvenes, estamos también apoyando al gobierno a través de la Consejería Presidencial y el ICBF en la implementación del programa Generaciones Sacúdete, la primera gran reforma de esta naturaleza que se implementa en la región, a través de la cual se ofrece formación a chicas y chicos en habilidades clave para el siglo 21 (incluyendo las digitales) y se les ayuda a conectar con oportunidades económicas.
- Facilitando la información, modelos de rol e incentivos para que más mujeres incursionen en carreras vinculadas a STEM. Hemos colaborado con la Secretaria de Educación Pública de México y con el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación de Perú ofreciendo orientación vocacional con perspectiva de género para incentivar a una mayor proporción de mujeres a estudiar carreras en áreas STEM.
- Apoyando iniciativas de upskilling y reskilling, que proporcionen a la fuerza de trabajo las habilidades pertinentes necesarias para conseguir y conservar empleos en un mercado laboral en plena transformación. Un ejemplo reciente de Guatemala es la plataforma de capacitación en línea She Works, en la cual se entrena y certifica a las mujeres en las habilidades y herramientas digitales más demandadas en el mercado laboral, y para luego conectarlas con oportunidades de trabajo en la nube para compañías locales e internacionales. En Paraguay se está desarrollando EmpoderaTech, un curso de alfabetización digital dirigido a las usuarias de Ciudad Mujer. Finalmente, en Chile acaba de lanzarse el programa Emprender Conectadas que busca crear un espacio de encuentro, aprendizaje y redes, en el cual las mujeres emprendedoras logren digitalizar sus negocios y articularse compartiendo necesidades, experiencias y soluciones.
- Fomentando el potencial de crecimiento de las emprendedoras STEM, porque con una mayor participación de mujeres creadoras de tecnología se desarrollarán mejores soluciones que respondan a nuestras necesidades e intereses. A través de WeXchange, una plataforma que conecta a emprendedoras STEM de la región con mentores e inversores, estamos fortaleciendo el ecosistema emprendedor.
Debemos ser más audaces para que la región no solo se recupere del impacto devastador de la pandemia, sino que pueda aprovechar la oportunidad que representa la aceleración de la transformación digital. Los gobiernos deben implementar políticas específicas que permitan cerrar la brecha de habilidades, y eso pasa por lograr que niñas y mujeres desarrollen todo su potencial.
Gilberto Moncada Dice
100% de acuerdo con el tema sustantivo y mensajes del artículo. Sin embargo, de otro lado, por ejemplo, en Perú, la pandemia ha visibilizado de modo dramático la falta de acceso al mundo digital de las personas que viven en áreas semi urbanas y rurales, afectando a hombres y mujeres por igual. Los estudiantes en Perú tienen que caminar a las colinas y cerrros cercanos a sus viviendas, subir a árboles, o migrar hacia ciudades para encontrar las señales de Internet. Muchos simplemente dejaron de estudiar dado que no hay clases presenciales. Igual, los trabajadores de municipios pequeños y de emprendimientos locales se ven afectados. La brecha de acceso a las TIC tiene consecuencias muy negativas. Sugiero, escriban un artículo sobre este tema. Saludos.