Parafraseando a un gran colega, la crisis y las medidas de aislamiento han resaltado la relevancia de las ”teles”: tele-trabajo, tele-medicina, tele-enseñanza, tele-happy hours y tele-cumpleaños. Hoy más que nunca el acceso y uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), como internet y telefonía móvil, son claves en asegurar que las personas puedan mantenerse informadas, productivas, seguras y conectadas con sus seres queridos y sus sistemas de apoyo. El debate sobre si el acceso y uso de las TIC es un lujo o una conexión esencial para la sociedad es cosa del pasado.
Pero, demos una mirada al panorama de América Latina y El Caribe antes de que se desatara la pandemia, ¿accedían hombres y mujeres por igual a estas tecnologías? Y una vez que tenían acceso, ¿de qué manera usaban estas tecnologías las mujeres y los hombres? Nuestro estudio reciente documenta las brechas de género existentes en el acceso y uso de las TIC, que sin duda, colaboran a magnificar las desigualdades que esta crisis ya está exacerbando. Contar con información sobre estas brechas es esencial para actuar, dirigiendo los esfuerzos de política en la dirección necesaria. Compartimos a continuación algunas consideraciones al respecto.
VENTAJA DE LOS HOMBRES EN ACCESO
Las brechas entre hombres y mujeres en el acceso a las TIC se encuentran a nivel mundial y son un reflejo de desigualdades de género ya existentes. En comparación con otras regiones en desarrollo, en América Latina y el Caribe, las brechas de género en el acceso a las TIC son pequeñas. Así, en el periodo comprendido entre 2017 y 2018, el porcentaje de acceso a internet en la región fue del 63% para hombres y el 57% para mujeres, mientras que el acceso y uso del teléfono móvil fue del 83% para hombres y el 80% para mujeres.
Sin embargo, cuando ponemos la lupa en el promedio de la región y se analizan estas brechas por país, encontramos grandes diferencias, en su mayoría a favor de los hombres, que varían desde 1 punto porcentual (en el caso de Chile) a 18 puntos porcentuales (en el caso de Perú).
Para entender más estas brechas, analizamos datos para seis países de la región (Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú), a través de la encuesta After Access. Esta encuesta recopila información detallada acerca de las barreras de acceso y el tipo de uso que les otorgan hombres y mujeres a estas tecnologías. ¿Qué observamos?
NO SÉ COMO USARLO, UNA BARRERA DE ACCESO
En cuanto a las barreras de acceso, si bien el costo de estas tecnologías es el obstáculo más relevante para mujeres y hombres, las mujeres reportan en mayor medida la falta de conocimiento sobre cómo usar un móvil o internet como una barrera adicional. Concretamente, un 35% de mujeres frente a un 24% de hombres reportaron no saber cómo usar un teléfono móvil inteligente y un 40% de mujeres frente a un 33% de los hombres reportaron no saber cómo utilizar internet.
EL USO MÁS LIMITADO DE LAS TIC de “ELLAS”
¿Qué pasa una vez que los hombres y las mujeres tienen acceso a estas tecnologías? Los datos de la encuesta también resaltan importantes diferencias en cuanto a cómo ellas y ellos utilizan los dispositivos digitales e internet. Las mujeres tienden a usarlos fundamentalmente para comunicarse; es decir, hacer o recibir llamadas y chatear. Por otra parte, se observa que los hombres además tienden a utilizar los teléfonos inteligentes para enviar correos electrónicos, acceder a los servicios de banca electrónica y buscar información sobre noticias, clima y transporte, así como para actividades de entretenimiento como escuchar música, ver videos y descargar juegos.
Asimismo, utilizan de forma más intensiva y variada las computadoras, tabletas y portátiles y hacen un mayor uso de internet para actividades de trabajo (revisar ofertas de empleo o poner el currículum en línea) y relacionadas con la administración (resolver trámites online o concertar citas).
ACTUAR YA CON MIRADA A FUTURO
La pandemia de coronavirus ha evidenciado la importancia de las tecnologías digitales para la continuidad del día a día de las personas, familias, sociedades, empresas y Estados. Las desigualdades que obstaculizan el acceso y uso equitativo a estas tecnologías afectan la capacidad de la región de hacer frente a la pandemia, lo que tiene implicancias para el desarrollo significativas.
A medida que navegamos la crisis del COVID-19, es importante asegurarnos de no dejar a quienes están menos equipados digitalmente aún más atrás en un mundo posterior al coronavirus. Conocer las brechas de género existentes en la región y las barreras que enfrentan las mujeres para acceder y usar las tecnologías es un importante primer paso. Es esencial que los gobiernos y empresas tomen medidas específicas que mitiguen las dificultades que experimentan las poblaciones más vulnerables que aún siguen excluidas de estas tecnologías, en este caso, las mujeres.
Descarga nuestra publicación y conoce los detalles