La flexibilidad laboral y los arreglos de trabajo flexible están en auge en el mundo entero. Estamos hablando de mecanismos que modifican aspectos del trabajo tradicional, como el lugar de trabajo y/o la jornada de trabajo y su distribución. Si bien existen desde hace varias décadas, la pandemia aceleró su adopción. Muchos países de la OCDE ya estaban preparados con regulaciones laborales que permitían y promovían la flexibilidad laboral en sus diferentes modalidades, mientras que, en nuestra región, aun hoy es algo incipiente en la regulación laboral, con la excepción del teletrabajo.
Países como Bolivia, Colombia, Perú y Uruguay permiten algunos otros arreglos como el promedio de horas de trabajo o los ciclos semanales, y en general, varios países tienen proyectos de ley que de una u otra forma introducirían flexibilidad a la jornada tradicional de trabajo. Por ejemplo en Chile, la reciente Ley “40 horas laborales”, además de reducir gradualmente la jornada semanal de 45 a 40 horas, incluye aspectos de flexibilidad como bandas de horario de dos horas para que madres, padres y cuidadores de menores de 12 años puedan anticipar o retrasar el inicio y/o salida del trabajo; o la posibilidad de compensar horas extraordinarias por hasta cinco días de feriado adicionales.
Pero, ¿qué necesitamos considerar para introducir y promover más flexibilidad laboral en América Latina y el Caribe?
Claves para impulsar la flexibilidad laboral en nuestros países
Desde la División de Mercados Laborales del BID proponemos algunos lineamientos claves a la hora promover arreglos de trabajo flexible en la región:
- Establecer los arreglos de trabajo flexible como un derecho del trabajador
- Fijar con claridad los límites de los arreglos de trabajo flexible para no imponerlos cuando son incompatibles con los procesos productivos; y
- Evitar reforzar estereotipos de género, por ejemplo en cuanto a la distribución de las tareas de cuidado en el hogar que profundicen las brechas y desigualdades que ya hay en los mercados laborales.
Y, más allá de la regulación ¿qué se puede hacer?
Una encuesta a trabajadores y a empresas que el BID levantó en la región en 2021, encontró brechas en el uso de arreglos de trabajo flexible, y diferencias entre las empresas que usan y no usan arreglos de trabajo flexible, así como entre sus trabajadores. Estas brechas se pueden reducir con medidas que cuiden que el uso de arreglos de trabajo flexible aporte simultáneamente ganancias en productividad para las empresas, y también de bienestar y acceso para los trabajadores, sin generar ni acentuar desigualdades en el mercado de trabajo.
La regulación es el marco dentro del cual se desenvuelven las relaciones laborales, pero más allá de las regulaciones, es mucho lo que se puede hacer desde la política pública para promover que los arreglos de trabajo flexibles estén al alcance de muchos más trabajadores, por ejemplo:
Acompañar los procesos de modernización debido al cambio tecnológico
En la encuesta a empresas, al preguntar sobre las limitantes para el uso de arreglos de trabajo flexible, la razón principal para no usarlos fue “incompatibilidad con la producción de bienes o servicios de la empresa”. Empresas manufactureras que trabajan con turnos continuos, o quienes trabajan en ventas y servicios con atención al público en horarios fijos, son algunos ejemplos de actividades empresariales y laborales en los que la flexibilidad no es tan asequible.
Sin embargo, mirando en retrospectiva, los avances tecnológicos de las últimas décadas nos muestran que lo que antes era forzosamente un trabajo presencial, hoy puede hacerse a distancia, o puede ser automatizado completamente. Por ejemplo, en el área de la minería, trabajos que solían ser manuales y se realizaban dentro de las minas, se automatizaron con el uso de máquinas que ahora se operan a distancia, incluso desde otras ciudades.
Por otro lado, los de camiones en las faenas mineras conducidos por humanos pronto podrían ser reemplazados por camiones autónomos. Esto no solo permite trabajar a distancia, sino también reducir riesgos de incidentes como el ocurrido en Chile en 2010 con 33 mineros atrapados en una mina.
Políticas que promuevan la transformación digital y el acceso a la tecnología también pueden indirectamente generar más oportunidades de trabajos que admitan arreglos de trabajo flexible, aunque eso también viene con una necesidad de reconversión laboral para quienes realizan tareas manuales y presenciales de modo que la automatización no signifique eliminación ni reemplazo de puestos de trabajo por la tecnología.
Tener habilidades para trabajar a distancia y de manera flexible, también es prepararse para el futuro del trabajo
Promover la formación continua de trabajadores y trabajadoras, especialmente los de menor calificación
Según los resultados de la encuesta a trabajadores y a empresas, los trabajadores que usan arreglos de trabajo flexible suelen tener menos ocupaciones manuales, y mayores grados de trabajos que pueden realizarse a distancia. Asimismo, se observa que entre los trabajadores que usan arreglos flexibles un mayor porcentaje se concentra en perfiles calificados: administrativos (36,15%), gerenciales (27,8%), profesionales intelectuales o técnicos (31%), versus no calificados.
Encuesta a trabajadores
Comparación entre trabajadores que usan y no usan ATF
Distribución de trabajadores que usan ATF, por tipo de cargo
Estos resultados sugieren que existe el riesgo de que los arreglos de trabajo flexible—tan necesarios en los mercados laborales de hoy—podrían exacerbar las desigualdades existentes en los mercados laborales entre trabajadores más calificados o con más habilidades para el trabajo, y trabajadores que no han podido adquirir las habilidades que se necesitan en los trabajos del siglo XXI.
Sin un esfuerzo de las políticas públicas, es posible que los arreglos de trabajo flexible se conviertan en beneficios para que algunas categorías de trabajadores encuentren un equilibrio vida-trabajo, mientras que otras con deficiencias y lagunas de habilidades, y sin acceso a capacitación continua, tengan que seguir enfrentando las exigencias del mundo laboral moderno con las condiciones laborales inflexibles del siglo pasado.
Por esto es fundamental pensar la inversión en el desarrollo de habilidades de las fuerzas laborales con foco también en la flexibilidad laboral. Contar con las herramientas necesarias para trabajar eficientemente bajo arreglos de trabajo flexible será fundamental para acceder no solo a trabajos más productivos y mejor pagados, sino también a trabajos compatibles con la flexibilidad laboral que tanto se demanda. Tener habilidades para trabajar a distancia y de manera flexible también es prepararse para el futuro del trabajo.
La colaboración público-privada para conducir procesos de reconversión laboral, y equipar a los trabajadores con habilidades para los trabajos e industrias del siglo XXI es clave en los entornos cambiantes de hoy.
Alcanzar la flexibilidad laboral que deseamos dependerá de buenas políticas públicas
Ante el escenario futuro de más trabajos que podrán realizarse de manera remota o con horarios flexibles, resulta indispensable reformar las legislaciones laborales para que no sean una barrera para los arreglos de trabajo flexible que se establezcan de mutuo acuerdo entre trabajadores y empresas.
Las empresas consultadas en nuestra encuesta citaron a la regulación laboral como la segunda razón más importante por la que no usan arreglos de trabajo flexible, después de la incompatibilidad con sus procesos productivos. Pero además de permitir los arreglos de trabajo flexible, una buena regulación puede ayudar a acelerar el uso de la flexibilidad laboral y romper inercias
La posibilidad de que cada vez más personas tengan la opción de trabajar bajo modalidades de arreglos de trabajo flexible promete ser una manera de mejorar el bienestar de las personas y la productividad de las empresas de manera simultánea. Pero si queremos que estos arreglos sean viables y accesibles para muchos trabajadores, especialmente los de menores niveles de capacitación, será necesario no solamente permitir los arreglos de trabajo flexible, sino promoverlos activamente, tanto en la regulación laboral como en las políticas de formación para el trabajo.
Pintor dice
Hay que normalizar que el trabajo flexible es un derecho del trabajador, ahí donde es posible, así lo hacemos nosotros en nuestra empresa de pintores.
Ingeniería Tarragona dice
No están reñidos el trabajo flexible con la alta productividad.