La pandemia del coronavirus dará paso a una contracción económica mundial sin precedentes en la historia reciente. Se trata de una crisis extraordinaria no solo por su magnitud, sino por sus causas. A diferencia de crisis anteriores, la recesión mundial que se anticipa en 2020 no será el resultado de choques económicos sino de medidas deliberadas de aislamiento social que es necesario implementar para frenar la propagación del virus. Estas medidas están contrayendo fuertemente la producción, reduciendo la demanda agregada y limitando el acceso a los mercados de crédito, lo que puede tener consecuencias devastadoras sobre el mercado de trabajo.
En primer lugar, un gran número de trabajadores se puede quedar sin medios de subsistencia. Los sectores más afectados por las medidas de confinamiento son grandes generadores de empleo: agregando los trabajadores de comercio, restaurantes, hoteles, explotación de minas y canteras y construcción en 14 países de la región, se llega a un total de 69 millones de personas que representan el 28% del total de ocupados. Y un agravante es que buena parte de la fuerza laboral se encuentra en situación de vulnerabilidad, pues más de la mitad de los trabajadores en la región no tienen acceso a sistemas de protección laboral ni a seguridad social. En segundo lugar, un gran número de empresas puede perder los conocimientos y habilidades que sus trabajadores han acumulado por años, lo que afectaría el tejido empresarial y las posibilidades de una pronta recuperación económica.
Un gran número de trabajadores se puede quedar sin medios de subsistencia. Y un agravante es que buena parte de la fuerza laboral se encuentra en situación de vulnerabilidad.
Dada la incertidumbre sobre la efectividad de las medidas sanitarias, no es fácil predecir la magnitud de los impactos sobre el empleo en América Latina y el Caribe. Pero, para dar una idea aproximada, Altamirano, Azuara y González estiman una pérdida de entre 5 y 17 millones de empleos formales, según escenarios que asumen distintos niveles de duración de la crisis. Así, se requieren políticas ambiciosas que aseguren la subsistencia de los trabajadores en el presente, y protejan la planta productiva de nuestras empresas hacia el futuro.
Opciones de política para atender la crisis
Es útil considerar políticas que atienden de manera diferenciada dos efectos que trae el coronavirus sobre el mercado de trabajo. Primero está el impacto sobre los ingresos laborales de los trabajadores, cuyo sustento se ve amenazado porque no pueden continuar sus actividades durante el confinamiento o porque ofrecen bienes o servicios no esenciales. En segundo lugar, está la destrucción de empleos, que implica la pérdida de activos intangibles en las empresas (saberes y habilidades específicos que los trabajadores logran acumular con el tiempo, como el conocimiento de la organización, las relaciones con los clientes y el manejo de las cadenas de suministro). Además, la destrucción de empleos afecta el bienestar de las personas tanto en el corto plazo como en toda la trayectoria laboral a futuro (en crisis anteriores se ha visto cómo el impacto de una mala inserción laboral para un joven puede perdurar por mucho tiempo). En el caso de la destrucción de empleos formales hay costos adicionales, por la pérdida de aseguramiento para los trabajadores y sus familias y el costo fiscal de menores impuestos y aportes a la seguridad social. En países sin suficiente cobertura de salud pública, la informalidad también implica desprotección ante riesgos de enfermedad, algo sin duda tremendamente costoso en la actual pandemia.
Es útil considerar políticas que atienden de manera diferenciada dos efectos que trae el coronavirus sobre el mercado de trabajo: la caída de los ingresos laborales y la destrucción de empleos.
En una publicación reciente, analizamos en mayor detalle las alternativas que tienen los gobiernos para actuar en estos dos frentes, distinguiendo el periodo inmediato (aislamiento), corto plazo (recesión) y mediano plazo (recuperación). Para proteger los ingresos, en particular de las personas vulnerables, se debe ofrecer transferencias monetarias extraordinarias y temporales durante el periodo de aislamiento. En este periodo, los Servicios de Empleo también pueden acercar a quienes buscan empleo con vacantes en sectores cuya demanda se vea incrementada; y aquellos países que ya cuenten con seguros de desempleo pueden flexibilizar las condiciones de acceso e incrementar la duración o montos de los beneficios. Una vez acabe la etapa de aislamiento, las transferencias monetarias pueden otorgarse condicionales a servicios de capacitación y se pueden ampliar los programas de empleo público temporales para preservar el capital humano y minimizar el impacto psicológico de la inactividad. Los seguros de desempleo también pueden combinarse con servicios de capacitación e intermediación que permitan la reasignación de trabajadores entre los sectores más afectados y aquellos que tienen mayor dinamismo.
La nota también analiza medidas para proteger los empleos y desincentivar los despidos de los trabajadores formales. Esto incluye transferencias o créditos subsidiados a empleadores que cubran parcialmente los costos laborales (v.g. subsidios salariales o descuentos en contribuciones a la seguridad social) y que sean condicionales a mantener la planta de personal. También pueden implementarse medidas de trabajo compartido (paro técnico o short-time work), que reducen la jornada de trabajo, recortan parcialmente los salarios y en las que el Gobierno puede pagar una parte del salario del trabajador.
Un reto sin precedentes
La crisis actual puede tener consecuencias demoledoras sobre la sociedad. Es imprescindible que en cualquier agenda de respuesta se incorporen medidas ambiciosas de protección del empleo e ingresos laborales. De ello dependerá el bienestar de muchas familias en la región y las posibilidades de recuperar la senda de crecimiento en el futuro. Para conocer más sobre cómo enfrentar la crisis desde las políticas laborales, te invitamos a descargar ¿Cómo proteger los ingresos y los empleos?: Posibles respuestas al impacto del coronavirus (COVID-19) en los mercados laborales de América Latina y el Caribe.
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