El efecto que está teniendo la COVID-19 sobre los mercados laborales del mundo no tiene precedentes. En Estados Unidos, 16,8 millones de personas han solicitado el beneficio por desempleo durante las últimas 3 semanas (del 19 de marzo al 9 de abril), un número que jamás se había presentado en la historia americana. En México, se perdieron 346.878 empleos formales en apenas 24 días (del 18 de marzo al 6 de abril). Para América Latina y el Caribe en su conjunto esta crisis sanitaria se presenta en un contexto de debilidad económica: luego del auge del periodo 2000-2013 la informalidad pasó del 61% al 55%, con la creación de 36 millones de empleos formales; pero a partir de 2015 este crecimiento se estancó y la informalidad de la región se ubica alrededor del 56% del total de ocupados. ¿Cuál será el impacto de la COVID-19 en el empleo de la región?
Escenarios de pérdida de empleos
No existe consenso sobre la magnitud ni la duración que tendrá la pandemia ni sus efectos totales sobre la economía, aunque sí sobre los sectores que más afectará por las cuarentenas y el distanciamiento social. Esto incluye el sector de comercio, restaurantes y hoteles, así como el sector transporte. Adicionalmente, la menor demanda agregada tendrá efectos importantes sobre los sectores manufactureros, pues las restricciones sanitarias ya han comenzado a interrumpir las cadenas de suministros globales.
En el BID construimos tres posibles escenarios para tratar de medir el impacto potencial de la pandemia en el empleo de la región. Se realizaron distintas estimaciones de pérdida de empleos por actividad económica, tomando como referencia las mayores caídas históricas del PIB de distintos países. Además, se diferenciaron las magnitudes para los países pequeños y con economías más abiertas, características que implicarían caídas mayores que las de los países más grandes y con ingresos medios.
- Crisis de corto plazo. Supondría una caída del producto que duplicaría a la observada en la crisis de 2009, con una tasa de crecimiento negativo cercana a los 4 puntos porcentuales.
- Crisis de mediano plazo. La recesión se extendería por tres trimestres consecutivos, con una tasa de crecimiento negativo cercana a los 10 puntos porcentuales.
- Recesión prolongada. Recesión de gran magnitud sin algún tipo de recuperación económica en el mediano plazo, con una tasa de crecimiento negativo cercana a los 15 puntos porcentuales.
Nuestras estimaciones iniciales indican un panorama muy complicado para América Latina y el Caribe. Estimamos que se podrían perder hasta 17 millones de empleos formales y el nivel de informalidad podría llegar a 62% en la región, con lo cual se perderían todos los avances logrados en este ámbito durante el periodo 2000-2013. Esto dependerá, sin embargo, de cómo evolucione la pandemia y de las medidas de mitigación adoptadas por los gobiernos. La siguiente tabla muestra los resultados para cada país:
Soluciones para superar los retos de la pandemia
Tanto por sus efectos en la salud de tantas personas como por la forma en que está afectando a la economía mundial, la COVID-19 representa el mayor reto que el mundo ha enfrentado en décadas. Luego de tratar de proteger el bienestar físico de los ciudadanos, cuidar a los enfermos y retrasar la propagación del virus, el principal desafío para los países será reencontrar el camino del crecimiento económico y la protección laboral y social. De hecho, esta pandemia pone de manifiesto la necesidad de reestructurar el funcionamiento de la seguridad social de la región para que el acceso a la salud sea universal y no dependa de la condición laboral de las personas.
Para mitigar el impacto del virus en el empleo, en el BID estamos apoyando a los países para diseñar una estrategia que permita responder de la mejor manera al reto que la pandemia representa para los mercados laborales, impulsando distintos mecanismos de apoyo que pueden ser provistos por los gobiernos de la región. La coordinación de distintas medidas de tipo laboral, fiscal, monetario y financiero será clave para evitar un daño permanente en la planta productiva y lograr mejorar la vida de los trabajadores de América Latina y el Caribe.
Para más información, te invitamos a descargar la publicación ¿Cómo impactará la COVID-19 al empleo? Posibles escenarios para América Latina y el Caribe.
Maria dice
Interesante y de mucha utilidad el trabajo que se realiza desde esta organizacion, sin duda es una referencia ante la incertidumbre en que nos tiene esta pandemia, y contar con un informe tan prestigioso es clave para orientar las estrategias y herramientas que debemos considerar para el corto y mediano plazo. Sin embargo, en sus estudios no consideran o reflejan datos concretos de venezuela uno de los paises en materia economica de la region hoy devastado ciertemente pero con la conviccion de su recuperacion.
Jorge Enrique Ruiz López dice
Hola, buen día (en México). Me parece que estamos frente a un escenario sumamente complicado mientras no se encuentre una vacuna efectiva contra este monstruo invisible. Desde los primeros días de cuarentena en China era previsible un impacto económico por lo menos local (en las ciudades chinas puestas en cuarentena), sin que pudiera reconocerse el impacto fuera de las fronteras de aquél país, a menos que se fuese un especialista a detalle en el comercio internacional de China con el resto del mundo. No obstante, era previsible un impacto, por pequeño que fuese, fuera de las fronteras del “lejano oriente”. Pero una vez que la epidemia salió de sus fronteras, todo cambió y era cuestión de meses para que se dispersara por el mundo, no sólo el virus, sino las consecuencias de adoptar las medidas necesarias de distanciamiento social, so pena de devastar los ya trastornados y en algunos casos ya rebasados sistemas de salud nacionales y caer en una crisis de múltiples dimensiones sin precedente.
En tanto que la única medida “efectiva” hasta el momento para mitigar la pandemia y epidemias locales es el distanciamiento social, yo preveo un impacto que en el mejor de los casos será de mediano plazo para la región. El factor decisivo serán las costumbres locales y el grado en que puedan adoptarse “temporalmente” -en el mejor de los casos- costumbres que promuevan el menor contacto físico entre la población.. Asimismo, las medidas que las diversas actividades económicas, en todas las cadenas productivas, puedan adoptar para manejar de la mejor manera la difusión del virus a través del contacto indirecto entre personas, serán decisivas.
A pesar de que puedan adoptarse medidas de este tipo entre la población -reitero, en el mejor de los casos de carácter temporal-, veo un sector de la población que tendrá más dificultades para adoptar estas medidas y, por ende, controlar lo más posible la difusión del virus: la población infantil, especialmente la preescolar y en etapas primarias. Si los sistemas educativos y especialmente el trabajo cotidiano de las escuelas logran modificar la manera en como los niños y niñas se relacionan, será un cambio de comportamiento profundo que va a trastocar el desarrollo psicoemocional de toda una generación. Tal vez esta población ha demostrado mayor resistencia a los efectos del virus, pero es precisamente este hecho el que provocaría que lo que aparenta una simple gripa, pueda representar un gran riesgo en la población más suceptible, con lo que el problema se torna de nuevo incontrolable.
Ahora bien, la pregunta es dónde quedó el análisis del impacto en el empleo, que es el tema que nos reúne. Es cierto que poco he escrito al respecto, pero esto se debe a que trato de analizar los factores que eventualmente pueden impactar en la dinámica económica de cualquier país o región. El gran dilema al rededor de la pandemia ha sido la imposibilidad de controlar la difusión del virus, por ello el énfasis en la distancia social. Mientras no exista un tratamiento efectivo o una vacuna para controlar los efectos de la infección, la única alternativa es esa (el distanciamiento social). Es así como todas las actividades que impliquen “acercamiento social” (en contraposición de lo anterior) tendrán el efecto contrario al deseado en la lucha contra este pequeñísimo gran problema. Dicho de manera más técnica, si no se controlan los vectores de difusión, será imposible mitigar los efectos.
En el ámbito económico es claro que todo aquello que modifique la dinámica con la que nos hemos venido relacionando, transformando y reproduciendo materialmente tendrá grandes consecuencias. La formalidad laboral es un tipo específico de relación económico-productiva entre nosotros y nosotras que implica contacto social, anclada en la estructura también formal de la empresa como unidad básica de producción de bienes y servicios. Incluso la informalidad tiene un tipo específico de “formalidad” (si se me permite el abuso del término). Dicho de otro modo, incluso quienes reproducen su vida material cotidiana fuera de la estructura formal de una empresa, reproducen una dinámica específica de relaciones laborales entre “el gremio”, sus proveedores y clientes que implican necesariamente estructuras y relaciones sociales relativamente estables (estabilizadas en el corto plazo). Es relativamente fácil suponer que cualquiera de nosotros(as), ante el escenario de haber perdido un empleo formal, si estamos ante una necesidad imperiosa e impostergable de supervivencia buscaremos las vías de la informalidad para sobrevivir. Pero en un escenario de poco control con la difusión del virus, ni la formalidad ni la informalidad se vuelven una opción generalizable económicamente hablando, en ambos casos habría una crisis de salud pública (que es lo que finalmente se trata de evitar, por su triple efecto: en la vida de las personas, en las finanzas públicas y en las estabilidad del sistema económico en el mediano y largo plazo).
Nuestra región tiene un reto grandísimo. Por un lado, la cultura y las tradiciones nos hacen terriblemente (para estos efectos) gregarios y, por otro, tenemos ya de por sí una enorme deuda de equidad y acceso a los recursos entre nuestra población en muchísimos ámbitos de nuestro quehacer cotidiano.
Mientras no exista una solución “mágica” (la vacuna parece que lo es), las empresas en la formalidad tendrás que reinventarse para establecer dinámicas de relaciones laborales que por un lado permitan hacer lo que “saber hacer” o para lo que han sido hechas y por otro que logren controlar la difusión de este enemigo invisible. Si las unidades formalmente establecidas no logran captar a la población en este escenario modificado, la informalidad crecerá (es un hecho incontestable, yo y cualquiera de nosotros y nosotras lo haría), pero incluso ahí, las relaciones laborales tendrán que transformarse. Ante la ausencia de un contrapeso de la misma fuerza que el virus, no veo más que un mundo que al tratar de evitar un problema de salud mayor tiene que cambiar sus tradiciones y comportamientos.
Saludos a todos y todas.
Karo Coronel Bayas dice
Excelente Comentario
HAMPY dice
Previo corsial saludo, Alvaro, Oliver y Stephanie, felicito las actividades que han venido realizando en el campo del Desarrollo de Mercados Loborales con el objetivo de potenciar la productividad y el Bien-Estar de los trabajadoees en gemeral, en virtud a ello desearia poder compartir con Ustedes un Mega Proyecto Laboral que de la soluciòn a esta Crisis Mundial que se aproxima.
Atte.
Hugo Antonio Macedo Portillo
Coach Vivencial
Email: allyncausay@gmail.com
Silvia Artavia dice
Buenos días. Mi nombre es Silvia Artavia. Soy periodista del medio costarricense La Nación. Estoy interesada en conversar con alguno de los autores de este estudio. ¿Lo ven factible? Agradezco mucho la pronta ayuda. Saludos cordiales.
Gabriela Aguerrevere dice
Buenas tardes, Silvia. Te escribe la editora de este blog. Te acabo de enviar un correo electrónico para coordinar. ¡Gracias por tu interés!
RODRIGO AGUILAR dice
considero que las experiencias y estudios desarrollados por el BID tienen muy buenos respaldos y certezas. sin embargo, creo que es momento de dar lugar a la construcción de acciones y políticas propias de cada pais, por ejemplo Bolivia, tiene una de las tasas mas altas de informalidad, es decir que cada 8 de 10 empleos son generados por el autoempleo o pequeños emprendimientos. por tanto, es necesario que en Bolivia se desarrollen acciones no necesariamente a la formalización de los emprendimientos sino de reconocer que hay muchas actividades nacen de la necesidad y en un tiempo talvez se podría pensar un paso al emprendimiento por oportunidad o con planes de negocio mas estructurados
Aura Gil dice
Incertidumbre,angustia y miedo,son algunos de los sentimientos que en los últimos meses el mundo entero ha experimentado con esta pandemia del covid-19,pero realmente es un reto,si el mayor reto que el mundo ha enfrentado en la última década y que sin duda alguna nos ha demostrado que nada vale más que la vida; y por tal motivo debemos luchar con las debidas herramientas par que no siga incrementando su propagación,el distanciamiento social,el lavado adecuado de manos y constante,el uso del tapabocas,guantes y demás son algunas,de las medidas que la OMS,ha recomendad para dicho propósito.
Jose Villarroel dice
Buenas noches, mi nobre es Jose Villarroel. Soy director de la fundacion Expoempleo Bolvia, Estoy interesado en conversar conversar con alguno de los autores del estudio.. ¿Lo ven factible? Agradezco mucho la pronta ayuda. Saludos cordiales.
Karo Coronel Bayas dice
De acuerdo a lo expuesto por el BID, el escenario que se presenta para América Latina debido a la actual pandemia es muy difícil.
Desde la declaratoria de la OMS para el Coronavirus como pandemia (la cual esta propagada por el mundo en un 95%), los analistas económicos predecían una crisis y recesión económica global similar y peor a la ocurrida en 1920, hecho que por ahora se está palpando internamente y cuando una cierta normalidad y de reapertura progresiva de las actividades se produzca, evidenciaremos que ocurrirá mundialmente.
La presente crisis sanitaria ha desafiado a todos los sistemas de salud, políticos y económicos a escala mundial Con la extensión del aislamiento obligatorio en muchos países de Latinoamérica, su impacto sobre la salud física, emocional, económica-social, y otras más en los hogares ha sido muy considerable
Ahora se plantean medidas que permitan mitigar los efectos de esta pandemia a través del distanciamiento social, una excelente higiene en las actividades diarias e innovación por parte de las empresas para no sucumbir. Con la población infantil se debe ser muy estrictos en sus cuidados, los sistemas educativos y de trabajo deben ser capaces de prever nuevas formas para las relacionas, es decir la población necesita un cambio profundo de comportamientos.
Con los cambios profundos de comportamiento el ámbito económico va a ser transformado porque la forma de relacionarnos cambiara y ello traerá consecuencias. Hoy por hoy se denota que el campo laboral ha disminuido drásticamente y el empleo formal, pleno o adecuado va a tener una disminución muy notaria ya que con el fin de supervivencia, el sector del empleo no formal, inadecuado, subempleo y el desempleo aumentaran su tasa de manera considerable y esto responde al primer análisis, este impacto se va a notar en las finanzas públicas y en la estabilidad de la económico en el los países latinoamericanos con un enfoque de mediano y de largo plazo.
A nuestra región se le añade a la lista de retos, uno aún más grande que los ya tiene de por sí, y es el que requiere pronta solución. El sector productivo requiere innovaciones y reinvenciones para su campo laboral (empleados) y para el mercado (consumidores) que les permitan no solo la subsistencia de su negocio sino que también ser competitivos y con ello por insertarse a nuevos mercados que le aporten mayores ingresos para sí mismos y para sus naciones y el papel del Estado es primordial en ello, siendo los creador de políticas que les ayuden al sector principal y motor esencial de la economía.
Saludos a todos y todas.