Hace años que Colombia ostenta el dudoso “honor” de tener una de las tasas de desempleo más altas de América Latina y el Caribe. Si miramos las tasas de desempleo de las dos últimas décadas, la economía colombiana solo rivaliza con algunos países del Caribe, como Jamaica o Barbados (que enfrentan los retos propios de economías pequeñas) y, coyunturalmente, con países que experimenten una fuerte desaceleración económica como es el caso reciente de Brasil. En Colombia el alto desempleo se ha vuelto tan habitual, que una tasa de un dígito (9%) es una meta o incluso un triunfo, mientras que en otros países un nivel de desempleo así encendería las alarmas (este es, por ejemplo, el caso de Chile , Honduras y Estados Unidos).
En Colombia el alto desempleo se ha vuelto tan habitual, que una tasa de un dígito es una meta o incluso un triunfo.
El alto desempleo en Colombia sorprende aún más dada la prevalencia del trabajo informal en el país, que por años se ha mantenido cercano a 60%. Numerosos estudios coinciden en señalar variables regulatorias (como el alto salario mínimo efectivo o los altos costos laborales no salariales) y la baja productividad laboral como sus principales causantes. Pero en esta entrada no queremos ahondar en este punto. Queremos, en cambio, subrayar la brecha que hay entre la gravedad del problema y la capacidad que se le ha dado a la principal institución encargada de enfrentarlo: el Ministerio de Trabajo.
El rol del Ministerio de Trabajo
Sin duda, los niveles de desempleo en Colombia resultan de múltiples factores, muchos de los cuales exceden el ámbito de acción del Ministerio. Pero esta entidad puede tener un impacto significativo, desarrollando una agenda regulatoria de avanzada y promoviendo políticas que aumenten la productividad de la fuerza laboral. De acuerdo con la normativa vigente, el Ministerio de Trabajo tiene la responsabilidad de formular la política para “la generación de empleo estable, la formalización laboral, la protección a los desempleados, la formación de los trabajadores, la movilidad laboral, las pensiones y otras prestaciones”. Puede, por tanto, avanzar en la conformación de un entorno regulatorio que permita un balance adecuado entre la protección a los trabajadores y la creación de empleo formal en las empresas. Puede contribuir a mejorar la productividad laboral promoviendo un sistema de formación para el trabajo que dote a los trabajadores de las habilidades que requiere el sector productivo. Puede impulsar políticas de intermediación laboral y aseguramiento que ubiquen a los trabajadores en aquellas vacantes donde son más productivos y los protejan económicamente cuando están cesantes. Y puede generar evidencia sobre la efectividad de estas políticas para informar su rediseño.
Los niveles de desempleo en Colombia resultan de múltiples factores, muchos de los cuales exceden el ámbito de acción del Ministerio.
Pero la realidad es que los recursos con los que cuenta el Ministerio de Trabajo no coinciden con la importancia de su misión. Es un ministerio joven, fundado en 2011. Las instituciones que determinan su rol como promotor del empleo también son jóvenes y están en gran medida en construcción. El presupuesto de inversión del ministerio se destina mayoritariamente a subsidios antipobreza para adultos mayores y a la ejecución de programas de generación de ingresos ordenados por ley. Y su relación con el sector privado ha estado tradicionalmente dominada por la inspección laboral y el diálogo social. Esto marca un enorme contraste con los países desarrollados como Australia, Irlanda o Estados Unidos, que tienen instituciones del gobierno con fuertes capacidades para promover el empleo a través del diálogo con la industria y que pueden insertar la política laboral dentro de la estrategia de desarrollo productivo. En este estudio, coautoreado con Marcela Meléndez, profundizamos en este punto y presentamos recomendaciones dirigidas a fortalecer el Ministerio de Trabajo como promotor del empleo en Colombia.
Los recursos con los que cuenta el Ministerio de Trabajo no coinciden con la importancia de su misión.
Un tema crucial para el futuro
Por décadas, Colombia ha tenido un panorama lamentable en materia de acceso y calidad del empleo. Y el futuro anticipa mayores retos, pues muchas labores podrían ser automatizadas y el envejecimiento de la población pondrá mayores presiones al sistema de seguridad social. Es fundamental para el desarrollo económico del país y el bienestar de sus ciudadanos que el gobierno nacional disponga de los recursos y capacidades para atender estos desafíos. Es a través del mercado de trabajo donde se determina el ingreso de la mayoría de los colombianos y su vinculación al contrato social. Y es también a través del mercado de trabajo donde se aprovecha el talento y vocación de las personas: donde los colombianos pueden encontrar dignidad, satisfacciones y hasta un propósito de vida.
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