La pandemia del COVID-19 ha tenido consecuencias dramáticas para los mercados laborales de América Latina. Aunque no tenemos datos de todos los países, los grupos étnicamente diversos han sido los más afectados. Esto es especialmente cierto para los afrodescendientes, quienes ya enfrentaban barreras para acceder al mercado laboral desde antes de la pandemia. En Brasil, por ejemplo, el 60% de las personas que fueron suspendidas temporalmente de sus trabajos formales a raíz del coronavirus son afrodescendientes.
Las brechas raciales de ingreso en América Latina han sido grandes históricamente, incluso más que las brechas de género. Un análisis de siete países (Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú) nos muestra que los afrodescendientes y las personas indígenas ganan 37,8% menos que sus contrapartes blancas o mestizas, mientras que las mujeres ganan 15,7% menos que los hombres. En un estudio reciente del BID, que se basa en encuestas de hogares de la última década en Brasil, Ecuador, Perú y Uruguay, vemos que no hay ninguna evidencia de que la brecha racial de ingresos se esté cerrando. Esto es importante, ya que estos cuatro países representan el 80% de la población afrodescendiente en América Latina.
¿Qué factores están detrás de las brechas raciales de ingreso?
1. Empleos de baja calidad
Las brechas de ingreso son el resultado de la sobrerrepresentación de grupos raciales en empleos de baja calidad. Como muestra el estudio del BID, incluso después de controlar por educación, ubicación geográfica y género se mantiene una importante penalización salarial para los afrodescendientes. Más de la mitad de la brecha étnica de ingresos se atribuye a barreras para encontrar empleos de calidad y bien pagados. Una publicación conjunta del BID y el Banco Mundial muestra que los trabajadores indígenas y afrodescendientes ganan 40% menos que el resto de los trabajadores.
2. Brechas de género para las mujeres afrodescendientes
La posición de las mujeres afrodescendientes en el mercado laboral es precaria. Las mujeres negras con menos de 3 años de educación ganan los salarios más bajos, con ingresos mensuales promedio que son cercanos a la línea de pobreza. Los hombres blancos que tienen este mismo nivel educativo ganan 2,5 veces más. Incluso en países como Panamá, donde los afrodescendientes tienen altos niveles educativos, las mujeres afrodescendientes con más años de educación en promedio generan los ingresos más bajos.
3. Sesgos del mercado laboral
Los sesgos del mercado laboral con base en características raciales ya han sido documentados en América Latina. Individuos con nombres étnicos o raciales tienen menos probabilidades que sus pares blancos de ser contactados con relación a aplicaciones de trabajo para posiciones profesionales, técnicas o incluso que no requieran habilidades. En países como Perú, las personas blancas tienen 62% más probabilidades de ser llamados a entrevistas laborales que las personas negras con calificaciones similares. En Brasil, por su parte, la población afrodescendiente representa el 58,2% de los aprendices subsidiados por el Gobierno en las 500 empresas más grandes del país. Sin embargo, solo constituyen el 35,7% del total de trabajadores en las posiciones más bajas de la plantilla de empleados, el 6,3% de los gerentes y el 4,7% de los ejecutivos. Las brechas raciales en el mercado laboral son persistentes: las tasas de retención y promoción para grupos raciales son bajas, especialmente cuando no se cuenta con políticas públicas focalizadas.
A pesar de estas barreras, los afrodescendientes son receptivos ante las intervenciones gubernamentales que buscan mejorar el acceso al mercado laboral y proveer capacitación. Así lo demostró un experimento que incrementó la participación de afrodescendientes en Uruguay en programas de capacitación para el empleo, aplicando aprendizajes de la economía del comportamiento.
Mirando hacia adelante para cerrar las brechas en la región
Apoyar el empoderamiento económico de afrodescendientes y otros grupos diversos requiere ajustes en el mercado laboral, programas acelerados de capacitación, y mejor acceso a programas de reclutamiento y promoción. La falta de datos desagregados por etnias en muchos países de América Latina ha resultado en una escasez de estudios de mejores prácticas en este ámbito, pero existe literatura abundante sobre ejemplos internacionales de políticas laborales que son racial y étnicamente inclusivas. Estas reflexiones de política, por ejemplo, atienden brechas raciales y étnicas y ofrecen lecciones aprendidas que pueden aplicarse en la región.
Acompáñanos mientras continuamos explorando maneras de reducir estas brechas raciales y étnicas en los mercados laborales. La inclusión es clave para atender las desigualdades en los mercados laborales de América Latina, impulsando la productividad y la recuperación económica.
gloria estela castro berrio dice
Gloria Castro, Lider Afrocolombiana, victima del conflicto armado en Colombia,, Asilada en EU, muy preocupada con este; estudio reciente del BID, que se basa en encuestas de hogares de la última década en Brasil, Ecuador, Perú y Uruguay, vemos que no hay ninguna evidencia de que la brecha racial de ingresos se esté cerrando. Esto es importante, ya que estos cuatro países representan el 80% de la población afrodescendiente en América Latina. Teniendo en cuenta que la Poblacion Afrodescendiente representa el 20% aprox de Habitantes, No aparezca en este Estudio, siendo los mas afectados en la brecha de remuneracion en los mercados laborales.
gracias por el espacio.
Lisenio cordoba ramirez dice
Lisenio Córdoba Ramírez
Desplazado de cacarica choco colombia.
Hoy.
Las brechas raciales en el mercado laboral y en todos los espacios día a día son más extremas menos incluyente y más estigmatizadora para el pueblo afro.
Hoy necesitamos políticas públicas de echos no que se queden en el papel.
Está dignificación la conseguimos a través de unión educación,respeto.y mucha resistencia.
El pueblo afro hoy exige prosperidad y respeto ante las sociedades que nos han tenido encadenados en en la nota musical
*Usted no puede*
Carlos Á. Núñez C. dice
Excelente artículo, gracias.