En los años 70, el filósofo John Rawls publicó su Teoría de la Justicia. Empleó una metáfora muy poderosa para esta discusión: la del “velo de ignorancia”. Sostenía que si cubiertos por un velo de ignorancia sobre nuestras características individuales, nuestro estatus socioeconómico, nuestro talento y habilidades, fuésemos capaces de acordar un conjunto de reglas sobre nuestra convivencia en sociedad, solo en esas circunstancias, desarrollaríamos un esquema que trate a todos con justicia.
Recuerdo a Rawls en el contexto de unos meses de mucha inestabilidad social en nuestra región, en los cuales las voces de los ciudadanos se han hecho presentes, con alguna frecuencia, en la forma de descontento social, protestas públicas y campañas en redes sociales. El llamado a acabar con la desigualdad de ingresos, de oportunidades, de acceso a servicios de calidad, de trato y dignidad es alto y claro. Un componente sustancial de esa desigualdad, que resuena con particular fuerza en este mes de la mujer, es la persistencia de las barreras que impiden que las niñas y mujeres de la región desarrollen todo su potencial. Lograr la participación plena de la mujer en las diferentes esferas políticas, sociales y laborales debe ser una prioridad en la agenda de la política pública y una responsabilidad de los hombres y de las mujeres de la región.
Pensemos en la salud.
Aun cuando el acceso a los servicios de salud ha mejorado sustantivamente en América Latina y El Caribe, persisten brechas enormes en ciertos subgrupos de la población. Por ejemplo, a nivel mundial se ha logrado reducir de forma significativa la mortalidad materna. Sin embargo, las tasas de mortalidad materna entre las mujeres indígenas siguen siendo dos y hasta tres veces mayores que aquellas del resto de la población. El parto institucional permite manejar las emergencias que se pueden presentar durante el parto para reducir la mortalidad materna. No obstante, en Mesoamérica persisten grandes brechas de acceso al parto institucional entre mujeres indígenas y no indígenas, por ejemplo, 42 vs. 15% en Guatemala o 74 vs. 29% en México. Las mujeres indígenas no siempre se sienten satisfechas con la atención que reciben en los establecimientos de salud. El contar con el acompañamiento de un agente comunitario de salud o el ser atendida en su propia lengua son algunas de las variables que las usuarias señalan como críticas para que la atención que reciban sea de calidad. De ahí que la política pública todavía tiene mucho que hacer para mejorar el acceso a, la utilización de y la satisfacción con, los servicios de salud por parte de las mujeres indígenas y aquellas de los grupos más vulnerables de la región.
¿Cómo se está educando la región?
Es necesario reconocer el gran avance alcanzado en la región al lograr prácticamente universalizar el acceso a la educación primaria. Sin embargo las brechas que persisten se concentran específicamente en algunos grupos: los pueblos indígenas, los Afrodescendientes y las personas con discapacidad. El ser mujer e indígena ahonda esta brecha. En Bolivia, por ejemplo, el porcentaje de mujeres indígenas en zonas rurales que han completado la primaria es la mitad que el de hombres no indígenas. Sabemos que la educación de la madre afecta el desarrollo cognitivo de los niños entre 2 a 5 años, específicamente las habilidades de lenguaje y la comunicación. Es imperativo incrementar los esfuerzos para que la educación sea accesible a la diversidad de la población de nuestros países.
En el mercado laboral la situación no es muy diferente.
En Panamá ser mujer y además ser Afrodescendiente, constituye una doble desventaja. Aun cuando las mujeres Afrodescendientes tienen más años de escolaridad que los hombres (Afrodescendientes o no) y que el resto de las mujeres de ese país, las mujeres de este grupo enfrentan las mayores tasas de desempleo. Y aquellas que consiguen trabajo, perciben los ingresos laborales más bajos. La realidad no es muy distinta entre las mujeres Afrodescendientes en Costa Rica. En el Caribe, donde las mujeres Afrodescendientes tienen una participación laboral de 55%, ellas ocupan apenas 10% de los cargos de liderazgo.
El desafío de construir sociedades en donde hombres y mujeres puedan participar y desarrollar su potencial en igualdad de condiciones está presente también en el ámbito doméstico. Según la Organización Mundial de la Salud, 4 de cada 10 homicidios de mujeres en las Américas son producto de la violencia íntima de pareja. Es decir, la integridad y la vida de un número importante de mujeres de nuestra región corre peligro en el ámbito doméstico y de sus hogares. La violencia afecta a 1 de cada 3 mujeres de América Latina y El Caribe. Está presente en todos los estratos socioeconómicos. Sus efectos dañan la salud física y mental. Pero además afecta su productividad y bienestar y aquél de otros miembros del hogar y la comunidad. Es un problema prevalente y urgente de atender, y ha motivado el que se levanten las voces de reclamo de decenas de miles de personas en todos los países en nuestra región este año.
Volviendo a la teoría de la justicia de Rawls y su imagen del velo de ignorancia. En la América Latina y el Caribe de hoy en día, las brechas de género que persisten en el acceso a recursos y oportunidades vienen dadas desde el nacimiento. Si naces mujer, tendrás menores posibilidades de participación social y económica y menores oportunidades de desarrollar tu potencial. Si, además, naces indígena, Afrodescendiente o con una discapacidad, las barreras serán mayores. Alcanzar la igualdad de género, por ende, requiere de un enfoque que contemple cada etapa del ciclo de vida e integre las necesidades de todas las niñas y mujeres por igual. Hablar de la desigualdad de oportunidades es el primer paso para construir una región más equitativa, diversa e inclusiva. Los invito a seguir esta importante conversación y a redoblar los esfuerzos para mejorar vidas.
Judith Amaranta Huiza Soto Dice
El otro problema casi invisible es el que pasamos las mujeres que logramos trabajar y desempeñar nuestra profesión, ya que tenemos que comaprtir el tiempo de la crianza con el oficio a desempeñar y el sector público no brinda la tolerancia ni las oportunidad para desempeñarla adecuadamente. A esto le sumamos que somos muchas las mujeres separadas las que desempeñamos esta labor y el peso de la sociedad recae sobre nosotras por la “poca dedicación” que le damos a nuestros hijos e hijas.
Se debería hacer visible este problema que nos aqueja porque se nos mide con un nivel alto y las condiciones no estan dadas.
Jose C Rodriguez Dice
100% de acuerdo
Pero hay condiciones
resolver la desigualdad inaceptable y evitar que ella crezca
eso supone contribuciones justas y polìticas sociales progresivas
para ello, claro, voluntad de hacerlo.
empoderar a los vulnerables.
Raquel Valenzuela Dice
Me preocupa que siempre se usa la palabra “avance”, pero no me dice qué tantos metros o el porcentaje con respecto al total. Las niñas y las adolescentes siguen siendo manoseadas en sus genitales y otras son embarazdas a temprana edad. Quién detecta y trabaja con los pedofilos y los abusadores sexuales para que no lo hagan o que la actual genrración de niños y adolescentes no se conviertan en agresores sexuales.
Guillermo Dice
Excelente artículo, lo que preocupa es que el análisis, en cuanto a brechas, con algunas diferencias, obviamente, es muy parecido a lo que se hacía hace más de 20años atrás. Lo que muestra que no hemos avanzado mucho.
Muchas gracias, saludos cordiales
CECILIA YANIRA VIZCARRA DE LOZANO Dice
Excelente articulo… y podemos mejorar vidas en cada acción, en cada programa, en cada proyecto. Se hace necesario poner atención a lo que se esta pidiendo en los componentes sociales a las empresas que realizan proyectos, no solo debe ser hacer pequeños talleres adonde las comunidades presenten sus quejas. Esos espacios y esas oficinas deben convertirse en verdaderos laboratorios ciudadanos donde a la mujer se le apoye con acciones afirmativas efectivas. Yo tuve una experiencia del 2014 al 2018 y fue maravillosa la articulación con Ciudad Mujer de El Salvador cuando atendimos comunidades muy deprimidas y vulnerables en el programa de Reducción de Vulnerabilidad en AUP en el AMSS.
Adolfina Dice
Estoy de acuerdo, el primer paso para solucionar los problemas es identificarlos viendo la razón de sus existencia con el fin de poner el foco en modelarlos constructiva y positivamente en su raíz. También creando consenso sobre en el proceso conjunto a seguir para lograrlo.
Ana María Paredes Arcaya Dice
Es un artículo muy interesante, muy didáctico. Pero mi preocupación es que todavía, las personas no definen apropiadamente los conceptos que ocasionan la injusticia social en lo que corresponde a la niña, a la mujer. Esto lo expreso, porque en mi País -Perú- se está dando (tal vez siempre ha habido) una ola interminable de abuso, violaciones, feminicidios, a niñas, adolescentes y mujeres, cuando converso sobre estos temas con mis alumnos, con padres y madres de familia, confunden muchos términos, por ejemplo machismo con misoginia y etc. etc.
Considero que la escuela de familia es muy importante para contrarrestar este mal social.
Gracias por la atención recibida.
materobalino.98 Dice
Interesante el análisis, seguro que en el campo de la Salud, de la educación e inclusive la oportunidad de trabajo haya cambios significativos, pero en el problema de la violencia considero que se evidencia de forma agresiva, quizá en la violencia psicolóigca que esta allí escondida. Y quizá sea debido a una débil marco legal de agilidad en los procesos judiciales para condenar los hechos de violencia y también el sistema de la publicidad que promueve a las mujeres como un objeto.
Rosa Dice
Increible tu articulo, cada día el objetivo está mas cerca, ahora mismo estudio un curso para saber más sobre mis derechos como mujer
https://www.euroinnova.edu.es/curso-superior-igualdad-genero-online
Mariel Balbuena Llamosas Dice
Interesante artículo, el avance a nivel mundial en la igualdad de género es muy lenta. En empresas la mayoría de cargos de dirección y gerenciales están ocupados por hombres, y a nivel salarial las mujeres perciben menos. Lo que tiene que ver en áreas rurales si ya la familia no puede enviar a todos sus hijos a la escuela, es la niña quien debe quedar en casa y el niño va a la escuela. Además que la mujer cumple varios roles a la vez, haciéndose en la mayoría de los casos cargo de los hijos. En un gobierno la mayoría de los ministros por ejemplo son varones. Se necesita de políticas públicas claras y consistentes.
Pedro Dice
Excelente artículo, la igualdad es necesaria en todos los ámbitos. Por ejemplo, en los entornos sanitarios, dentro de los centros de salud y hospitales. No sé si por aquí hay personal sanitario leyendo el foro pero si lo hubiera les recomiendo hacer este curso para concienciarse más sobre el tema: https://www.appf.edu.es/catalogo-de-cursos/igualdad-genero-entorno-sociosanitario/ Un saludo!