La irrupción de la economía gig ha transformado la manera en la que muchos trabajadores se ganan la vida a nivel mundial. Pero medir la dimensión de este cambio y ajustarse a él con la misma velocidad es un desafío para las instituciones laborales.
Empecemos por las encuestas. Los instrumentos tradicionales que se utilizan para intentar estudiar esta nueva forma de empleo suelen contener errores de medición tanto de la cantidad de trabajadores, como de las horas que dedican a generar ingresos. Esto se ha descrito en distintos estudios para varios países. Por ejemplo, en Estados Unidos, aun cuando millones de personas utilizan las plataformas para complementar sus ingresos, no lo hacen de manera permanente, lo que lleva a subestimar el total de horas e ingresos que se genera en este sector de manera agregada.
La mayoría de los estudios disponibles muestran que las plataformas digitales son una opción muy valorada por quienes las utilizan para generar ingresos, dada la flexibilidad que tienen y que no ofrece el trabajo tradicional. Esto implica que trabajadores con características y trayectorias laborales muy distintas decidan utilizarlas, lo que se traduce en dificultad para definir acciones únicas o uniformes para establecer mecanismos de aseguramiento. En América Latina y el Caribe, donde el crecimiento y la fuerza de la economía gig se viene concentrando en el sector de transporte, traslados y entregas a domicilio, y donde el empleo informal alcanza el 58%, esta modalidad de generación de ingresos representa un desafío aún mayor para garantizar los beneficios de la seguridad social a los trabajadores que las utilizan. Desde el BID ayudamos a los gobiernos a explorar alternativas que hay para garantizar que ningún trabajador se quede por fuera de la seguridad social.
¿Cuáles son los obstáculos para la formalización de la economía gig?
La manera en la que están concebidos el empleo formal y la cobertura de la seguridad social obedece a un modelo tradicional de trabajo en donde cada empleado tiene un trabajo principal y su empleador se encarga de pagar las contribuciones correspondientes. Si nos limitamos solo a este modelo, se hace muy difícil adaptar la regulación del trabajo a la economía gig, dadas la diversidad y flexibilidad que implica esta modalidad. En particular, el uso de varias plataformas diferentes, la alta rotación en estos trabajos, la irregularidad en los días y horas de conexión para generar ingresos hacen que el enfoque basado en los empleadores haciendo contribuciones sea difícil de implementar. No es clara la relación de dependencia, la cual está basada en la relación laboral, un lugar específico para desempeñar una tarea y jornadas de tiempo completas.
Una propuesta es tener una nueva categorización de trabajadores de plataformas digitales que permita evitar el encasillamiento de los trabajadores en independientes o empleados.
Frente a nuevos desafíos, soluciones innovadoras
Ante la dificultad y a veces imposibilidad de implementar regulaciones que aún no están al día con las nuevas realidades de los mercados laborales, en la mayoría de los países ha quedado la responsabilidad completa de aseguramiento y ahorro sobre los hombros de cada trabajador que genera ingresos a través de una o varias plataformas. Esto equivale a tratarlos como trabajadores independientes, y el resultado es que la mayoría no utiliza voluntariamente los mecanismos disponibles para asegurarse. Los estudios y pilotos del Laboratorio de Seguridad Social Digital del BID (antiguamente Laboratorio de Ahorro para el Retiro), han demostrado que existen distintas barreras de comportamiento que dificultan el aseguramiento.
Varios estudiosos del tema han propuesto partir de una nueva definición laboral para los trabajadores que utilizan las plataformas, pero que no cumplen con los requisitos de trabajadores de tiempo completo ni pueden considerarse independientes. Uno de ellos, el profesor de la MIT, Jonathan Gruber, investigó el perfil de los trabajadores de la economía gig y el tipo de beneficios que podrían diseñarse para su cobertura de seguridad social.
Su propuesta es tener una nueva categorización de trabajadores de plataformas digitales que permita evitar el encasillamiento de los trabajadores en independientes o empleados, lo que permitiría dar flexibilidad a la contratación laboral independiente, pero reconociendo el financiamiento de beneficios sociales como el seguro de salud, el ahorro para el retiro y otras formas de aseguramiento.
¿Podemos adaptar la propuesta de Gruber para América Latina y el Caribe?
En una conversación con el BID, Jonathan Gruber expuso los principales hallazgos de su investigación, y discutió los cambios de política pública que pueden hacerse a los esquemas de beneficios de los trabajadores que utilizan plataformas digitales. Si bien su investigación se centra en Estados Unidos, hay elementos compartidos con países de América Latina y el Caribe.
Algunas alternativas para ampliar el aseguramiento de los trabajadores de la economía gig, manteniendo la flexibilidad que tanto valoran, incluyen:
- Hallar una nueva categorización que refleje el valor de la flexibilidad horaria y el pluriempleo o multiapping (usar dos o más aplicaciones o plataformas al mismo tiempo para generar ingresos);
- Establecer fondos de beneficios flexibles para trabajadores en los cuales las plataformas digitales aporten activamente;
- Implementar esquemas preestablecidos (defaults) de contribuciones para quienes usan plataformas;
- Hallar mecanismos para facilitarle a las plataformas y quienes las utilizan los mecanismos electrónicos de cotización y/o aporte.
Las plataformas jugarían un papel fundamental en la aplicación de estas alternativas pues es poco probable que los trabajadores ahorren o se aseguren de manera orgánica y sin ayuda. Sería fundamental también repensar las fórmulas tradicionales en los modelos de aseguramiento, por ejemplo, la definición de porcentajes específicos para ahorro individual y el seguro de salud.
El momento en que se ofrecen las alternativas de aseguramiento es crítico cuando se trata de trabajadores no asalariados.
El timing es clave
Los hallazgos de Jonathan Gruber y el BID coinciden en la complejidad de captar la atención de los trabajadores independientes para lograr que utilicen esquemas de aseguramiento y ahorro. Las intervenciones del Laboratorio de Seguridad Social Digital del BID han demostrado que el momento en que se ofrecen las alternativas de aseguramiento es crítico cuando se trata de trabajadores no asalariados
El interés en ahorrar o asegurarse no es permanente, y las personas ponen atención a ello en el momento en que inician un empleo o cuando tienen alguna contingencia.
Adicionalmente, la automatización de los mecanismos de ahorro por sí sola no es suficiente si las condiciones de acceso a los servicios de ahorro y aseguramiento son complejas. Las opciones por default son la mejor solución para captar la atención de los trabajadores. Para el caso específico de los trabajadores de plataformas -y eventualmente de todos los independientes-, la firma de términos y condiciones (o de contrato, si aplicase) podría ser un buen momento para hacer preguntas o transmitir mensajes para que opten por asegurarse socialmente, ya sea con aportes automáticos a la seguridad social, o con otros productos financieros.
Ensayo y error para mejorar la economía gig: el Laboratorio de Seguridad Social Digital del BID
A pesar de las ventajas que tienen las opciones por default, lo disruptivo de la economía gig limita el cumplimiento de las regulaciones vigentes. Cualquier tipo de aportes para el aseguramiento que faciliten las plataformas puede resultar en el reconocimiento de una relación laboral cambiando radicalmente los modelos de negocio de la economía gig.
Se necesitan reformas a las regulaciones que permitan el aseguramiento flexible sin modificar el diseño y funcionamiento de esta nueva forma de empleo. Para encontrar estas soluciones, el Laboratorio de Seguridad Social del BID trabaja en colaboración con actores clave en la región para probar mecanismos de aseguramiento básicos para trabajadores independientes. Esto incluye esquemas de ahorro de emergencia, ahorro voluntario para el retiro, o seguro médico, entre otras opciones. En el largo plazo esperamos que los aprendizajes ayuden a diseñar soluciones que se adapten a las nuevas modalidades de trabajo del siglo XXI, y permitan mejorar la vida quienes utilizan este tipo de opciones ocupacionales.
Aprende las alternativas que hay para incluir a los trabajadores de plataformas a la seguridad social en esta conversación de Jonathan Gruber con los especialistas del Laboratorio de Seguridad Social Digital del BID 👇
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