Antes de la pandemia, Lorena trabajaba como vendedora de manualidades en un mercado semifijo de Ciudad de México. Con la cuarentena sus ingresos se vieron significativamente reducidos. Una vez que agotó sus ahorros, y ante la necesidad de sostener de su hijo de 4 años, empezó a buscar formas alternativas y flexibles para generar ingresos. Por las mañanas, conducía con Beat, por las tardes repartía a domicilio con DiDi Food y por las noches dedicaba unos minutos a gestionar la venta de sus manualidades a través de Mercado Libre.
Es caso de Lorena no es aislado. Una de las nuevas realidades que la pandemia ha puesto sobre la mesa es la oportunidad que las nuevas tecnologías brindan a millones de personas para generar ingresos, sin que ello signifique dedicar jornadas laborales completas como exigen las regulaciones laborales. Igual que para Lorena, las plataformas digitales se han convertido en una fuente relevante de ingresos para muchas personas en América Latina y el Caribe en los últimos meses. Por ejemplo, en una encuesta a usuarios conductores de Beat en Chile, Colombia, México y Perú realizada en 2021, casi la mitad (el 48%) reportó que la pandemia influenció su decisión de conducir en esta plataforma de transporte.
Las plataformas digitales como nuevas modalidades de trabajo
Con el crecimiento de nuevas modalidades de trabajo como las que ofrecen las plataformas digitales de transporte, entrega de comida, e intermediario de ventas y servicios, vemos cómo se rompe el esquema tradicional de empleo. Las personas valoran la flexibilidad que ofrece poder trabajar con varias plataformas a la vez e incluso complementar sus ingresos con otras ocupaciones. En una encuesta de DiDi México realizada en 2021, el 64% de los socios conductores indicó que no dejarían de utilizar DiDi si le ofrecieran un trabajo a tiempo completo.
Más allá de proporcionar ingresos vitales para millones de personas en la región, uno de los grandes desafíos que trae consigo esta nueva modalidad está estrechamente relacionado con un mal tradicional de los mercados laborales de América Latina y el Caribe: la desprotección de la mayoría de los trabajadores, quienes no cuentan con sistemas de salud y pensiones universales que los protejan ante distintos riesgos como el de la pandemia. Lorena, por ejemplo, no estaba del todo protegida ante riesgos como emergencias sanitarias o financieras. Cuando ella contrajo COVID-19, se vio forzada a dejar de trabajar por dos semanas. En ese periodo, no solamente sufrió las consecuencias de no estar cubierta por ningún tipo de seguro de salud, también sufrió un golpe económico fuerte, ya que no contaba con ningún tipo de crédito para afrontar una emergencia.
Las deficiencias de la seguridad social vigente
Este dilema es uno al que se enfrentan muchos trabajadores independientes o de bajos ingresos en nuestra región. Esto se debe a que, en gran medida, los sistemas de seguridad social tradicionales fueron diseñados de tal forma que solamente protegen a las personas con un estatus de empleo formal. Para personas como Lorena, que ahora utiliza varias plataformas para generar ingresos y que no cuenta, por tanto, con un empleador fijo, no existen opciones de aseguramiento que se adapten a sus necesidades. Así, la ausencia de soluciones de aseguramiento adaptadas a la realidad de los trabajadores de plataformas afecta a una población cada vez mayor de la región desprotegidos ante altibajos financieros, emergencias médicas, pérdida de empleo, etcétera.
La solución: El Laboratorio de Seguridad Social Digital del BID y BID Lab
Es por este desafío que surge el Laboratorio de Seguridad Social Digital del BID y BID Lab. El auge de la economía gig, especialmente en el mundo pospandémico, plantea la pregunta: ¿cómo podemos diseñar nuevos productos de aseguramiento que se adapten la flexibilidad los trabajadores independientes? El Laboratorio de Seguridad Social Digital sirve para probar y evaluar programas piloto innovadores, utilizando mecanismos de seguros básicos para trabajadores de plataformas digitales en la región. Estos mecanismos de seguro básicos pueden incluir esquemas de ahorro de emergencia, ahorro voluntario para el retiro o seguro médico, entre otras opciones. A largo plazo, esperamos que los aprendizajes ayuden a ampliar las nuevas soluciones que se adapten a las nuevas modalidades de trabajo que ofrecen las plataformas digitales y contribuyan a la discusión de políticas de la región sobre el trabajo gig y las implicaciones en los mercados laborales.
Este esfuerzo significa la continuación del Laboratorio de Ahorro para el Retiro, un proyecto que desde 2016 han llevado a cabo la División de Mercados Laborales del BID y BID Lab. Esta iniciativa se enfocó en buscar soluciones para aumentar el ahorro voluntario de los trabajadores independientes y de bajos ingresos Chile, Colombia, México y Perú. Sobre la base de los aprendizajes acumulados durante estos años, a través de las intervenciones basadas en la tecnología y la economía del comportamiento, el Laboratorio de Seguridad Social Digital busca en esta nueva etapa soluciones específicas por país enfocadas en la seguridad social de los trabajadores de plataformas digitales para, así, mejorar la vida de más personas como Lorena.
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