Casi todos los días, las portadas de los diarios de América Latina y el Caribe incluyen alguna noticia sobre pensiones. El debate es, en general, difícil, y tiene por detrás una importante cuestión que todavía como sociedad no hemos respondido del todo: ¿cómo afrontar el gran reto del envejecimiento poblacional? Las pensiones son claramente un elemento central de ese debate. Obtener una buena pensión es importante tanto desde el punto de vista del individuo (que desea mantener su estándar de vida a pesar de que su capacidad de trabajar se ve reducida) como de la sociedad (que contará con adultos mayores que, al seguir percibiendo ingresos, pueden consumir y mantenerse económicamente durante su vejez). Estamos todos de acuerdo que queremos pensiones (¡y ojalá muy buenas pensiones!), pero una pregunta importante es: ¿cómo pagamos las pensiones en un contexto donde cada vez habrá más adultos mayores, sin comprometer otros objetivos de desarrollo?
Al final, hay que poner más plata
Una posible respuesta es que el Gobierno incremente los recursos de impuestos generales que destina a pensiones. ¿Pero podría el Gobierno hacerse cargo integralmente de nuestras pensiones? El hecho de que América Latina y el Caribe está envejeciendo rápidamente y que estamos viviendo cada vez más años amenaza con llevar a muchos países de la región a una situación fiscal insostenible.
El hecho de que América Latina y el Caribe está envejeciendo rápidamente y que estamos viviendo cada vez más años amenaza con llevar a muchos países de la región a una situación fiscal insostenible.
¿Deberían los empleadores aportar más? Esto puede ser deseable en algunos contextos donde el empleador no hace ningún aporte. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que los altos costos de contratación de trabajadores (que incluyen salarios mínimos, contribuciones obligatorias a la seguridad social y costos asociados al despido, como indemnizaciones) hacen que las empresas tampoco puedan asumir toda la responsabilidad (si se aumentan los pasivos que los empleadores deben cubrir, normalmente aumenta también el desempleo o la informalidad).
¿Y los individuos? Para asegurar una vejez digna, es cada vez más importante que nosotros como individuos tomemos acción y empecemos a formar parte de la construcción de nuestras pensiones. Ahora bien, ¿cómo nos organizamos para empezar a ahorrar para el retiro desde jóvenes? Diversos estudios han demostrado que los seres humanos tenemos una preferencia por el consumo presente sobre el consumo futuro, lo que hace que ahorrar sea difícil (en especial cuando se trata de un futuro muchas veces lejano). Además, aunque tengamos el verdadero interés por hacerlo, nos encontramos con dificultades como elegir cuánto ahorrar y de qué manera hacerlo. En este sentido, los gobiernos tienen un rol fundamental en el establecimiento de sistemas de pensiones que permitan y faciliten a sus ciudadanos ahorrar para su vejez y acceder a pensiones adecuadas en esta etapa. Asimismo, los empleadores también pueden tener un rol clave a la hora de facilitar a sus trabajadores el acceso al ahorro para el retiro.
Para asegurar una vejez digna, es cada vez más importante que nosotros como individuos tomemos acción y empecemos a formar parte de la construcción de nuestras pensiones.
Como casi todo en la vida, probablemente la respuesta de cómo pagar las pensiones debe venir por que todos hagamos un esfuerzo adicional. Los gobiernos de manera natural, dado el envejecimiento poblacional, van a tener que hacer mayores gastos pensionales, pero empresas e individuos van a tener que hacer cada vez mayores esfuerzos para afrontar este problema.
Todos deberíamos poder acceder a una pensión
Desafortunadamente, muchos trabajadores en América Latina y el Caribe no participan en los sistemas de seguridad social porque operan en la informalidad. En su caso, muchas veces el salario con suerte alcanza para cubrir los compromisos presentes (como puede ser el arriendo de la vivienda, las cuentas del hogar y la educación de los hijos), lo que imposibilita el ahorro para financiar su pensión futura. En estos casos, tanto el gobierno como la sociedad deben tener un rol fundamental para prevenir la pobreza de estos trabajadores durante la vejez, como por ejemplo a través de sistemas de pensiones solidarias financiadas por impuestos generales. Es muy importante que lo entendamos como sociedad, y que podamos, todos juntos, trabajar y ahorrar para que podamos contar con una vida digna y libre de pobreza durante la vejez.
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