Cuando hablamos de trata de personas podemos llegar a pensar en imágenes cargadas de cadenas, lazos y vendas. Aunque es un delito que puede implicar abusos físicos, el panorama es mucho más amplio y la problemática puede estar “oculta a simple vista”. Algunas campañas señalan que los signos de la trata se pueden rastrear, por ejemplo, en ambientes laborales de jornadas excesivas, pagos muy bajos o residencia en lugares de trabajo. También se puede identificar cuando hay amenazas de arresto, privación de alimentos o restricciones a las libertades para socializar.
La trata además es ejercida en múltiples escenarios: puede ocurrir internamente o en flujos migratorios mixtos; es perpetuada por desconocidos en otros lugares del mundo o por familiares cercanos. Puede ocurrir en el encierro físico o bajo la coerción digital. Las mujeres y las poblaciones diversas son las más expuestas y cada vez más son captadas por canales digitales. Es una problemática compleja que requiere un abordaje diferencial, multisectorial e innovador.
En el Quinto Diálogo de Trata de Personas en América Latina y el Caribe organizado por la División de Innovación para Servir al Ciudadano (ICS) de BID, exploramos junto a autoridades de gobiernos de toda la región cómo lograr este objetivo.
¿Qué es entonces la trata?
La trata de personas es un delito que actualmente afecta a todos los países. Esta ocurre cuando se captura y/o traslada a personas para su explotación, a través de engaños, amenazas, uso de la fuerza, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad. Las personas víctimas de trata pueden ser obligadas a realizar trabajos forzados, a participar de actividades delictivas, o también pueden ser víctimas de explotación sexual e incluso de extracción de órganos.
Se estima en 2,5 millones el número de personas víctimas de la trata en el mundo. Sin embargo, se calcula que por cada víctima de trata de personas identificada existen 20 más sin identificar. En el año 2018, el 50% de los casos de trata correspondieron a la modalidad de explotación sexual y un 38% a la laboral.
Los padecimientos son distintos; las necesidades también: enfrentar la trata con enfoque diferencial
En Latinoamérica las mujeres y las niñas, son las más afectadas por la trata de personas en general. Centroamérica concentra más víctimas por cada 100.000 habitantes que cualquier otra región del mundo. En Sudamérica, el 93% de las víctimas de trata fueron detectadas dentro de la misma región. En esta subregión, la gran mayoría de las víctimas de trata detectadas (80%) son de sexo femenino, mujeres y niñas. Las mujeres adultas constituyen por poco una mayoría general de las víctimas detectadas (51%), mientras que las niñas representan una proporción significativa (31%).
- Mujeres y niñas
El mayor riesgo que experimentan las mujeres y niñas frente a situaciones de trata está relacionado en muchas ocasiones con experiencias de violencias basadas en género, prejuicios, estereotipos y desigualdad de oportunidades socioeconómicas. Por lo tanto, es crucial que las estrategias de lucha contra la trata tengan un abordaje diferencial para la prevención y atención integral. Por ejemplo, se destaca la relevancia que tienen la complementariedad de programas de inclusión económica para prevenir el riesgo de exposición ante eventuales situaciones de trata. Así mismo, la necesidad de impulsar campañas pedagógicas y de sensibilización para reducir situaciones de violencia sexual que pueden estar asociadas con la trata de personas.
- Hombres y niños
En el caso de los hombres y niños se requiere un mayor énfasis en la prevención de situaciones de explotación laboral y trabajo forzoso. Reconocer la naturaleza de los casos de trata, sus causas y consecuencias diferenciadas por género es un pilar para desarrollar una respuesta integral.
- Poblaciones diversas
En la región también se ha identificado que otras poblaciones diversas, como los pueblos indígenas, las personas con discapacidad y la población LGBTQ+ pueden experimentar un mayor riesgo ante estas situaciones. Es por esto que se hace necesario crear campañas y medidas de atención que sean culturalmente pertinentes y accesibles para los diferentes grupos poblacionales. Por ejemplo, existen avances significativos en algunos países que buscan crear mensajes de prevención adecuados a las lenguas indígenas, las tradiciones y cosmovisiones de los pueblos.
¿Qué sectores intervienen en la prevención y abordaje de los casos de trata de personas?
- Sector público
Uno de los principales desafíos para combatir este crimen es la intervención del sector público para lograr el diseño e implementación efectivos de políticas que apunten a fortalecer la capacidad estatal para prevenir y responder a la trata de personas. La respuesta del sector público debe ser coordinada e integral. Para esto, es necesario seguir avanzando en la creación de marcos legales para definir las responsabilidades, obligaciones, roles y coordinación de instancias públicas. Así como la creación y fortalecimiento de instancias y estructuras que permitan la correcta prevención de los delitos, atención a las víctimas y la persecución de los delitos.
- Sector privado
La trata de personas se ha convertido también en un desafío para el sector privado. Muchas de las industrias y sectores integrados en los mercados globales ven la importancia de combatir este crimen al interior de sus negocios. De aquí que resulte de vital importancia trabajar en la creación de alianzas estratégicas con el sector privado para luchar contra la trata de personas.
A menudo es un desafío para las empresas comprender el alcance de su exposición al riesgo. El sector hotelero es uno de los más comunes en donde suceden las transacciones de explotación sexual de mujeres, niños, niñas y adolescentes. Asimismo, se detectan casos en las cadenas de valor de industrias. Algunos ejemplso son la agricultura, supermercados, la tecnología de la información y la comunicación, la confección y los textiles. Acciones como el fortalecimiento de estándares y códigos de conducta y la implementación de medidas de debida diligencia que abordan específicamente los indicadores de riesgo de la trata de personas resultan clave en la prevención de la practicas de riesgo en el sector privado.
Soluciones innovadoras para la prevención y atención de la trata
Los últimos reportes a nivel global evidencian que los canales digitales son cada vez más usados para la captación y explotación en situaciones de trata de personas. Por redes sociales se publican ofertas laborales engañosas que funcionan como método de atracción y captación de las personas. Además, cada vez es más frecuente la dinámica de trata basada en internet, en la que las personas, sobre todo mujeres y niñas, son explotadas sexualmente a través de plataformas de streaming o son chantajeadas con contenidos íntimos. Por lo tanto, es sustancial acompañar las estrategias de prevención con sensibilizaciones y capacitaciones en seguridad digital para evitar los riesgos de exposición en estos nuevos escenarios.
Sin embargo, la tecnología también es una gran aliada para acercar los servicios a las personas que no pueden acceder a ellos de forma presencial, ya sea por falta de tiempo o recursos para trasladarse, porque acudir a estos representa un riesgo, o debido a que su movilidad está restringida, tal como suele suceder en los casos de trata. Las plataformas digitales para la atención de víctimas de violencia basada en género es un ejemplo de lo anterior, y pueden constituir una alternativa para que las personas en situación de trata logren contactar a las instituciones que pueden protegerles.
Otro ejemplo de uso de la tecnología para la prevención de la trata son los juegos o aplicaciones como medio para sensibilizar acerca de la identificación de potenciales situaciones de trata de una manera didáctica para niños, niñas, y adolescentes en riesgo de ser víctimas de este delito. De esta forma, la interacción se presenta más accesible para que comprendan las situaciones que los pueden poner en riesgo de captación, traslado, acogida, y explotación de personas y se puedan prevenir estos delitos o brindar la atención adecuada ante la detección de un caso.
Las claves a la hora de diseñar soluciones efectivas basadas en tecnología para abordar esta problemática es hacer un diseño centrado en el usuario, en este caso las víctimas de trata; colocar los aspectos de seguridad y éticos como principios centrales de las decisiones de diseño; y considerar desde el principio las coordinaciones y trabajo interinstitucional requerido para la sostenibilidad de las soluciones, pero sobre todo para la atención integral de las víctimas. Las personas en situación de trata pueden enfrentar diversos riesgos y presentar múltiples necesidades que requerirán la intervención de varias instituciones y servicios.
¿Cómo apoyamos soluciones para esta problemática desde el BID?
Desde el BID, se están llevando a cabo esfuerzos para apoyar en la detección, prevención, y atención de este crimen en la región de América Latina y el Caribe. Además del Diálogo Regional de Política, el pasado mes se llevó a cabo el taller de trabajo del Bien Público Regional (BPR) “Modelo de fortalecimiento de capacidades institucionales del sector de seguridad y justicia para responder a la trata de personas en ALC con enfoque de género y abordaje del ámbito digital”. Asimismo, se está trabajando en la generación y divulgación de conocimiento del crimen de la trata en ALC.
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