La tecnología a favor de la atención a la violencia contra las mujeres
El 2020 no solo será recordado por la pandemia por COVID-19, sino también por los profundos cambios que esta trajo en la forma de relacionarnos, hacer negocios y construir comunidades. La Pandemia también exacerbó problemas como la violencia contra las mujeres, ya que el riesgo de que las mujeres la sufrieran a manos de pareja o familiares se incrementó al tener que estar confinadas en sus casas junto a sus agresores, a la vez que se redujo su contacto con sus redes de apoyo en la comunidad. ¿Lograron los servicios de atención a la violencia adaptarse bajo estas circunstancias para dar una respuesta a esta situación?
Confinados, pero conectados en la pandemia
De acuerdo con We are Social, el uso de las redes sociales creció 13% en 2020 (el crecimiento fue 9% en 2019) con casi 500 millones de nuevos usuarios. Además, en su reporte Think Forward 2021: El Reset de las Redes Sociales señala las nuevas tendencias en el uso de estas redes que fueron emergiendo cuando casi la mitad de la población mundial (3,900 millones) tuvo que estar confinada en sus casas por la pandemia.
Entre estas tendencias, el reporte menciona que la gente usó las redes sociales para participar en comunidades locales con el propósito de compartir recursos e información para protegerse durante el COVID-19, conectarse con vecinos y familiares para apoyarse mutuamente, pronunciarse frente a injusticias sociales e incluso conectarse a eventos culturales o educativos. Por supuesto, alrededor del mundo, muchos servicios también fueron transformándose, por ejemplo, las escuelas empezaron a operar en línea, mientras que la telemedicina fue ganando espacio. Incluso, aquellos servicios que eran inconcebibles que fueran suministrados por internet, se volvieron digitales, como los servicios religiosos y funerarios.
¿Transformación digital de la atención de la violencia contras las mujeres?
En algunos contextos, los servicios para la atención de la violencia contra las mujeres dejaron de operar momentáneamente, debido a las medidas de cuarentena domiciliar y distanciamiento social, paradójicamente cuando se estaba dando un incremento de los reportes de casos. Los países que contaban con líneas telefónicas de atención pudieron tener una mejor capacidad de respuesta frente a este aumento de casos, pero los que solo contaban con servicios presenciales, tuvieron que implementar rápidamente servicios remotos por teléfono, chats y/o correo electrónico para brindar el apoyo necesario.
Solo algunos países decidieron avanzar a una transformación digital más profunda de sus servicios, creando plataformas digitales para brindar atención integral y especializada de corto y largo plazo. Por ejemplo, Honduras puso en marcha la plataforma CONECTA y El Salvador la plataforma 126 Te Orienta para acercar de forma virtual los servicios a las mujeres.
Plataformas digitales, una innovación en la atención
Las plataformas CONECTA y 126 Te Orienta son una solución innovadora para conectar digitalmente las mujeres que sufren violencia con las proveedoras de servicios públicos que brindan orientación, atención psico-social y asistencia legal. Incluye funcionalidades como chat, sesiones de audio y videollamadas, módulo para agendar citas en línea con especialistas que atienden y hacen seguimiento de los casos. Además de contar con los servicios integrados en una sola plataforma digital, la estrategia de estas plataformas considera el establecimiento de alianzas con el sector privado de telecomunicaciones, con miras a impulsar la gratuidad de los servicios en línea para las usuarias, quienes muchas veces no cuentan con datos suficientes en sus celulares para conectarse al internet.
CONECTA y 126 Te Orienta cuentan con un protocolo de operación definido, un sistema de referencias y directorios a servicios complementarios para las sobrevivientes de violencia, materiales educativos y ofrece información sobre autocuidado y seguridad para sus usuarias. A nivel de comunicación, los servicios de las plataformas digitales se dan a conocer a su grupo meta por medio una campaña en redes sociales. Esta iniciativa se implementa como una colaboración entre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Instituto Nacional de la Mujer y el Programa Ciudad Mujer en Honduras. En El Salvador, esta colaboración se da entre el BID y el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer. Los servicios remotos se operan a la par de los servicios presenciales en ambos países para ofrecer distintas opciones a las usuarias.
Con la implementación de estas iniciativas, se facilita que las mujeres accedan al apoyo de las instituciones para que reciban la atención adecuada y oportuna, previniendo femicidios y otras formas de violencia contra ellas. También, genera ahorro de tiempo y recursos económicos para las usuarias, ya que no tienen la necesidad de trasladarse a las distintas oficinas de atención. Estas plataformas muestran un nuevo camino para la atención de la violencia contra las mujeres, incluso en zonas geográficas donde no existía este tipo de servicios, siempre y cuando haya conectividad digital. Al mismo tiempo dejan lecciones aprendidas y retos para ampliar esta forma de atención.
Conexión, Conexión, Conexión
Existe una célebre frase que reza “Localización, localización, localización” para enfatizar la importancia de la ubicación de los puntos de venta para el éxito de los negocios. Aplicando una idea similar a la provisión digital de servicios, el factor de éxito es “conexión, conexión, conexión”. Y, ¿por qué conexión? Porque todavía el acceso a internet es limitado, dado que a nivel mundial solo 51 personas usan el internet por cada 100 habitantes, y para los países en desarrollo esta cifra es menor con solo 44 por cada 100 habitantes. Además de la cantidad, la calidad de la conexión también importa.
La experiencia de CONECTA en Honduras y 126 Te Orienta en El Salvador muestran que las plataformas digitales abren oportunidades para la expansión de los servicios de atención para las mujeres que experimentan violencia de género, ya que existe una demanda de dichos servicios, y sobre todo en un contexto de pandemia en el que las medidas de confinamiento y distancia social nos seguirán acompañando por algún tiempo. No obstante, volverse digital no es una solución completa, cuando hay mujeres que no cuentan con las condiciones, ni recursos económicos para lograr una comunicación estable por internet para recibir la atención con calidad, o que simplemente no cuentan con conexión alguna para acceder a la misma.
La transformación digital de los servicios nos plantea dos retos: uno, de conectividad, ¿cómo facilitamos el acceso con calidad a internet para las potenciales usuarias de este tipo de servicios?; y dos, de conocimiento, ¿cómo evaluamos el impacto de estos servicios en quienes los usan?
Mientras estos retos se resuelven, el uso de plataformas digitales para la atención a la violencia contra las mujeres ha llegado para quedarse, pero coexistiendo con los servicios presenciales tan necesarios para atender a las mujeres que, por hoy, todavía no forman parte del Ciberespacio. Resolver estos retos requieren acciones desde el sector público, privado y organismos internacionales bajo una sola consigna: pongamos la tecnología a favor de la atención a la violencia contra las mujeres.
Efrain Vargas Millan Dice
Nidia estoy interesado en la plataforma digital para la mujer que están usando en Honduras y El Salvador, aunque traen diferente nombre me doy cuenta que es el mismo desarrollo, mi pregunta es si es de uso libre? ya que participa el BID!!