La trata de personas es un fenómeno global que viola los derechos humanos de alrededor de 40 millones de personas al año. Sin embargo, este número impresionante es solo la punta del iceberg. Se calcula que por cada víctima de trata de personas identificada existen 20 más sin identificar[1]. Esta situación se agravó aún más a consecuencia del COVID-19, dado que el desempleo, la desigualdad, y la pobreza han incrementado la vulnerabilidad de muchas poblaciones en América Latina y el Caribe. Asimismo, el creciente uso de redes sociales por parte de tratantes y potenciales víctimas representa un factor de riesgo que hay que atender. Frente a este fenómeno, solo una cosa es segura: la trata es un grave delito a los derechos humanos y a la dignidad de las personas y la única manera de atenderla efectivamente es a través de un abordaje integral.
¿Quiénes son más vulnerables?
En América Latina y el Caribe, las mujeres y niñas representan un 76% de las víctimas identificadas. Otro grupo de alto riesgo es el de niños, niñas, y adolescentes, que constituye el 48% de las víctimas en esta región. Las niñas son detectadas con mucha más frecuencia que los niños[2]. Por otro lado, las mujeres lesbianas, bisexuales y transgénero también se encuentran entre las víctimas, en particular los casos de TDP de mujeres trans se dan por razones de explotación sexual, sin embargo, lastimosamente existen muy pocos datos sobre esta población[3].
Por otro lado, las personas de pueblos indígenas también son vulnerables a caer en redes de trata, tanto de explotación sexual como laboral. Factores como el aislamiento y la ausencia del Estado en regiones donde hay muchas comunidades indígenas implica una falta de conocimiento de las mismas víctimas sobre este delito y cómo prevenirlo o reconocerlo.
Protección y atención integral diferenciada
La trata de personas es un delito multifacético que se conforma de muchas modalidades distintas. Por lo tanto, los servicios deben ser personalizados y culturalmente adecuados. Una atención integral a víctimas ubica a la víctima al centro de los esfuerzos y ayuda a organizar la oferta de servicios alrededor de las necesidades de esta. Es importante encontrar la forma de organizar la oferta de servicios para que se minimicen los costos de participación, transacción, desplazamiento, y seguridad en los cuales incurren las víctimas.
Una víctima requiere de atención especializada desde el momento de su rescate, para cubrir sus necesidades inmediatas,conocer sus derechos y el proceso judicial y de reconstrucción de proyecto de vida posterior al rescate. A la vez, es clave seguir proporcionando protección y asistencia a la víctima durante y después de su proceso jurídico, recuperación, y eventual reinserción en la sociedad.
Así mismo, es importante garantizar el apoyo emocional, psicosocial y económico durante todo el proceso. También la atención migratoria para su regularización en el país de destino o retorno seguro a su país de origen es muy importante para evitar que la víctima vuelva a caer en redes de trata.
Atención a mujeres y niños
En el caso de niños, niñas y adolescentes se deben considerar protocolos especiales. Por ejemplo, los protocolos de protección y atención a víctimas, tanto del Paraguay y de Chile, incluyen indicaciones muy específicas de cómo manejar estos casos. Los niños, niñas, y adolescentes necesitan mayor intervención de instituciones de protección del estado.
Por otro lado, cuando hablamos de mujeres, hay más servicios disponibles para mujeres víctimas de trata que para otros grupos poblacionales, dado que representan un alto porcentaje de víctimas. Muchas organizaciones de la sociedad civil (OSC) y ONGs brindan protección, asistencia y alberges a víctimas mujeres. Sin embargo, todavía hace falta mejorar la oferta de servicios y hay una falta de recursos e infraestructura, lo cual puede influir en su recuperación física, mental, y emocional, en su revictimización, o en las probabilidades de volver a caer en una red de trata. Por otro lado, la falta de espacios que brinden atención a hombres denota un vacío para atender a una población victima de Trata de Personas que existe y que puede estar siendo invisibilizada. Esta carencia en espacios y conciencia en la región, impide lograr brindar atención integral a hombres víctimas de este grave delito.
La recuperación de las victimas, no es lineal y denota un proceso complejo que necesita de constante acompañamiento. Según datos de la ONG Rescue Freedom International, por cada año de explotación o victimización que haya sufrido, la víctima requiere de 1.5 años de recuperación a través de varios procesos de acompañamiento
Factores clave para tener servicios de calidad
Algunos factores clave para poder brindar servicios integrales son los protocolos intersectoriales bien definidos. Estos traen a todos los actores que pueden prevenir y perseguir el delito y proteger a la victima a la mesa, e incluyen formas de cooperación entre entidades gubernamentales, ONGs y organizaciones de la sociedad civil para crear una relación de confianza y trabajo coordinado. Así mismo, un personal altamente capacitado en el tema de protección y atención de víctimas. Las víctimas de trata por lo general tienen poca confianza en las instituciones estatales y la ONG y OCS pueden generar un importante puente para este acercamiento.
Hoy más que nunca, se necesita entender la importancia de los servicios y mecanismos de atención y protección a víctimas de trata, desde su creación, implementación, y coordinación. Debemos prestar atención especialmente a la coordinación interinstitucional y la articulación entre gobiernos, organismos internacionales, y organizaciones de la sociedad civil y ONGs, no solo a nivel local, sino también a nivel regional.
El diseño e implementación de políticas efectivas de prevención, protección, persecución, y reparación pueden partir de las experiencias que ya están funcionando como mejores prácticas en la región.
[1] Informe Trata y Tráfico UNODC 2018 (https://reliefweb.int/report/world/informe-mundial-sobre-trata-de-personas-2018-resumen-ejecutivo-y-cap-tulo-regional)
Otras fuentes como Walk Free Foundation y la OIT estiman que 40.3 millones de personas están siendo explotadas (https://www.globalslaveryindex.org/2019/findings/foreword/)
[2] Informe Trata y Tráfico UNODC 2018
[3] https://www.connectas.org/especiales/mujeres-trans-victimas-invisibles-de-la-trata/
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