Las niñas son agentes de cambio. Son una fuente esencial de la transformación para lograr la igualdad de género, y la tecnología es una herramienta fundamental para apoyar su labor, activismo y liderazgo.
En ¿Y si hablamos de igualdad? decidimos hablar con tres mujeres que lideran los temas sociales en el Banco Interamericano de Desarrollo. Tres mujeres que abogan por la igualdad de género, por el acceso a la educación y servicios de salud. Hablamos con ellas sobre cómo desde la niñez se puede fomentar el liderazgo femenino, comenzar a cambiar los prejuicios que enfrentan las niñas solo por su género y cómo la tecnología puede contrarrestar los temas previos.
Compartimos algunos extractos de las entrevistas:
¿Cuándo eras niña, alguna vez te imaginaste en un puesto de liderazgo? ¿De qué tipo?
Laura Ripani, jefa de división de Mercados Laborales y Seguridad Social: Cuando era niña, leíahoras y horas. o. Así que sí, me imaginaba ser la protagonista de muchos libros, descifrando desafíos, cruzando mares y montañas, y desafiando el status quo de la sociedad, y un poco rebelde como Jo en “Mujercitas”. No me imaginaba puestos de liderazgo formal. No pensé en ser presidenta, diputada ni otros puestos similares.
Caridad Araujo, jefa de división de Género, Diversidad e Inclusión: Yo fui una niña que amaba leer. Gracias a la lectura, siento que pude vivir muchas vidas e imaginarme en una enorme variedad de lugares, profesiones y circunstancias. Por ello, de niña quise ser astronauta, programadora, arqueóloga, escritora y bailarina. Sin embargo, siempre me interesó la política por lo cual hacia mis 11 o 12 años me imaginaba trabajando en un puesto de liderazgo en las Naciones Unidas: nada menos y nada más que de Secretaria General, aunque eso me da un poco de vergüenza compartir.
Mercedes Mateo, jefa de división de Educación: Nací en una familia en la que somos tres hermanas. Yo soy la mayor. Para mis abuelos, que solo tenían un hijo varón (mi padre) era muy importante tener un nieto. Como no llego, me “adoptaron” a mi como el varón de la familia. Mis útiles escolares eran de coches de carreras, a mis hermanas les regalaban peluches rosas, a mi todo con “colores de chicos” … me vestía con pantalones fundamentalmente (es algo que sigo arrastrando hasta el día de hoy, aunque hago esfuerzos 😊), mi padre me llevaba a reuniones con él. Siempre sentí que las expectativas eran altas, para bien y para mal. Nunca me dijeron lo que tenía que ser, pero siempre sentí que en lo que hiciera, tenía que hacerlo bien, marcar la diferencia. Yo siempre digo que si hubiese tenido un hermano mi historia hubiese sido diferente…
¿A cuáles prejuicios te enfrentaste durante la niñez y en tu carrera profesional?
Caridad Araujo, jefa de división de Género, Diversidad e Inclusión: Pienso que he tenido mucha suerte pues crecí en un hogar bastante progresista y con unos padres que me incentivaron y apoyaron siempre. También a nivel profesional he sido afortunada pues me he nutrido de mentores, hombres y mujeres, maravillosos. Reconozco que esas circunstancias son excepcionales y privilegiadas en nuestra región, es como una lotería que me gané.
No obstante, al igual que muchas latinoamericanas crecí en un entorno donde había normas y expectativas sociales muy fuertes sobre diferentes aspectos de nuestras vidas. Por ejemplo, crecí pensando que ser ambicioso era reprochable. Sin embargo, me tomó tiempo darme cuenta de que la ambición no es sino un deseo profundo por lograr un objetivo y que, por lo tanto, es esencial para crecer profesionalmente pues es la fuente del esfuerzo, la disciplina, la creatividad y la perseverancia que se requieren durante el trayecto hacia ese logro.
Mercedes Mateo, jefa de división de Educación: Fui a un colegio solo de chicas. Allí nunca sentí que había estereotipos. “Competíamos” entre nosotras; no había sesgos de género. Los dos últimos años antes de ir a la universidad estuve en un centro mixto. La verdad nunca se me paso por la cabeza que los chicos y las chicas teníamos capacidades diferentes. Tal vez por eso nunca sentí que alguien podía pensarlo o que dudaría de mí. Me encantaban las matemáticas, la física, la química, la lógica en el curso de filosofía. Recuerdo que realmente me divertía.Honestamente, no sentí el “peso de ser mujer” durante mis estudios. Lo sentí cuando empecé a trabajar. Tal vez porque las reglas del juego están menos definidas.
¿Qué te hubiera gustado que te dijeran/saber sobre tu futuro laboral cuando eras niña?
Laura Ripani, jefa de división de Mercados Laborales y Seguridad Social: Me gustaría que me hubiesen dicho: “Puedes hacer absolutamente lo que quieras hacer en tu vida”. No lo sabía, no lo tenía claro. Pensaba que había ciertos roles para las mujeres. Crecí pensando que debía acomodar lo que hiciera a una familia. Cuando iba a elegir mi carrera entre Economía, Administración de Empresas o Contadora, mi mama me dijo que mejor la última, así la podría hacer desde la casa, y compatibilizar con la crianza de los hijos. No le hice caso, estudié Economía. Pero era muy común escuchar este tipo de observaciones.
A mí como niña le diría: Laurita, tenés todo lo que necesitas dentro tuyo, para hacer lo que quieras hacer, y recuerda que es importante sorprenderse y divertirse en cualquier momento de la vida.
¿Crees que si hubieses crecido con la tecnología que tenemos ahora hubiese influido en tu perspectiva del liderazgo femenino?
Mercedes Mateo, jefa de división de Educación: Muy difícil responder a esta pregunta. Creo que hoy tenemos muchos más referentes femeninos de los que teníamos antes, y se habla mucho mas de ellos. Hay más acceso a información. Y además en algunos casos son líderes globales, de todas las edades, en todos los campos profesionales.
Creo que también las redes sociales pueden tener un rol negativo en el tipo de información que consumimos y como esa contribuye a formar nuestras opiniones sobre nosotros mismos y los demás…
Laura Ripani, jefa de división de Mercados Laborales y Seguridad Social: Es difícil saber la respuesta a esa pregunta. Creo que la información que nos llega a las manos todos los días vía internet, medios sociales, nos hace llegar experiencias e historias de mujeres que lideran, formal e informalmente, y nos inspiran día a día. En ese sentido quizás podría decir que si, que quizás hubiese influido en mi perspectiva. Hoy mismo me siento mucho más informada sobre el tema que hace varios años. Me encanta ver mujeres líderes, jóvenes líderes, niñas líderes.
Un futuro con más oportunidades
Este año, la ONU se está enfocando en la generación digital y cómo podemos ampliar los caminos para que todas las niñas de esta generación, independientemente de su raza, género, idioma, capacidad, situación económica y origen geográfico, exploren todo su potencial. Desde el Banco Interamericano de Desarrollo una de nuestras prioridades es asegurarnos que la inclusión y la igualdad de género esté presente como objetivo en todas nuestras operaciones. Mediante la creación de nuevas líneas operativas y la incorporación de estos valores a todo nuestro portafolio, apoyamos un desarrollo y recuperación inclusivos de la región. En este proceso, el liderazgo femenino es clave, ya que garantiza mayor paridad de género dentro de las empresas, y mayores oportunidades de crecimiento para todas las mujeres. Por eso, queremos que las niñas de hoy y del futuro formen parte de esta transformación que impulsamos.
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