Una estrategia para la acción
Uno de los principales desafíos que enfrentamos en América Latina y el Caribe para reducir la violencia basada en género, es la baja tasa de mujeres que buscan apoyo institucional cuando la sufren. Según los datos de varias encuestas en los países de América Latina y el Caribe, entre el 50% y el 80% de las víctimas de violencia de género no busca ayuda de ningún tipo.
Las barreras que deben sortear para acceder a los servicios de atención son numerosas: las amenazas, el miedo, la vergüenza, el desconocimiento de las instituciones que pueden apoyarles, la falta de recursos para transportarse, entre otros. La lista es larga y los riesgos que toman las mujeres para buscar este apoyo es alto.
Es por eso que cuando finalmente las mujeres consiguen llegar a los servicios de atención, estos deben estar preparados para ofrecerles una respuesta a las múltiples necesidades que pueden presentar las sobrevivientes. Cada caso tendrá sus particularidades, y en muchas ocasiones, ellas requerirán distintos servicios ofrecidos por una más o más instituciones. Es aquí donde la gestión de casos juega un rol importante como estrategia para dar una respuesta integral, planificada, ética y coordinada a las sobrevivientes de violencia.
Desde el BID, hemos creado una herramienta técnica sobre gestión de casos basada en evidencia de calidad. Puedes descargar Estándares y herramientas para la gestión de casos de violencia sexual y basada en género aquí.
¿Qué es la gestión de casos?
Es un proceso de evaluación de necesidades, planificación, facilitación, coordinación y abogacía a favor de las sobrevivientes. Este está dirigido a responder integralmente a sus necesidades individuales. Se realiza con la colaboración de diferentes áreas, programas o servicios al interior de una organización o de distintas organizaciones que cuentan con los apoyos que requieren las mujeres. Aún así, la responsabilidad de gestión de casos está a cargo de personal específico dentro de dichas instituciones, generalmente trabajadoras sociales, quienes se aseguran de que las sobrevivientes reciban los recursos y servicios necesarios.
Por supuesto, las sobrevivientes también participan en el proceso, en tanto que son ellas quienes finalmente deben decidir si desean o no los recursos y servicios ofrecidos en el proceso de gestión de casos, de acuerdo con sus prioridades y expectativas. Se ha demostrado que no respetar los deseos de las mujeres que acuden a los servicios para sobrevivientes de violencia puede producir efectos contraproducentes al reducir la eficacia de la respuesta y revictimizarlas.
Es importante aclarar que no todas las mujeres que sufren violencia requieren de la gestión de casos, ya puede que algunas mujeres solo necesitarán un servicio puntual, o que se les refiera a un servicio específico para resolver su situación.
¿Qué aporta la gestión de casos en el proceso de atención a víctimas de violencia de género?
La gestión de casos conlleva muchos beneficios para las sobrevivientes y las instituciones. Si bien todavía es escasa la evidencia sobre la efectividad de las respuestas a las sobrevivientes cuando se realiza la gestión de casos, algunos estudios muestran que sus resultados son positivos para su empoderamiento y para mejorar su calidad de vida y las de sus dependientes. Además, puede apoyar la eficiencia de las organizaciones al promover una provisión de servicios planificada, coordinada y con base en resultados.
No obstante, la gestión de casos per se no será efectiva si el resto de los procesos de atención presenta problemas. Algunos ejemplos de esto son:
- Limitada o nula oferta de servicios
- Personal no capacitado para brindar atención o con problemas de burn-out
- Tiempos de espera largos para acceder a los servicios
- Débiles sistemas de referencia y contrarreferencia, entre otros.
En otras palabras, para que la gestión de casos logre mejorar la vida de las mujeres se debe fortalecer toda la cadena de atención. Solo así los servicios de atención estarán a la altura de los esfuerzos que una mujer ha tenido que hacer para llegar a ellos.
Excelente, más, creo ue no debemos enfocarnos sólo en la atención y recuperación de las víctimas, considero que habremos avanzado cuando los casos de violencia hayan disminuido.
Hay que fortalecer el trabajo con las familias, en el hogar, es ahí donde se replica el modelo de violencia, la atención es cuando el daño ya ocurrió y sí, es escasa, ineficiente y – lamentablemente -, hasta violenta en algunos casos…
Gracias Ana por tu comentario. La prevención de la violencia de género es un aspecto central… debemos seguir en este esfuerzo con intervenciones informadas por evidencia.