Cuando hablamos de violencia sexual y basada en género, el acoso y la violencia que padecen las personas LGBTQ+ no siempre es visibilizado. Si bien los datos son escasos, los que se encuentran disponibles indican que las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas en Latinoamérica y el Caribe se enfrentan a altos índices de violencia. Además, los procesos de denuncia frecuentemente tienen trámites que complejizan aún más la protección efectiva de sus derechos.
Cifras de violencia contra personas LGBTQ+
Ser una persona LGBTQ en la región significa estar expuesta a la discriminación dentro y fuera de sus casas, en sus escuelas, universidades, trabajos, en el trasporte y parques públicos. Valdría la pena entonces preguntarse ¿cuáles son los espacios en donde ellas pueden estar seguras? Según el informe El Prejuicio no Conoce Fronteras en los países de la región cuatro personas lesbianas, gays, bisexuales o trans en promedio son asesinadas cada día. Esta cifra no solo es preocupante, sino que además oculta muchos otros casos de los cuales no existe registro o reporte por parte de las autoridades oficiales.
La violencia física frecuentemente viene antecedida de otras formas de acoso como lo son los insultos, las burlas y comentarios hirientes frente a su apariencia. Esta discriminación las pone en una situación de desventaja en múltiples contextos:
En los centros educativos:
El Informe Nacional sobre Violencia de Género en la Educación Básica en México encontró que el 22% del estudiantado de educación básica se identificó como agresor de bullying homofóbico.
Así mismo, un estudio realizado por Cáceres et al (2011) en Guatemala, Perú, Chile y México encontró que el 88% de los varones entre 18 y 24 años encuestados reportaron haber escuchado comentarios homófobos alguna vez o frecuentemente en su escuela.
Al comparar entre adolescentes que experimentaron acoso debido a su orientación sexual y otros que no, los primeros reportaron haber tenido más episodios de depresión. Según la UNESCO también la posibilidad de que los primeros se ausentaran de clases según este estudio es del doble de la de sus compañeros heterosexuales/cisgénero. Estas dificultades hacen aún más difícil su permanencia en las escuelas y universidades.
En el trabajo:
El acoso o bullying también reduce las posibilidades de encontrar un empleo formal.
Por ejemplo, según la OCDE la población LGBTQ y las personas que incluyen experiencia laboral en organizaciones por la defensa de los derechos LGBTQ tienen 1.5 menos posibilidades de ser llamados a una entrevista.
Un informe de la OEA estableció que este tipo de discriminación y estigmatización implica que las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas tienen dificultades adicionales para encontrar empleos formales y generar ingresos de manera estable, por lo tanto, un porcentaje mayor de las personas LGBTQ se encuentran en situaciones de pobreza socioeconómica.
En los centros de salud:
En términos del acceso a los servicios de salud. Esto se explica principalmente por la brecha socioeconómica entre personas heterosexuales/cisgénero y las personas LGBTQ.
Pero otro factor que constituye una barrera al acceso es que solicitar servicios de salud puede llegar a ser una experiencia traumática para esta población. Existen incontables reportes de personas LGBTQ que experimentaron acoso, discriminación o rechazo en los centros de salud. Su queja constante es que el personal médico regularmente no ha sido entrenado para ofrecer trato digno y servicios adecuados a sus necesidades.
¿Cómo enfrentar la violencia en contra de las mujeres lesbianas, bisexuales y trans?
Aunque actualmente existen leyes que sancionan la discriminación y la violencia en contra de la población LGBTQ, los discursos homofóbicos continúan estando presentes en la cotidianidad de nuestros países latinoamericanos. Incrementar los esfuerzos para sensibilizar a los niños, niñas, jóvenes y adultos de los derechos de las personas LGBTQ puede ser una gran contribución para reducir la estigmatización que está relacionada con la violencia y pone en riesgo sus vidas.
Sensibilización
Es prioritario ampliar el trabajo para capacitar y sensibilizar a los profesores, personal de los centros de salud y funcionarios públicos frente a los asuntos de género y diversidad ya que ellos son quienes se encargan de proponer, diseñar o ejecutar las políticas públicas.
Representaciones visuales
También la prensa, los medios audiovisuales y la publicidad pueden hacer una gran contribución para mitigar la estigmatización en contra de las personas LGBTQ. La masificación de representaciones visuales de personas con orientaciones sexuales e identidades de género no normativas puede contrarrestar la propagación de discursos de odio.
Sistemas de atención
De la misma manera, es esencial que los países de la región busquen el mejoramiento de los sistemas de atención y respuesta en casos de violencia en contra de las personas LGBTQ. Las iniciativas para adecuar y facilitar el acceso a las rutas de denuncia permitirán una mayor protección de las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas.
Desarrollo inclusivo
Así mismo, es necesario continuar luchando contra la pobreza y mejorar el acceso a los servicios de salud, educación, promover el acceso a la vivienda, recreación y garantizar la seguridad alimentaria especialmente de aquellas poblaciones que continúan siendo vulnerables como las personas LGBTQ.
Fotos:
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