Juana tiene 20 años y hace seis meses se graduó como técnica de contabilidad en Cochabamba, Bolivia. Sus buenas notas en la escuela, sus deseos de superación y el anhelo de poder encontrar un trabajo que le permitiera lograr sus sueños influyeron para que Juana y su familia decidieran, hace unos años, hacer el esfuerzo para que ella estudiara una carrera en vez de trabajar en la tienda familiar en el barrio. Después de varios meses buscando trabajo, Juana empieza a cuestionarse si hizo bien en continuar estudiando, pues no encuentra ningún empleo que se acerque a lo que soñaba.
Retos para los jóvenes y para las empresas
La situación de Juana refleja la realidad de muchos otros jóvenes en Bolivia y en el resto de la región. Como se explica en Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar?, los jóvenes de nuestros países se enfrentan a mercados laborales hostiles, marcados por la informalidad, el desempleo y el subempleo. Si bien el libro muestra que los jóvenes cuentan con algunas habilidades socioemocionales y digitales necesarias para el trabajo, también destaca que presentan deficiencias importantes en habilidades cognitivas básicas necesarias para un buen desempeño laboral (como matemáticas, comprensión lectora y manejo del inglés). En parte, esto se debe a que, a pesar de las mejoras en cobertura educativa, la formación profesional todavía presenta problemas de calidad y pertinencia (es decir, no necesariamente está alineada con los perfiles y habilidades que demandan las empresas). La publicación también presenta que las altas aspiraciones y expectativas de los jóvenes están basadas en muchos casos en una fuerte desinformación sobre cómo funciona el mercado laboral.
Los jóvenes de nuestros países se enfrentan a mercados laborales hostiles, marcados por la informalidad, el desempleo y el subempleo.
Desde el punto de vista del sector productivo, la encuesta de mercado laboral en Bolivia muestra que las empresas tienen dificultades para contratar. No solo no consiguen trabajadores con las habilidades socioemocionales requeridas, sino que buscan personas con experiencia laboral. Sin embargo, ¿cómo pueden los jóvenes como Juana obtener esa experiencia, si no pueden siquiera encontrar un primer empleo?
Desde el punto de vista del sector productivo, la encuesta de mercado laboral en Bolivia muestra que las empresas tienen dificultades para contratar.
¿Pueden las políticas públicas solucionar esta desconexión?
En el corto y mediano plazo, las políticas públicas pueden ayudar a que los jóvenes que buscan empleo y las empresas se encuentren de manera eficiente. Las iniciativas de capacitación e intermediación laboral para jóvenes, como el Programa de Apoyo al Empleo (PAE) en Bolivia, han sido exitosas en este sentido (como muestra este estudio). Para jóvenes como Juana y buscadores de empleo adultos, el PAE ofrece información sobre vacantes y la posibilidad de tener una experiencia laboral formal y mejorar aquellas habilidades que se adquieren en el trabajo mismo (como la puntualidad y el respeto). De esta manera, se busca solucionar directamente dos de los principales problemas que alimentan el desempleo juvenil: la falta de experiencia y la brecha de habilidades. Además, se ha demostrado que tener una experiencia laboral formal puede aumentar significativamente la empleabilidad de los jóvenes en el futuro, particularmente en un contexto como el boliviano.
Las políticas públicas pueden ayudar a que los jóvenes que buscan empleo y las empresas se encuentren de manera eficiente.
Una serie de evaluaciones sobre la efectividad del PAE que estamos realizando desde el BID con académicos locales e internacionales muestran resultados positivos. En particular, los estudios reflejan un incremento tanto en la probabilidad que tienen los beneficiarios de encontrar un empleo formal luego de graduarse del programa, como en sus ingresos laborales. Ricardo Nogales, académico boliviano en la Universidad de Oxford, coincide con nosotros en que políticas como el PAE contribuyen a que los jóvenes como Juana puedan mejorar sus habilidades y acceder a trabajos formales de mejor calidad. El país tiene, sin embargo, el reto de seguir trabajando en políticas que fomenten la creación de más empleos con estas características y aumentar la formalidad, productividad y bienestar de la economía en su conjunto.
Claudia Lopez dice
Es muy importante la modificación de la educación y las políticas públicas deben de intervenir debido a que hoy en día hay personas que salen de la universidad sin conocer los indicadores básicos de ventas y cobros % de efectividad en ventas, % tiempo transcurrido % ventas de metas al mes, repartición de proporciones esto es cálculo. La parte de la inserción de los jóvenes es que las empresas deben de promover más aceptar a pasantes para adaptarlos o moldearlos a los requerimientos de la empresa. Yo como reclutadora y capacitadora hacia eso, aceptaba pasantes y los moldeaba al giro del negocio porque en su mayoría desconoce los cálculos básicos para poder medir la productividad y los resultados eran asombrosos jóvenes con habilidades y competencias ocultas. La otra cara de la moneda personas no todas con títulos de maestrías que también desconocen los cálculos básicos de indicadores de medicines por lo mismo la enseñanza está basada no en apuntar al estudiante a los puestos de trabajos y es aquí que las políticas públicas deben de hacer cambios en búsqueda de nuevas formas para la educación. Y en la misma educación técnica. Certificar las competencias y habilidades de muchas personas que por no contar con el recurso financiero no pueden optar a un estudio y un título y mejorar las conocimientos de quien tiene un título y no domina lo básico en lo que respecta a medición de productividad. Esto yo lo he vivido en todo mi trayectoria laboral y si funciona de la forma que indico. Esto beneficiará a ambas partes.
Eliasid Mercado dice
Además de la formación y conocimientos básicos, emocionales, técnicos, prácticos, etc. Que deberían ser apropiados en un sistema educativo por competencias (Tanto en la escuela como en la formación profesional), yo veo el mayor problema en las empresas es su codependencia tóxica de la experiencia del trabajador que sale y se lleva un recurso indispensable como lo es el conocimiento. El no tener un sistema de gestión del conocimiento sólido hace que pierdan el material intelectual producido por el talento humano a través de los años, si las empresas captarán y procesarán la experiencia producida por sus trabajadores y la transformarán en conocimiento fácilmente transferible y asimilable a aquellos aspirantes que poseen habilidades básicas, los requerimientos para contratar jóvenes serían diferentes y la experiencia no sería un inconveniente.
LUZ MARIA dice
Como tendremos experiencias si no nos dan ese oportunidad, dificil para los que tenemos pocos accesos.