La respuesta está en las habilidades.
En el tenis hay numerosas estadísticas que reflejan las posibilidades que tienen los jugadores de ganar. La más importante es el head to head (H2H), es decir, los resultados de partidos previos entre los mismos contrincantes; por ejemplo, si van a jugar Roger Federer y Rafael Nadal, habría que mirar cómo han salido los partidos previos entre ellos. Abundan ejemplos de tenistas que, a pesar de tener un mejor ranking propio que su rival, tienen un H2H negativo con un contrincante específico, pero quizás el caso más paradigmático sea precisamente el de Federer y Nadal. Federer, es el primer tenista varón en ganar más de 14 torneos de Grand Slam y número 1 del circuito ATP durante 310 semanas; sin embargo, se retiró con un récord negativo ante Nadal: el H2H entre ellos quedó en 24-16 a favor del tenista español. ¿Por qué? La respuesta estaba, principalmente, en el match-up, es decir, en la capacidad de un jugador de explotar con sus fortalezas las debilidades de su contrincante.
“Rafa” Nadal era lo que en el tenis se denomina coloquialmente un match-up complicado para Federer. Las virtudes tenísticas de Nadal, golpes pesados y con mucho efecto (o topspin como se les conoce en inglés), que picaban y se elevaban, eran ideales para atacar el revés a una mano a Roger Federer en su flanco menos fuerte, e ir forzándolo a cometer errores que ante otros contrincantes hubiesen sido impensados.
¿Qué hizo Roger Federer para mejorar su match-up contra Rafal Nadal? En primer lugar, accedió a innovar con una nueva raqueta de diseño avanzado. Pero el verdadero giro de 180° ocurrió cuando Federer, y su entrenador, apostaron por un reskilling, o sea reaprendizaje, reciclaje o adquisición de nuevas habilidades, basado en un juego más agresivo y un revés más potente y profundo que le permitiese explotar todas las ventajas que ofrecía su nueva raqueta. Esta combinación de innovaciones tecnológicas con habilidades adecuadas resultó exitosa: Federer ganó cinco de los seis partidos que jugó contra Nadal hasta su retiro en 2022.
Juegos ganadores para los jóvenes del sector agro en Argentina
Desde el BID también apostamos a que las personas trabajadoras armen juegos ganadores mejorando el match-up entre sus habilidades y las que demandan los sectores productivos, todo en un contexto de cambios tecnológicos acelerados.
Los sistemas agroalimentarios, claves para la seguridad alimentaria, enfrentan serios desafíos al tener que proveer alimentos sanos para poblaciones crecientes, garantizando al mismo tiempo la sostenibilidad ambiental y social en medio de los efectos y transformaciones que impone el cambio climático. Se necesita innovación para encarar estos desafíos, y la innovación requiere habilidades. De hecho, la innovación depende de personas que sean capaces de generar y aplicar conocimientos e ideas en el lugar de trabajo y en la sociedad en general. Por tal motivo, el crecimiento y el futuro sostenibles nos exigen comprender los tipos de habilidades necesarias para la innovación y las mejores maneras para cultivarlas en la fuerza laboral.
La agroindustria es uno de los motores de la economía en Argentina. Según datos de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), en 2021, las cadenas agroindustriales concentraron el 25,6% del PIB y el 70% de las exportaciones totales del país, además de generar el 24% del empleo privado del país. Para que dicho sector conserve su liderazgo productivo, debe mantenerse en la frontera de la innovación. Esto requiere que los nuevos profesionales y técnicos estén al día con la revolución industrial 4.0 aplicada al agro.
El proyecto Fortalecimiento de las capacidades tecnológicas en el sector agropecuario (Proyecto i+t) promueve la innovación y el desarrollo del sector agropecuario en Argentina por medio de la formación técnica para estudiantes de escuelas secundarias técnicas agropecuarias. Es decir, brinda herramientas para que los jóvenes cuenten con las habilidades que mejoren su match-up con la agroindustria.
Esta formación mejora las habilidades de los estudiantes y egresados recientes de las escuelas secundarias técnicas agrarias. Los beneficiarios del programa reciben capacitación virtual en las nuevas tecnologías de producción de alimentos y mentorías para la innovación tecnológica en el campo. Además, participan en escenarios de simulación digital de desafíos productivos y se conectan con los principales ecosistemas productivos de innovación del país.
Durante el ciclo de vida del proyecto esperamos equipar a más de 12.500 estudiantes de 100 escuelas –de las 433 escuelas técnicas secundarias totales del país– ubicadas en 8 provincias de Argentina con las habilidades que demanda el sector.
También está previsto que en las escuelas funcionen dos plataformas virtuales: una de mentorías para que los estudiantes puedan relacionarse con profesionales y actores destacados del sector agro, y una de escenarios simulados de producción ganadera, para adquirir habilidades vinculadas con la resolución de problemas.

Facundo, alumno de la Escuela de Educación Agraria N° 1 Dr. Ramón Santamarina, le comentó al equipo del Proyecto i+t que los cursos en nuevas tecnologías de producción de alimentos le habían permitido canalizar a su Federer interno y adquirir las habilidades necesarias para aplicar a una pasantía en una empresa emergente del agro.
Fuentes de imágenes en la portada: 123rf.com y stock.adobe.com
Interesante artículo. Me llamo mucho la atención. No sé nada de agricultura (y tampoco está entre mis áreas periféricas de interés), pero me gusta mucho el tenis. El titulo me llamó la atención y ahora creo saber apreciar lo que están haciendo con el Proyecto en Argentina y la tecnificación de la producción agrícola. El enfoque metodológico es polivalente: necestiamos datos y más datos para poder re-enfocar y/o re-aprender.
Muy astuto e ingenioso el artículo. Felicidades.