En la provincia de San Juan, Argentina, Fabricio ha culminado la formación virtual sobre introducción a las nuevas tecnologías para la producción de alimentos en el campus del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Es su último año de clases, pronto recibirá su título de Técnico en Producción Agropecuaria y, después de casi siete años de formación técnica en la secundaria agraria, resume en una oración una de las principales falencias de los marcos curriculares:
“Me pareció interesante el trabajar en base a las nuevas tecnologías, ya que es algo de lo cual poco se habla”.
Ana Luz, desde la provincia de San Juan, coincide con Fabricio:
“El aprendizaje que adquirí fueron nuevos conocimientos para poder solucionar problemas en la vida cotidiana con las nuevas tecnologías”.
¿Para qué sirven las habilidades digitales en el sector de la agricultura?
En el mundo del trabajo y en la producción de alimentos, las innovaciones tecnológicas están recreando procesos de gestión, y redefiniendo la competitividad agropecuaria. Está en curso una transformación exponencial de los procesos productivos en el sector agropecuario, más allá de los cambios técnicos o de infraestructura.
En la denominada agricultura digital o agricultura 4.0, los modelos de gestión en la producción de alimentos han incorporado nuevos actores, modificado los esquemas y las capacidades existentes, y también han redefinido las variables de competitividad y de agregado de valor.
Mientras tanto, los puentes entre la formación y los escenarios innovadores de la agricultura 4.0 son todavía muy incipientes.
Habilidades 4.0: fundamentales en el sector productivo argentino
El sector agroindustrial posee un rol protagónico en la economía argentina. Solo en 2021, representó el 16% del PIB, el 22% del empleo privado, y el 67% de las exportaciones del país.
Durante los últimos años, los procesos de innovación que mejoran la competitividad de este sector han ido en incremento de la mano con la disponibilidad y adopción de nuevas tecnologías en los procesos productivos. Los nuevos modelos de gestión agropecuaria demandan nuevas habilidades capaces de integrar y aprovechar las tecnologías disponibles, y recursos humanos en los territorios rurales con competencias técnicas para adoptarlas.
La producción agropecuaria 4.0 necesita perfiles técnicos que reconozcan estos nuevos modos de eficiencia y competitividad, y cuenten con capacidades para la innovación en sus entornos productivos. Jóvenes que conozcan sobre producción agropecuaria y el potencial de las tecnologías, y que también posean las competencias para priorizarlas, gestionarlas e incluso recrearlas. En este sentido, el impulso de nuevas formas de articulación entre el sistema educativo, las instituciones de ciencia, tecnología e innovación del sector, los actores del sistema productivo y las empresas de base tecnológica es clave para motorizar y dinamizar la economía con foco en las personas, sus comunidades y el ambiente.
¿De qué se trata esta propuesta innovadora de aprendizaje?
El BID y el INTA llevan a delante de forma conjunta el Proyecto de Apoyo a la Formación de los Estudiantes de la Educación Técnica Profesional, orientado a estudiantes de los dos últimos años de las 433 escuelas técnicas secundarias agrarias de gestión pública de Argentina.
En el país, el marco de referencia vigente para los diseños curriculares de la educación técnico-profesional en producción agropecuaria de nivel secundario data de 2007. El trayecto formativo, con una duración total de 6.480 horas, difícilmente logra integrar las transformaciones en los procesos de gestión agropecuaria que tren las nuevas tecnologías al sector de producción de alimentos. Por tal motivo, se requieren nuevos incentivos para que los y las estudiantes identifiquen y continúen formándose en habilidades relevantes para el mercado laboral y el mejor desempeño productivo.
Este proyecto conjunto de formación de jóvenes consta de tres componentes:
Formación virtual en nuevas tecnologías para la producción de alimentos
El proyecto pone a disposición cuatro cursos virtuales que:
- Introducen las nuevas tecnologías para la producción de alimentos;
- Promueven la identificación de problemas productivos y;
- Abordan nuevas formas de solución basadas en la tecnología para dar respuesta a los desafíos ambientales, a las demandas de los nuevos consumidores y a las exigencias de mayor producción.
Se trata de propuestas formativas asistidas por los profesores de prácticas profesionales de las escuelas, y que cuentan con la tutoría de especialistas del INTA de cada región. En los trabajos finales de los cursos las y los estudiantes deben identificar problemas productivos y presentar soluciones basadas en nuevas tecnologías. Estos trabajos se convierten después en propuestas de mentoría.
Me interesó aprender las diferentes soluciones que podemos darle a un problema que se nos presenta…pero lo que me pareció más interesante fue elegir problemas que estén en nuestro entorno”
Martina, provincia de Santa Fe
Mentorías para innovar en el campo
Las escuelas técnicas agropecuarias de nivel secundario tienen un enorme potencial para integrar los ecosistemas productivos innovadores, fortalecer las capacidades de formación de los jóvenes y ampliar las estrategias de primer empleo para sus egresados y egresadas.
La propuesta de mentoría del Proyecto de Apoyo a la Formación de los Estudiantes de la Educación Técnica Profesional se sustenta en la presencia territorial de INTA a través de sus unidades en las regiones del país, y en los problemas productivos identificados por las y los estudiantes en sus lugares de residencia.
Es un espacio virtual colaborativo que busca poner a disposición herramientas de formación creadas por las empresas prestadoras de tecnologías y servicios agropecuarios, así como acortar distancias entre los jóvenes y el mercado laboral.
Para que estas redes de innovación y mentoría sean efectivas, es crucial la participación del sector privado prestador de servicios basados en nuevas tecnologías para la producción agropecuaria (AgTech). En un relevamiento realizado en el marco de esta propuesta, el 85% de las empresas AgTech de Argentina se mostraron interesadas en ser parte de las prácticas profesionalizantes con estudiantes de las escuelas técnicas agropecuarias, pero solo el 10% posee relaciones y contactos con este ámbito. Es aquí donde nuestro proyecto de formación puede ser una bisagra entre el talento disponible y las empresas que lo requieren.
Simulación digital de desafíos productivos
La pandemia del Covid-19 puso manifiesto la baja disponibilidad de recursos y materiales digitales educativos específicos para la escuela técnica, cuyo rasgo central es el desarrollo de competencias vinculadas con la práctica. Las estrategias de simulación ofrecen una alternativa tanto para la comprensión sistémica de desafíos concreto, como para la proyección de decisiones, escenarios y resultados.
Entre las nuevas competencias más requeridas por el sector agropecuario se encuentran
- La disposición para encarar y evaluar gran diversidad y cantidad de información referida a la gestión productiva, y
- La habilidad de reconocer aplicaciones y herramientas útiles para la toma de decisiones en la gestión productiva.
Los entornos de aprendizaje virtuales tienen un enorme potencial para presentar desafíos, y simular roles y alternativas para la toma de decisiones en escenarios productivos definidos. A su vez, la caracterización y análisis de estos escenarios empleando soluciones de software de uso habitual en la práctica agropecuaria es de altísimo valor en la formación de los y las estudiantes.
En la primera etapa, los desafíos de simulación del programa se presentarán para la cría bovina, integrando datos reales con herramientas digitales del mundo del trabajo para que los y las estudiantes, en un rol de asesor/a técnico/a puedan enfrentar retos específicos en escenarios simulados de producción ganadera.
Este ejercicio involucra realizar descripciones del entorno (ambiente, ecología, recursos) y diagnósticos productivos (estimación de forrajes, características de los animales) más precisos, integrando apps existentes y de uso frecuente en el sector privado, promoviendo el análisis técnico con evidencia para la toma de decisiones, en escenarios de alta, media y baja productividad.
La clave está en la educación y formación relevante para el trabajo
La disrupción tecnológica que está ocurriendo en el sector agropecuario, junto con los requerimientos de sostenibilidad ambiental, social y económica en la producción de alimentos, están configurando un nuevo contexto de desarrollo productivo para las décadas venideras.
Se requieren nuevas capacidades y habilidades en todos los eslabones de la cadena, desde la producción primaria hasta las etapas de almacenamiento, logística, comercialización y consumo, para dar respuesta a las nuevas ocupaciones que están surgiendo.
El rol que pueden jugar las políticas públicas, incluyendo competencias y saberes que demanda el nuevo contexto productivo a los currículos, y entregando los recursos necesarios para que materializar esa integración, es fundamental. A su vez, el sector privado, a través de mentorías y pasantías puede facilitar la adquisición de nuevos conocimientos, la puesta en práctica de los obtenidos en las escuelas técnicas, y la transición al mercado laboral de las y los jóvenes. La interacción y colaboración entre el Estado y el sector privado y la sociedad civil será clave para la creación de un ecosistema que incentive la innovación en el aprendizaje y mejore la empleabilidad de las y los estudiantes rurales
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