Ya hablamos en este blog acerca del impacto que el cambio climático puede tener en el mercado laboral de América Latina y el Caribe. El aumento de las temperaturas y del nivel del mar ponen en riesgo el modo de vida de muchos trabajadores, y los acuerdos internacionales (como el de París) obligan a los países a disminuir sus emisiones de carbono y minimizar su impacto ambiental. Se estima que en esta transición desaparecerán los puestos de trabajo menos sustentables, pero también se crearán los llamados “empleos verdes” en industrias como la producción de energías renovables, el turismo sostenible y la gestión de desechos sólidos. Además de aumentos en el PIB, ¿cómo impactará el surgimiento de las industrias verdes y la economía verde al mercado laboral de nuestra región?
Tendencias en el mercado laboral
Algunos países de América Latina y el Caribe enfrentan mayores urgencias a la hora de mitigar y adaptarse al cambio climático. Según un ranking de Climate Watch, que mide el nivel de vulnerabilidad de los países a las consecuencias del cambio climático, República Dominicana, Bahamas, Guatemala y El Salvador se ubican entre los que tienen mayor riesgo de la región. Otros índices ubican a Colombia y México entre los más vulnerables. Esto significa que nuestra región deberá prepararse para los efectos del calentamiento global mientras transita hacia las industrias y trabajos verdes.
Nuestra región deberá prepararse para los efectos del calentamiento global mientras transita hacia las industrias y trabajos verdes.
Sectores como el de energía, agricultura, transporte y construcción estarán en el centro de esta transición, en donde podemos decir que se observarán tres tendencias. Por un lado, se crearán trabajos en nuevas industrias verdes que exigirán habilidades más especializadas por parte de los trabajadores (este es el caso, por ejemplo, de la energía solar y la energía eólica). Por otro lado, a medida que el sector productivo transite hacia prácticas más verdes, habrá una reducción en la demanda de trabajadores para ocupaciones e industrias menos sustentables (como las que utilizan energía del carbón), empujando a esos trabajadores a reinventarse en otras ocupaciones. Finalmente, las industrias ya existentes (como la construcción y el transporte) se transformarán para cumplir con las políticas de protección del medio ambiente, lo que implica que sus trabajadores deberán adaptarse a nuevos procesos productivos y capacitarse continuamente.
¿Qué habilidades se necesitarán?
No existe una receta para ingresar en las industrias verdes, ya que abarcan un gran espectro de sectores económicos. Sin embargo, un estudio identificó cuatro grupos de habilidades esenciales para conseguir un empleo verde en Estados Unidos: habilidades técnicas para el diseño y producción de tecnología verde, habilidades relacionadas a las ciencias naturales (como biología y física), capacidad de gestión y organización (para apoyar la transición hacia producción verde) y conocimientos para supervisar la implementación y cumplimiento de regulaciones y requisitos ambientales. Otro estudio, que comparó las habilidades, educación y experiencia laboral de los trabajadores en empleos verdes versus los “no verdes” (también en Estados Unidos), halló que, en general, los trabajos verdes consisten en tareas menos rutinarias y demandan habilidades cognitivas y socioemocionales más avanzadas, como liderazgo, resolución de problemas y gestión.
Los trabajos verdes consisten en tareas menos rutinarias y demandan habilidades cognitivas y socioemocionales más avanzadas, como liderazgo, resolución de problemas y gestión.
Mirando hacia adelante
La transición hacia industrias más verdes afectará la demanda de habilidades, haciendo necesario coordinar las políticas ambientales con las de desarrollo de capital humano. El sector público deberá impulsar políticas que faciliten las transiciones laborales hacia trabajos verdes, a través de intermediación laboral, portales de información acerca del mercado de trabajo y programas de capacitación que apoyen la actualización de habilidades. Para esto, es indispensable el liderazgo del sector productivo, tanto para identificar la demanda de habilidades verdes como para ofrecer oportunidades de formación a sus empleados que los ayuden a adaptarse a los cambios productivos. Además, la oferta educativa y la de capacitación deberán adecuarse a la nueva demanda de habilidades; por ejemplo, promoviendo mayor énfasis en las habilidades STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemática). Por último, los trabajadores (sobre todo aquellos en industrias menos sustentables) deberán estar preparados para adaptarse a nuevos procesos o industrias e invertir en formación a lo largo de su vida. En definitiva, será necesaria la coordinación entre los diferentes actores (sector público, empleadores, oferentes de formación y trabajadores) para garantizar una transicion exitosa hacia la economía verde.
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