Para 2050, se estima que 150 millones de personas en América Latina y el Caribe presentarán algún tipo discapacidad, lo que equivale al 19% de la población total de la región. Sin embargo, las personas con discapacidad enfrentan enormes retos para encontrar y mantener empleos de calidad: en promedio, tienen tasas de participación laboral (-14%), formalidad (-4%) y remuneración (-16%) más bajas que las personas sin discapacidad. Los servicios públicos de empleo (SPE) pueden jugar un papel estratégico para cambiar esta realidad, siempre y cuando trabajen articuladamente con otros actores del mercado laboral para fomentar acciones de inclusión.
Barreras que limitan la inclusión laboral de las personas con discapacidad
Las barreras a la inserción laboral de las personas con discapacidad pueden darse desde la perspectiva de la oferta o de la demanda. Por el lado de la oferta, este grupo enfrenta una brecha de 10 puntos porcentuales en cuanto al acceso a la escuela secundaria y de 13 puntos porcentuales en términos de graduación escolar frente a los estudiantes sin discapacidad, con lo cual hay una desventaja en la preparación para competir por oportunidades de empleo. Desde el lado de la demanda, las empresas no saben cómo preparar sus espacios para recibir a las personas con discapacidad debido a la falta de información; sumado a una serie de barreras culturales y actitudinales que dificultan la contratación.
La Red SEALC organizó recientemente un webinar para analizar el papel de los SPE de la región para derribar estas barreras. Si se trata de falta de información sobre el mercado laboral o habilidades para la búsqueda de empleo, los SPE pueden asociarse con actores locales que apoyen actividades de sensibilización y comunicación. Si las dificultades son las bajas cualificaciones y competencias, los SPE pueden colaborar con escuelas y proveedores de formación profesional. Finalmente, si las barreras son la falta de ajustes razonables en el lugar de trabajo o fallas en el sistema de apoyo de las personas con discapacidad, los SPE pueden cooperar con ONG, organismos de asistencia social y servicios de salud.
El Pacto de Productividad de Colombia
Algunos países de la región ya están fomentando la inclusión laboral de personas con discapacidad. El Pacto de Productividad de Colombia, presentado en el webinar, es un modelo de inclusión laboral para articular y fortalecer los servicios prestados a esta población. Gracias a la articulación y al interés de diversos actores, esta iniciativa público-privada identifica los actores sociales que intervienen en el ecosistema de inclusión laboral, los roles y funciones que deben cumplir, y los mecanismos de articulación que se deben dar para lograr una inclusión exitosa. El Pacto también ayudó a construir de manera participativa el modelo territorial de inclusión laboral para personas con discapacidad de Colombia, y ha sido referente para la construcción del modelo de empleo inclusivo para población vulnerable del país.
El Pacto de Productividad de Colombia es un modelo de inclusión laboral para articular y fortalecer los servicios para personas con discapacidad.
En los últimos años, el Pacto de Productividad ha logrado crear y fortalecer centros de empleo inclusivos en toda Colombia. Además, el programa ha capacitado a más de 170 centros de empleo, ha generado guías de inclusión laboral para empresarios, ha fomentado alianzas con varias organizaciones de personas con discapacidad y ha capacitado a más de 1.195 funcionarios.
La reforma de inclusión y el SPE de Estonia
Fuera de América Latina y el Caribe también hay países que están promoviendo la inclusión de personas con discapacidad, como es el caso de Estonia que se presentó en el webinar. El Estonian Unemployment Insurance Fund (EUIF), que actúa como el SPE de este país, lidera una reforma de inclusión laboral que ha permitido impulsar la participación de este grupo en el mercado laboral. También, esta reforma se ha preocupado por involucrar diferentes actores del sector privado para asegurar el éxito de su implementación.
De acuerdo con EUIF, el 44% de los nuevos solicitantes de empleo con capacidad laboral reducida encuentran trabajo en los 12 meses después de su inscripción. Hay por lo menos tres elementos generales importantes detrás de estos logros:
- Capacitación continua de consejeros para mejorar la atención a las empresas, identificar las vacantes que se ajusten a los perfiles de los buscadores de empleo, y capacitar a los empleadores sobre cómo incluir personas con discapacidad en su fuerza laboral, entre otras tareas.
- Capacitación a las empresas sobre cómo apoyar a las personas con discapacidad en el trabajo, cómo adecuar el espacio laboral de acuerdo con sus necesidades, y cómo generar un entorno inclusivo.
- Formación a las personas con discapacidad, a través de formatos adaptados a sus habilidades y a las necesidades de las vacantes a las que se desean postular. Adicionalmente, el EUFI tiene un canal de consejería en donde personas con sus mismas o similares discapacidades son las encargadas de guiarles durante este proceso.
Enfocar las acciones de los SPE en América Latina y el Caribe
Para lograr una verdadera inclusión laboral de personas con discapacidad, se requiere de intervenciones holísticas que van más allá de las iniciativas centradas en un aspecto único de la empleabilidad. Los SPE tienen que trabajar de la mano con múltiples actores que ayuden a promover estas políticas y servicios de inclusión, no solo desde el lado público, sino, por ejemplo, a través de la concientización, la generación de alianzas, y la formación de las empresas. Estas acciones deben enfocarse en la inclusión para que todas las oportunidades de empleo y los programas de formación sean accesibles para las personas con discapacidad, evitando la segregación en servicios y empleos de menor calidad.
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