Por Carolina Hadad*
A veces la gente me pregunta por qué me interesan tanto las iniciativas relacionadas con mujeres y tecnología, y si no creo que son, en realidad, una forma de autoexclusión. A veces la gente piensa que las chicas no estudian computación simplemente porque no les gusta y, por tanto, no hay nada que se pueda hacer al respecto.
Lo cierto es que la información que recibimos de muy diversas fuentes influye en nuestros imaginarios, de ahí que nuestra idea sobre un programador sea, en general, esta: varón, blanco, estudioso, feo, tímido y que no interactúa con otras personas, sólo con la computadora.
Sin embargo te sorprenderá saber que, hasta mediados de los 80, las mujeres eran mayoría en las carreras de computación, liderando muchos de los avances técnicos que permitieron que la computación sea lo que es hoy. Ada Lovelace fue, allá por el siglo XIX, la primera programadora y Grace Hopper desarrolló, a mediados del XX, la primera compiladora para un lenguaje de programación, por nombrar algunos ejemplos (este video te muestra más).
En el siguiente gráfico se puede ver claramente que, desde entonces, el porcentaje de mujeres en Ciencias de la Computación ha caído abruptamente, y sigue haciéndolo, a diferencia de lo que ocurre con otras carreras:
¿Cuál es la razón? Es difícil saberlo exactamente. Lo cierto es que, a la ver que despegaba la computación, los medios empezaron a mostrar a los programadores según el estereotipo que aún hoy sigue vigente. Ésto se consolidó con videojuegos que empezaron a tener personajes femeninos planos y altamente sexualizados, o kits de ciencia y electrónica para niños con varones en la tapa y colores tradicionalmente masculinos.
Y la historia sigue: hace unos meses Mattel retiraba el libro Barbie Computer Engineer, un título que parece positivo pero cuyo mensaje es completamente el opuesto: Barbie le pide a sus amigos hombres que programen un juego que ella sólo diseña, o que arreglen su computadora tras infectarla ella misma con un virus por error.
Lo más triste de mensajes como este, para mí, es que muchas chicas y mujeres se están perdiendo participar en un área muy diferente al que imaginan. La computación es encontrar soluciones automáticas a problemas, es una actividad casi lúdica que te permite además entrar en contacto con muchas otras temáticas, porque en el mundo de hoy no hay una sola disciplina que no se beneficie de programas informáticos o de automatizar tareas.
En mi día a día como programadora en Manas y en el iLab Latinoamerica de InSTEDD todos los proyectos se resuelven en equipo, escuchando y compartiendo ideas. He trabajado en áreas que van desde el software humanitario y de respuesta a desastres a programas que se usan en educación, salud o compra-venta por internet. He podido viajar por el mundo gracias a mi trabajo y conocer gente increíble y diversa, tantos clientes como usuarios u otros programadores. Y no puedo recordar un solo día en el que me haya aburrido.
Y personalmente me siento muy orgullosa de formar parte del primer grupo de Girls in Tech Argentina y de estar organizando Technovation Challenge por primera vez en Argentina este año 2015 junto con Global Shapers Buenos Aires.
El mundo de la computación es amplísimo y la demanda de profesionales está totalmente insatisfecha. Para el 2020 se van a necesitar casi dos veces más profesionales de los que se van a estar graduando, por eso también este tipo de trabajo es uno de los mejor pagados y con más beneficios. Es ilógico que el 50% de la población -las mujeres- estén al margen de las crecientes oportunidades que ofrece este sector.
Mi deseo es que todo el mundo pueda desarrollarse plenamente en la profesión que elija. De aquí a diez años quisiera ver más mujeres programadoras y emprendedoras, en posiciones de liderazgo en empresas y, a la vez, con una vida personal plena, como madres si así lo desean, sin tener que elegir una cosa o la otra. ¿Que aún queda mucho por hacer? Seguro, pero vamos bien encaminados. Ahora, al menos, ya conoces a una programadora.
Carolina Hadad esprogramadora en Manas y el iLab Latinoamérica de InSTEDD en Buenos Aires, Argentina, y en 2 014 hizo una pasantía en Google, en Silicon Valley. Es parte de Global Shapers y board member del capítulo argentino de Girls in Tech y está organizando la 1ª edición de Technovation Challenge, un programa sobre tecnología y emprendimiento para adolescentes.
Olga Pizarro-Stiepovic Dice
Efectivamente los que necesitamos es más mujeres que sepan programar, tenemos mujeres que utilizan computadores, hay emprendimientos basados en negocios vía web, pero al no saber programar dependen de desarrolladores, además de otros servicios.
se debe incentivar la idea de más mujeres en esta área, VISIBILIZANDO a las actuales.
Yo quede gratamente sorprendida este martes en el lanzamiento del concurso HER GLOBAL IMPACT en Santiago de Chile. Muchas jóvenes muy conectadas.
Caro Hadad Dice
Gracias Olga por tu comentario! Estoy totalmente de acuerdo con lo que decis, es asi! Evidentemente las cosas están empezando a cambiar y eso es muy bueno. La interacción y las redes de contactos son super importantes en cualquier disciplina, y nos sirve para tener un grupo de ‘role models’, que nos inspiren a seguir creciendo y por otro una red de pares para apoyarnos mutuamente. Saludos!!
Fatimasz Dice
Si creo que debemos dejar atrás el viejo paradigma de que las mujeres solo estamos interesadas en las ciencias sociales, hay mucho talento femenino en áreas tecnológicas y de programación que nadie sabe y creo que eso acentúa los estereotipos.
Caro Hadad Dice
Asi es! Gracias por tu comentario!
Francisco Vergara Dice
Sería muy útil difundir cual es el porcentaje de mujeres en Cs. de la Computación en países de América Latina (por las fuentes citadas en esta nota, parece que el gráfico se refiere a la situación en EE.UU.).
A veces, algunas políticas para la inclusión y el desarrollo diseñadas en organismos internacionales para su aplicación más o menos homogénea alrededor del mundo, aunque bienintencionadas, pueden no atender a las particulares realidades y necesidades locales.
Un ejemplo: existe un principio difundido por organismos de ayuda internacional que postula que las niñas y mujeres son excluidas de la educación y que incrementar los porcentajes de estudiantes de sexo femenino debería ser una prioridad. Esto es claramente una realidad en ciertas regiones del mundo.
Sin embargo, en países de América Latina como Argentina, las mujeres de hecho son mayoría en todos los niveles educativos, desde inicial hasta universitario. Las altas tasas de exclusión y baja graduación que sufren estudiantes pobres de ambos sexos, por otro lado, parecen responder más a deficiencias en la calidad de los servicios ofrecidos y promovidos por el estado que a un acceso insuficiente de un género en particular a la escuela.
Indudablemente el tema de la relativamente baja popularidad del estudio de areas STEM (de las cuales la computación evidentemente es una de las más demandadas por el mercado) en AmLat es un problema a resolver si realmente se desea mayor desarrollo para la región e integración competitiva a la economía global. Aumentar el número de estudiantes y graduados universitarios (de ambos sexos) en estos campos estratégicos es
crítico para el futuro de nuestros países.
Intuyo que las mujeres son minoría en las ciencias de la computación a nivel universitario en Argentina y otras economías grandes de América Latina. Si hubiera estadísticas que respalden esta impresión, me gustaría conocerlas.
Caro Hadad Dice
Hola Francisco!
Gracias por comentar! Muy interesante tu aporte, comparto tu vision sobre las particularidades de las distintas regiones y paises. Tenés razon, en Argentina las mujeres somos mayoría en todos los niveles educativos. Sin embargo en el mundo de la informática, la situación es la opuesta.
Te comparto dos artículos muy interesantes con estadísticas y estudios sobre el tema en Argentina:
http://www.mincyt.gob.ar/publicaciones-listado-tema/tic-191 -> El informe de “Situación de género en los grupos de I+D en TIC”
http://www.fundacionsadosky.org.ar/wp-content/uploads/2014/06/informe-mujeres-y-computacion-2013.pdf
Saludos!
Caro
Aldo Dice
Y es muy curioso como la mayoría de chicas que te encuentras en la carrera se parecen a los estereotipos ya integrados por la sociedad desde hace tiempo. El número es tan reducido que de verdad preocupa. Ojalá hubieras propuesto una razón como teoría, sería interesante… por que a mi no se me ocurre ninguna ;P
Cesar Calle Dice
Soy programador varón, estudioso, feo, tímido y que no interactúa con otras personas y me siento ofendido por que menciones “blanco”.
Por cierto te falto barbon y gordo….
Abrazos 😀
Annet Mora Dice
Hola! Todo lo que dices es verdad, yo soy programadora, soy de Guadalajara y estoy por terminar mi carrera. Hoy en día son muy pocas las mujeres que se involucran en esta rama y las que hay se inclinan por el diseño, cada vez que voy entrando más y más a este mundo, ahora que ya trabajo, me doy cuenta más todavía de la falta de profesionales y de la gran oferta de trabajo que hay. Ojala y muchasuerte mas mujeres se animarán a entrar a este mundo y no dejarse llevar por esos anuncios que clasifican a los géneros. Cuando mis compañeras o algunos compañeros se dan cuenta que me gusta el desarrollo simplemente me ven con cara de “estas loca”, no hay mucha gente que realmente les guste el desarrollo.
LIC.MIRIAM Dice
Hola yo soy mujer tengo 30 años y se mas de computacion que los mismos hombres, eso es lo que me dicen mis amigos, estudie todo lo de la computacion: informatica, programacion, arreglo de computadoras, diseño de paginas web., y sin embargo no gano dinero con todo esto que se, porque la gente es muy machista, no contratan a una mujer programadora o no le tienen confianza para que les arregle su laptop, te lo digo por experiencia, pues hace dos años puse anuncios en la web de que les arreglaba sus computadoras y cuando me hablaban y se daban cuenta que era mujer me colgaban el telefono o se arrepentian, entonces no es cosa de que no haya mujeres que no sepan si no que la sociedad muchas veces no acepta a mujeres en trabajos de hombres. Hay mucho machismo todavia por desgracia