Por Julie T. Katzman*
Hoy, 8 de marzo, se conmemora en el mundo entero el Día Internacional de la Mujer, una fecha que sirve tanto para celebrar los avances logrados como para poner en primer plano las barreras que, en pleno siglo XXI, aún encontramos las mujeres para ejercer nuestros derechos al mismo nivel que los hombres. Y sin tomar acciones los próximos 364 días, esas barreras seguirán ahí el próximo 8 de marzo.
Según la terminología actual, yo soy una mujer empoderada, una lideresa, he conseguido abrirme camino en un sector sumamente masculinizado. Ocupo la posición de Vicepresidenta Ejecutiva/COO en un organismo multilateral, el Banco Interamericano de Desarrollo, y sin duda algunos dirían que soy el ejemplo perfecto de que hombres y mujeres tenemos las mismas oportunidades, y de que si las mujeres nos esforzamos y nos preparamos podemos llegar a donde queramos.
Lamentablemente, la realidad es más complicada. En términos mundiales las mujeres representamos el 5% de los Board´s of Directors y el 4,6% de los CEO de las 1000 compañías más grandes del mundo. ¿De la mitad de la población mundial, de 3.500 millones de mujeres, sólo el 5% tenemos el deseo, la preparación y la capacidad para liderar una gran corporación? ¿De verdad? Que tan disparatado suena eso cuando diversos estudios muestran que tener mujeres en los consejos directivos aumenta un 53% el retorno de capital y un 42% el retorno en ventas. ¡Cualquier CEO estaría encantado con esos resultados!
Lo que ocurre es que no es cierto, no tenemos las mismas oportunidades. En Latinoamérica y el Caribe las mujeres representan ya el 41,6% de la fuerza laboral (queremos), el 46% de los ingresos universitarios (estamos preparadas) y con mucho esfuerzo estamos ocupando puestos de decisión política (lideramos), con el 25,4% del total de escaños y seis Jefas de Estado.
Más de 100 años después del primer Día Internacional de la Mujer, la reivindicación social de que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades sigue siendo necesaria. Para que toda mujer pueda, algún día, alcanzar su potencial y hacer realidad sus sueños sean los que sean: dirigir su país, ser dueña de su negocio o la cuidadora principal de sus hij@s.
Para convertir esa imagen en realidad, es necesario el compromiso personal de todos y cada uno de nosotros y nosotras. Por eso hoy, 8 de marzo de 2014, quiero reafirmar un compromiso al que intento ser fiel todos los días:
Yo, Julie T. Katzman, me comprometo a:
- Demostrar con el ejemplo a las niñas y jóvenes que sueñan con su futuro que pueden ser lo que ellas quieran. Porque es muy difícil ser lo que no se puede ver.
- Continuar siendo mentora de otras, ayudar a jóvenes para que puedan alcanzar su desarrollo profesional y apoyar el proceso de crecimiento de su vida profesional.
- Trabajar en red con otras mujeres, para poder aprender y apoyarnos las unas de las otras.
- Hacer todo lo que esté en mi mano para cambiar estereotipos y convenciones sociales que pretenden definir cómo es una mujer y cómo es un hombre.
Este es mi compromiso, no sólo para el 8 de marzo o el 11 de octubre, Día Internacional de las Niñas, sino para los 365 días del año ¿A qué te comprometes tú? Adelante, cuéntame.
Julie T. Katzman es Vicepresidenta Ejecutiva del BID
Martina Dice
Hola, soy mujer, madre y me dedico a la consultoría internacional. Actualmente ejerzo de directora de proyectos en estudios de movilidad sostenible, tráfico y estudios BRT y viajo una media de dos semanas al mes a LA (desde Europa).
Los resultados de mis proyectos son buenos tanto técnica como administrativamente y mis clientes me valoran y respetan, aunque de vez en cuando hay que escuchar comentarios machistas. Sin embargo, en el interior de las empresas no es fácil promocionar, no se valora igual el trabajo de las mujeres que el del resto de los hombres, a pesar de que tengamos mejores resultados.
Por lo tanto no creo que tengamos las mismas oportunidades, hoy en día, a pesar de estar igual, sino mejor, capacitadas para ello. Nosotros tenemos que pelear para que se reconozca lo que hacemos mientras al hombre se le da simplemente.
He querido compartir mi caso porque considero que he logrado compaginar con éxito familia y carrera profesional, pero con mucho esfuerzo, ilusión y actitud guerrera para tratar de que se vayan reconociendo los resultados. Ánimos a todas, que no nos rindamos y sigamos apostando por nuestro desarrollo en todas las facetas que nos interese… Aunque de momento tendremos que sobre esforzarnos más que los hombres, pero conseguiremos revertir esto antes que después.
Alina Dice
Totalmente de acuerdo Martina, normalmente en una Empresa es muy difícil que una mujer pueda ascender a los puestos más altos. Además Si una mujer falta por cuestiones familiares se le considera floja para ejercer su trabajo, pero si un hombre hace lo mismo se le ve como alguien responsable.
Sobresalir requiere de un mayor esfuerzo.
Flor Trillo Dice
Me encantó tu post! Somos muchas mujeres por las que trabajamos todos los días, por cambiar y mejorar nuestras realidades, pero aún falta mucho por hacer.
Este tipo de espacios es muestra de que se pueden ir haciendo poco a poco dichos cambios, yo pongo mi granito de arena todos los días: como profesionista, profesional, esposa, hija, madre! Desde casa podemos hacer muchos cosas, desde repartirnos las tareas del aseo y compras hasta disfrutar juntos de lo que trabajamos. En el ámbito laboral yo como bibliotecaria (profesión “de mujeres” en México hago mi contribución brindando conferencias y cursos gratuitos para que tanto varones y mujeres puedan mejorar técnicas o hacer mejor su trabajo, cada año busco mejorar mi nivel académico para poder ofrecer mis servicios y contribuciones con mejor preparación pero aún falta mucho por hacer!
Debemos trabajar para que los cambios sean paulatinos pero incluyentes si queremos que nuestras hijas e hijos tengan un mejor futuro debemos hacer tratarlos por igual con las mismas oportunidades (lo mismo da regalarles coches que cocinas y muñecas) ellos cuidarán de sus hijos e hijas por igual, lo mismo sucede en el ámbito profesional el trato y las oportunidades deben ser iguales, sueño con el día en que en mi país eso suceda!
Saludos desde tierras aztecas
Gladys Narváez Bohórquez Dice
Cordial saludo,
Mi nombre es Gladys Narváez Bohórquez, colombiana administradora de Empresas,madre soltera y ejemplo para mi hija de 9 años. Hasta hace poco mas de un mes estuve coordinando a nivel regional en Colombia un programa de emprendimiento femenino Mujeres ECCO – Emprendedoras Colombianas por la Competitividad, elcual es apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)-FOMIN y ejecutado por la Cámara de Comercio de Bucaramanga en conjunto con tres Cámaras de Comercio de Cartagena, Cúcuta y Barrancabermeja.
Desde antes durante y después de esta experiencia he podido identificar de manera personal y a través de las mujeres que nos rodean la desigualdad de genero en todos los campos de la sociedad y es posible que muchas de nosotras hayamos estado ciegas de esta realidad. Es hora de despertar conciencia, de unirnos y apoyarnos de aprovechar las oportunidades que se nos presentan para que está brecha cada día se vaya cerrando de una manera pacífica pero con fuerza.
Actualmente soy emprendedora, gestora de una idea de negocio de agencia de compras de bienes y servicios y he recibido invitación de varias de las beneficiarias del programa para que conformemos una ONG de emprendedoras, lo cual se convierte para mí en un compromiso personal.
Una amiga mas.
Daniela Dice
Me parece en general bien el artìculo, tengo 24 años y considero que quisiera tener un futuro profesional amplio; mi sobjetivos estàn enfocados allì. Sin embargo, me parece importante señalar que desde mi punto de vista el movimiento deberìa tratarse de dar oportunidades igualitarias y que la mujer tenga las condiciones necesarias para elegir… menciono “deberìa ser” porque aunque veo que se menciona una idea de esto en el artìculo: “hacer realidad sus sueños sean los que sean: dirigir su país, ser dueña de su negocio o la cuidadora principal de sus hij@s.”, siento que el mensaje general es a medirnos con los estàndares de figuras masculinas… (por ejemplo la imàgen nos dice “si se puede!” y nos muestra una mujer evidenciando fuerza fìsica y mostrandose con rasgos tipucamente asociados a la masculinidad…) En general me parece que en muchas ocasiones las mujeres no buscamos hacernos nuestra propia medida sino estamos constantemente tratando de ser igual a los hombres y de tener èxito en àreas comunmente masculinas; desmeritando incluso profesiones o hobbies tradicionalmente femeninos…
Es comùn escuchar decir que una mujer es “perfecta” cuando tiene razonamientos parecidos a los de un hombre o cuando se interesa por los deportes o las cosas que ellos tipicamente hacen (excepto cuando se habla de su cuerpo) pero que un hombre que tiene rasgos femeninos sea rebajado… partiendo de esta reflexiòn pienso que mi compromiso serà abrir espacios de diàlogo en los que opine acerca de la importancia de tener nuestra propia voz y no de estar detràs de un ideal basado en que la mejora se da mientras màs cerca estès de ser -mentalmente, profesionalmente, etc.- un hombre; pues esto constituye una forma màs evolucionada de agresiòn y discriminaciòn a la figura diferenciada de la mujer.