Junio es el mes del Orgullo LGBTQ+. Cada año conmemoramos los esfuerzos por erradicar prácticas discriminatorias basadas en la identidad de género o la orientación sexual. La región de América Latina y el Caribe ha visto avances desiguales en ese trayecto, pero también ha dado pasos importantísimos para garantizar que las personas LGBTQ+ vivan, trabajen, se desarrollen y sueñen en igualdad de condiciones. Por ejemplo, el 40% de los países ha legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Lograr la igualdad plena entre las personas, independientemente de su sexo, su orientación sexual y su identidad de género, es importante no solo por el conocido argumento de la equidad. Es también esencial hacerlo si aspiramos a que la región logre un crecimiento económico sostenible, que brinde prosperidad a todas las personas.
Según cifras de Estados Unidos, la discriminación de las personas LGBTQ+ representa un costo de, al menos, un punto porcentual de su producto interno bruto. A ello se suman otros efectos negativos de la exclusión. Por ejemplo, no aprovechar el talento, la creatividad y el potencial de cada una de las personas. Es decir, desde un punto de vista económico, hay un caso para la inclusión de las personas LGBTQ+ tanto por la equidad, como por la eficiencia que esto conlleva.
El trabajo del BID con y para las personas LGBTQ+
Para que la inclusión de las personas LGBTQ+ sea una realidad, hay que empezar por lo esencial. Retratar sus experiencias, conocerlas, es el primer paso. Para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es una prioridad promover la inclusión y participación plena en todas las esferas de la vida social, política y económica. La organización ha sido pionera en trabajar intencionalmente para diseñar soluciones que contribuyan al cierre de las brechas que experimentan las personas LGBTQ+.
En 2019, en su primer Plan de Acción de Diversidad, el BID reconoció explícitamente a las personas LGBTQ+ como uno de cuatro grupos que habían experimentado desventajas históricas y en los cuales iba a priorizar su accionar. En una primera instancia, la prioridad institucional se concentró en recoger mejores datos y evidencias sobre la situación de las personas LGBTQ+ en la región y sobre los marcos regulatorios y de políticas que afectaban su bienestar. Entre otras formas de exclusión, este grupo había sido invisibilizado en las estadísticas y registros administrativos. Por ello, era muy complicado diseñar y monitorear políticas públicas para atender aspectos prioritarios para su bienestar.
Afortunadamente, la situación ha cambiado. Hoy existen más esfuerzos por generar más información y conocimiento sobre las personas LGBTQ+ tanto en las herramientas estadísticas (encuestas y censos), como en registros administrativos y en estudios específicos.
Dos iniciativas para apoyar la generación de datos en América Latina y el Caribe:
- El Diálogo Regional de Políticas que organizó la División de Género y Diversidad en 2023 con las Oficinas Nacionales de Estadísticas de la región permitió intercambiar experiencias y mejores prácticas.
- El primer llamado de investigación que apoyó el GDLab, la Iniciativa de Conocimiento en Género y Diversidad del BID, dio un empuje importante a la investigación aplicada en temas de inclusión LGBTQ+ en la región. Hoy tenemos ya los primeros productos de ese esfuerzo publicados en este enlace de GDLab.
Nos produce una enorme satisfacción saber que el BID ha contribuido a acelerar la producción de datos y conocimiento en esta importante temática. Y esto recién empieza.
De la teoría a la acción a favor de las personas LGBTQ+
En 2022, aprobamos nuestro primer Plan de Acción de Género y Diversidad para el período 2022-2025. En él, nos propusimos una meta importante: al menos un 10% de los préstamos que aprobáramos en ese periodo contribuyera a cerrar brechas de exclusión para las personas LGBTQ+. Sabíamos que era una meta modesta, pero constituía al menos un punto de partida. Para nuestra alegría, ya en 2023 logramos superarla pues 13 de los 96 proyectos que aprobamos ese año cumplieron con tres condiciones:
- Documentar una brecha o un problema específico que resulta en la exclusión de las personas LGBTQ+.
- Proponer acciones específicas orientadas al cierre de esa brecha o la resolución de ese problema.
- Establecer metas y monitorear resultados asociados a esas acciones a lo largo del tiempo.
Estos proyectos reflejan esfuerzos de una multiplicidad de sectores pues diseñan soluciones para el cierre de brechas de las personas LGBTQ+ en seguridad ciudadana y justicia, salud, desarrollo urbano, etc.
Un elemento que diferencia el trabajo del BID del de otros bancos multilaterales es que el BID aplica la misma metodología para transversalizar los temas de género en nuestras operaciones, para transversalizar la perspectiva de diversidad. En otras palabras, establecemos metas que se monitorean anualmente. Esto nos obliga a coordinar esfuerzos para ser intencionales en el diseño de soluciones que aceleren el cierre de brechas que experimenta la población LGBTQ+ en la región.
Desde el Grupo BID, nuestras operaciones, productos de conocimiento y asistencia técnica orientan el diseño y la implementación de políticas públicas para asegurar que cada persona en América Latina y el Caribe, independientemente de su orientación sexual o identidad de género, acceda a las mismas oportunidades para desarrollarse y sienta orgullo de ser quien es.
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