Dos compañeros de trabajo de una empresa en Philadelphia condujeron un pequeño experimento que se volvió viral en pocos días y obtuvo titulares alrededor del mundo. Durante dos semanas, Martin R. Schneider, escritor estadounidense, intercambió direcciones de correo electrónico con su colega Nicole Pieri. El hecho de que sus correos electrónicos estuviesen firmados con el nombre de una mujer, lo introdujo a una realidad totalmente nueva. Cada una de sus sugerencias empezó a ser cuestionada, los clientes eran groseros, no lo tomaban en serio y continuamente lo subestimaban. Un cliente incluso le preguntó si era “soltera”. Nicole, por el contrario, tuvo “la semana más productiva” de su carrera. ¿La conclusión de Martin? “Esto es una m*****”. ¿La de Nicole? “Bienvenido al club”. Un lugar donde las mujeres deben luchar para ser tratadas en igualdad de condiciones.
Esta historia es tan solo un ejemplo de los marcados sesgos de género que existen en el lugar de trabajo y de la realidad que las mujeres alrededor del mundo enfrentan, a diario, a todo nivel. Y los retos son aún mayores para las mujeres en puestos de liderazgo. América Latina y el Caribe quizás no es la excepción. Un reporte de la Organización Internacional del Trabajo indicó que, de 14,412 empresas en la región, solo 21.4% tienen a mujeres en puestos de toma de decisiones. En el sector público, aunque más de 50% de los empleados son mujeres, solo 20% ocupa altas posiciones.
La evidencia ha demostrado continuamente los beneficios que la diversidad, particularmente en términos de género, tiene sobre el rendimiento corporativo. No importa qué medida se use —ya sea el valor de las acciones bursátiles, la rentabilidad, el retorno de inversión, o la reducción de riesgos de quiebra financiera— si la junta directiva o la alta gerencia de una empresa cuenta con 30% o más de mujeres, su rendimiento será mejor. En el ámbito público, una mayor participación de mujeres en los cargos de dirección aumenta la probabilidad de que los intereses y necesidades de las mujeres estén representados.
Podría continuar citando los numerosos estudios, estadísticas y programas que prueban cuán importante es el contar con mujeres en posiciones de liderazgo. Sin embargo, prefiero compartir unas ideas sobre cómo manejar algunos de los retos y obstáculos que enfrentan las mujeres en su camino de ascenso.
1. “Ella es muy mandona” y otras palabras no tan “apropiadas”
Sin duda, los estereotipos y las normas de comportamiento afectan la trayectoria de las mujeres en el trabajo. Para ser exitosa, debes estar consciente de esto, internalizarlo y encontrar maneras para que funcione a tu favor. Por ejemplo, hablemos de la calidez y la firmeza –dos rasgos que, según los autores John Neffinger y Matthew Kohut, deben estar en equilibrio para ser admirados. Pero la suposición de la mayoría de los colegas o gerentes es que una mujer será cálida. Cuando transmite firmeza, vienen entonces los adjetivos como mandona y demás. Entonces ¿cómo mantener ese equilibrio? Duplica la calidez para que puedas proyectar firmeza y capacidad sin causar shock en las personas. Hay varias formas para lograrlo. Utiliza el humor, ofrece cumplidos (con sinceridad), llama a las personas por su primer nombre y comparte tus historias y experiencias. No es algo que no harías normalmente, sólo que debes hacerlo de manera más consciente.
2. Las redes de trabajo son importantes
Un artículo de prensa reciente indicó que los presidentes más exitosos de las empresas Fortune 500 dedicaban 57% de su tiempo a construir sus redes de conexión profesional. Sin embargo, “¿Yo no la conozco, como la puedo promover?”. Las mujeres—incluyéndome—usualmente invertimos poco tiempo en esto. Eso sí, trabajamos hasta tarde para asegurarnos que una entrega salga a tiempo, pero con demasiada frecuencia, dejamos de ir a los cocktails o a tomar café con los clientes o colegas. ¡Gran equivocación! Las redes profesionales son fundamentales. Una encuesta reciente demostró que el desempeño representa solo el 10% del por qué una persona obtiene una promoción. La imagen constituye 30% y su exposición 60%. Los ascensos se tratan entonces de quién te conoce (exposición), qué se sabe de ti y qué se dice de ti (imagen y desempeño). Así que sal y empieza a crear tus redes, con un grupo diverso de personas que estén tan motivadas como tú.
3. “¿No vas a llegar a cenar de nuevo?”
Asumamos que eres ambiciosa. Entonces eso significa que vas a necesitar una pareja que respete y crea en tu ambición y esté dispuesta a coinvertir en tu éxito. Ya sea poniendo tu carrera antes que la suya en ocasiones o asumiendo su parte en la crianza de los niños y las tareas domésticas. Y quizás quieras buscar una pareja cuya madre trabajó. En primer lugar, según estudios extensos realizados en EE. UU. y en todo el mundo, los hijos de madres trabajadoras tienen mejores resultados—salarios más altos, mayor probabilidad de tener un empleo y de ser supervisores. Pero también tienden a apoyar más a sus parejas que trabajan.
No cabe duda de que necesitamos mejoras en las políticas públicas para promover el avance de las mujeres en sus carreras –en áreas como cuidado infantil y de ancianos, horarios flexibles, ascensos con enfoque de género, evaluaciones de igualdad salarial, entre otros. Porque el avance de las carreras de las mujeres es una situación ganar-ganar. Sabemos que cuando hay mayor diversidad y mayor participación femenina, las economías y las empresas crecen y la innovación prospera. Y eso es lo que América Latina y el Caribe necesita: una diversidad de mujeres y hombres, trabajando en igualdad de condiciones, en los gobiernos, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil para promover el crecimiento, incrementar el capital y mejorar vidas. Hasta entonces, espero que estas sugerencias puedan hacer que tu camino sea más fácil y exitoso.
Si tu propósito es mejorar vidas y buscas un nuevo desafío te invitamos a visitar el siguiente enlace.
Esther Melgar Dice
Gracias por postear artículos así! Tanto que nos cuesta salir adelante a las mujeres y es increíble ver que el BID nos de nuestro lugar. No porque no hayan hombres muy talentosos sino porque la mujer siempre a estado en un segundo plano y es bonito ver cuando sobresalimos y se nos toma en serio.
Podologa Dice
Muy acertado el artículo! Enhorabuena!
Maritza Dice
Me ha encantado tu artículo y gracias por compartir tus experiencias. Me quedo con tu frase de “mejorando vidas”. Ese es mi objetivo cuando voy a un lugar a trabajar. No sólo con seguir resultados de productividad. Me voy feliz de un lugar cuando sé que ayude a crecer y a desarrollar su otras personas. Un abrazo y éxitos!
Stephanie Dice
Gracias por el post! Es triste y lamentable que las mujeres debamos, encima de todos los papeles que desempeñamos, lidiar con este tipo de discrinación, recientemente sufrí una situación similar, la cual me ha dejado claro, lque la cultura machista de mi país tiene mucho trecho que recorrer a pesar de los supuestos “avances” de los que se vanagloria el Estado y las organizaciones que se dedican a luchar contra este tipo de situaciones. Espero que las hijas o hijos que aún no tengo no sufran lo mismo y el mundo esté mas abierto a ver a las mujeres en posiciones de liderazgo sin sentir que el cromosoma XX es propio de un ser inferior.
Alba Zazueta Dice
No estoy muy de acuerdo con el punto 2 sobre el networking. Si bien es una práctica común y algo que debe hacer, también es un aspecto del que las mujeres estamos relegadas. Porque no solamente son cocteles o eventos sociales casuales donde se hacen las relaciones, también hay otro tipo de “lugares o eventos” donde por lo general no accedemos a participar por miedo a perder una reputación. También la participación de mujeres en eventos sociales es considerada en muchos casos una invitación a otro tipo de cosas y es muy limitado el efecto positivo que se puede conseguir en comparación con los hombres.
También, cualquier error, incluso un rechazo a alguien que se acerque con intensiones personales, incide mucho en la mala percepción que después se pueda tener de la misma persona y puede acabar con carreras en 5 segundos.
Esto forma parte de todas las barreras que ennoblece conjunto debemos derribar como mujeres para que realmente exista una competencia justa y basada en capacidades. Por esto creo que preferimos hacer bien el trabajo en la oficina y no porque lo consideremos poco importante.
Saludos.
Ana María Llach Salgado Dice
Excelente artículo, muy interesante y cierto.