En su carta anual del 2019 recientemente publicada, Bill y Melinda Gates argumentan que los datos pueden ser sexistas. La ausencia de datos, o datos inexactos, sobre las mujeres y niñas pueden bloquear su progreso, el de la sociedad, y el desarrollo económico en general, ya que los datos de género robustos tienen el poder de estimular el cambio para lograr una mayor igualdad de género, según afirman.
Debido a una falta general de datos de alta calidad sobre las mujeres y niñas (“datos de género”, como lo llamamos), hay pocos casos documentados en los que dichos datos han dado forma a políticas públicas, brindando claros beneficios. Esto ha sido un desafío en el sector financiero, considerando que la brecha de datos sobre la inclusión financiera de las mujeres (definida como acceso, uso y calidad de los servicios financieros para mujeres) sigue siendo grande, a pesar de su valor.
Sin embargo, México es una notable excepción. De hecho, en un estudio de caso recientemente publicado, que escribimos en el contexto de la Asociación de Datos de Inclusión Financiera de Mujeres, coordinado por Data2X, documentamos el vínculo entre datos, políticas y resultados, detallando cómo México utilizó los datos de género para dar forma a políticas públicas. El caso de estudio también destaca las perspectivas y tendencias en materia de inclusión financiera, las cuales solo pueden ser generadas cuando existe un conjunto de datos profundo.
Por ejemplo, la proporción de adultos en México con acceso a al menos un producto financiero formal (por ejemplo, ahorros, crédito, seguro o fondo de jubilación) aumentó más para las mujeres (del 52% al 65%) que para los hombres (del 61% al 72%) entre el 2012, cuando estos datos comenzaron a ser recogidos, y el 2018. En este mismo período, la brecha de género en el acceso se redujo de 8 puntos porcentuales en el 2012 a 6.6 puntos porcentuales en el 2018. Estos números provienen de datos del lado de la demanda, que México ha recogido cada tres años desde el 2012 a través de una encuesta nacional de inclusión financiera que obtiene información sobre acceso y uso directamente de los individuos.
De manera similar, de las 94.7 millones de cuentas bancarias en México en marzo del 2018, el 50.5% eran de mujeres. Las mujeres constituyen la mayoría de clientes de los bancos nacionales de desarrollo (tienen 81% de las cuentas), los bancos que administran cuentas de los beneficiarios de los programas sociales (poseen el 93% de las cuentas en Compartamos) y los bancos comerciales en los estados con ingresos per cápita más bajos (tienen el 53% de las cuentas en Tlaxcala y Oaxaca); mientras que los hombres son la mayoría de los titulares de cuentas en bancos comerciales (52%) y en estados con ingresos más altos. Estos números provienen de los datos de la oferta desagregados por sexo proporcionados directamente por los bancos y otros proveedores del sector financiero a través de registros administrativos.
En México, las brechas de género evidenciadas en los datos del lado de la demanda desencadenaron la recopilación de información desagregada por sexo del lado de la oferta; ambos tipos de datos son complementarios, y en conjunto ofrecen un panorama completo del estado de la inclusión financiera y las políticas para abordar estas brechas. Por ejemplo, una brecha de género documentada en los ahorros para la jubilación (solo el 33% de las mujeres en comparación con el 50% de los hombres indicaron tener ahorros para la jubilación en el 2015) motivó a los programas gubernamentales a promover los ahorros para la jubilación, incluida la formalización de trabajadores domésticos (la mayoría de los cuales son mujeres), proporcionándoles prestaciones de pensión y seguro.
La prevalencia de las mujeres como clientes de bancos de desarrollo y comerciales en los estados de bajos ingresos se explica, en parte, por el programa gubernamental de transferencias monetarias condicionadas (Prospera), que en los últimos años optó por transferir el subsidio mensual a las mujeres en los hogares beneficiarios a través de cuentas bancarias. Los datos del lado de la oferta reflejan esta tendencia pero también resaltaron un nuevo desafío una vez que la brecha de género en la tenencia de cuentas bancarias se ha cerrado: la necesidad de ampliar el acceso de las mujeres a otros productos financieros, tales como crédito, ahorro y seguros, además de cuentas en bancos comerciales.
Un obstáculo que siguen enfrentando las mujeres en México es la falta de colateral (la encuesta de demanda del 2018 reveló una brecha de género de más de 20 puntos porcentuales en la propiedad de activos a favor de los hombres). Las empresas Fintech mexicanas pueden ayudar a resolver esto mediante el uso de Inteligencia Artificial (AI), los datos alternativos, y algoritmos predictivos como substitutos de garantías tradicionales para calificar para préstamos.
Podría parecer obvio que la mayoría de los países deberían tener datos de inclusión financiera que estén desagregados por sexo, como en el caso de México; sin embargo, pocos países lo hacen. De hecho, México es uno de los pocos países en el mundo donde las instituciones financieras supervisadas deben reportar datos desagregados por sexo al regulador. En términos más generales, encontramos que México ha utilizado la legislación, liderazgo regulatorio, colaboración interinstitucional (entre las agencias gubernamentales y los bancos del sector privado) y los datos como motores de cambio, y que este cambio fue construido en un contexto de una cultura de políticas públicas basadas en evidencia, políticas fuertes de igualdad de género y una sólida capacidad estadística. Muchos de los elementos habilitadores descritos en el estudio de caso de México ofrecen lecciones a los países de la región y en otros lugares.
México está demostrando que cuando datos del sector financiero desagradados por sexo hacen visibles a las mujeres, esos datos fortalecen el sector financiero del país y mejoran la vida de las mujeres.
Alicia Orrego Dice
Que importante es visibilizar las brechas de genero para mejorar la elaboración de políticas sociales incluyentes
María Dice
Interesante, la colaboración de todas las partes por analizar los datos por género y desarrollar produtos financieros para las mujeres.