Tricia ama las matemáticas y las ciencias, siempre se ha destacado en esas áreas. Ahora está completando su último semestre en uno de los campus de la Universidad de las Indias Occidentales , donde se especializa en Ciencias de la Computación con un enfoque en Ciberseguridad. Debido a su posición como una de las mejores estudiantes, al menos dos de las principales instituciones financieras de la región desean contratarla como desarrolladora de software de seguridad. Mientras navega por la transición al mundo laboral, Tricia confía en sí misma y en sus habilidades. Está lista para asumir los desafíos de una joven caribeña que trabaja en tecnología.
Pero en muchos países del Caribe anglófono, la vida de una mujer como Tricia tiene una paradoja singular: las mujeres tienen más años de educación secundaria y se inscriben más que los hombres en institutos de educación superior, pero una vez fuera de las puertas doradas de la academia, las mujeres enfrentan desafíos como salarios más bajos, falta de apoyo de los padres, protección insuficiente contra la violencia y el acoso y otros obstáculos para el progreso profesional.
Datos de la Universidad de las Indias Occidentales, durante al menos los últimos tres años, colocan el porcentaje de estudiantes que son mujeres en más del 65%. No obstante, las mujeres caribeñas ganan entre 60 y 70 centavos por cada dólar que ganan los hombres. Además, las protecciones legales contra la discriminación salarial varían ampliamente en la región del Caribe. Según el informe de WB Women, Business and the Law 2020, las protecciones legales oscilan entre 7 y 75 en una escala de 100; Guyana es la excepción, con un puntaje de 100, debido a un marco legal que establece la igualdad salarial para mujeres y hombres y, sin restricciones en la decisión de una mujer de trabajar donde ella elija.
Es probable que Tricia tenga dos hijos, la tasa promedio de fertilidad en el Caribe anglófono. El permiso de maternidad (y no el permiso parental que está disponible para ambos padres) significa que la carga del cuidado de los hijos recae principalmente en las mujeres. Tricia tomará la duración máxima de la licencia de maternidad permitida y, junto con el tiempo de vacaciones que ha acumulado (unas tres semanas como máximo en el Caribe), es probable que regrese a trabajar en tres meses. El esposo de Tricia ha aprovechado su tiempo de vacaciones para estar con su familia durante tres semanas. Privada de sueño y estresada, Tricia cuenta con el apoyo de su madre, ya que su esposo no puede beneficiarse de la licencia de paternidad.
Se ha demostrado que el permiso de paternidad aumenta la participación de los padres en las tareas de cuidado de niños, participando en los años de desarrollo más influyentes de sus hijos. Sin embargo, la mayoría de los países del Caribe no han aprobado la licencia de paternidad. Pocos lugares de trabajo en el Caribe están legalmente obligados a proporcionar al menos 14 semanas de licencia materna y, aún menos, licencia materna remunerada. Por ejemplo, el beneficio de licencia por maternidad más largo en el Caribe de 14 semanas se ofrece en Trinidad y Tobago y también Belice. Mientras que, en otros países del mundo, como el Reino Unido y Canadá ofrecen hasta 33 y 30 semanas respectivamente.
La compañía donde trabaja Tricia contrata a un sustituto para completar la última fase del desarrollo del software durante su licencia de maternidad. Y, a su regreso al trabajo, Tricia escucha quejas sobre cuánto le costó esto a la compañía. Solo en Barbados, Belice y Guyana el gobierno paga el 100% de la licencia materna. Cuando el gobierno no reembolsa el 100% de la licencia de maternidad, hace que sea más costoso para las empresas contratar mujeres. Esto tiene el potencial de impactar las prácticas de contratación de una empresa en desventaja para las mujeres. Además, puede tener el efecto negativo de obstruir la carrera profesional de las mujeres y disminuir sus ingresos, lo que a su vez puede reducir sus pensiones al jubilarse.
Al trabajar en un entorno dominado por los hombres, es probable que Tricia se encuentra en situaciones de acoso sexual, lo que afectará su bienestar emocional, las opciones de carrera y, en última instancia, el éxito de las compañías donde trabajará.
Según las Encuestas Nacionales de Salud de la Mujer, el 25% de las mujeres en Surinam y el 24% de las mujeres en Jamaica han sufrido acoso sexual (la prevalencia más alta en la región entre los países para los que hay datos disponibles). Investigaciones han demostrado que tanto la violencia doméstica como el acoso sexual están asociados con una alta rotación y absentismo de las mujeres, lo que aumenta los costos para las empresas. Hasta la fecha, Guyana y Barbados se encuentran entre los pocos países del Caribe con protecciones legales específicas contra el acoso sexual en el lugar de trabajo; Belice y las Bahamas han promulgado leyes contra el acoso sexual en general.
La historia ficticia de Tricia resonará con muchas mujeres, llenas de talento y promesas, pero que se ven desprotegidas por la ausencia de un marco legal. Nuestras políticas y leyes sociales nos han impulsado al rango de países con altos índices de desarrollo humano, solo unos 50 años después de obtener nuestra independencia. Mirando hacia el futuro, se necesita hacer más para lograr la igualdad entre nuestros ciudadanos. Hacemos un llamado a nuestros líderes para que una vez más, adopten una posición para reducir la brecha de género en el lugar de trabajo: legislar y alentar el permiso parental para hombres y mujeres y ofrecer protección contra la violencia de género y el acoso sexual en el lugar de trabajo. Sin embargo, aunque las protecciones legales son cruciales, no son suficientes. Todos los ciudadanos también tienen un papel importante que desempeñar, debemos estar preparados para desafiar nuestras ideas personales sobre temas relacionados con la igualdad de género. Esta es la única forma de apoyar plenamente a mujeres como Tricia y ayudarlas a alcanzar su máximo potencial.
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