Cerrar las brechas económicas de género no solo iguala el terreno de juego entre hombres y mujeres. La paridad de género también permite aprovechar el 100% del talento de la población para acelerar el crecimiento de América Latina y el Caribe.
Según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para los países del Cono Sur, cerrar la brecha económica de género supone un aumento en el Producto Interno Bruto (PIB) que varía entre el 4 y el 15%. La necesidad de actuar sobre esta situación se vuelve evidente cuando analizamos las oportunidades y talento que nuestros países no están maximizando. Por ejemplo, en Costa Rica, entre el 2012 y el 2022, tres de cada cuatro graduados de educación superior fueron mujeres. Sin embargo, estas mujeres no se han podido incorporar en igualdad de condiciones que los hombres en la fuerza laboral y productiva costarricense. Esta situación se repite en la mayoría de los países de nuestra región, lo que impacta negativamente sus oportunidades de crecimiento económico.
Las Iniciativas de Paridad de Género y el poder de las alianzas público-privadas
En el 2016, el BID decidió unir fuerzas con el Foro Económico Mundial para crear una plataforma de incidencia conformada por líderes del más alto nivel del sector público y privado. Esta plataforma, conocida en la región como Iniciativas de Paridad Género (IPG), y que el Foro posteriormente renombró “Gender Parity Accelerators”, busca impulsar acciones concretas para acelerar el cierre de brechas económicas de género. A esa alianza, en el 2019 se sumó la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD).
Las IPG han incidido en promover políticas y programas a nivel público y privado para impulsar el acceso de mujeres a oportunidades económicas. Las IPG han logrado sentar en una misma mesa de trabajo a vicepresidentes y ministros de las carteras económicas y productivas en 9 países de la región. Estos, en estrecha colaboración con los Mecanismos de Adelanto para las Mujeres (MAM), y empresarios de sectores económicos clave del país, se comprometieron a impulsar acciones que aprovechan y potencializan el talento las mujeres. Con ello han logrado que el cierre de brechas de género pase de ser un tema en agenda de carácter social, a uno de carácter económico y productivo.
En el marco de mi trabajo en el BID, he tenido el privilegio de liderar un equipo que, en colaboración con el Foro y la AFD, ha acompañado a los países en el desarrollo e implementación de estas iniciativas. En este sentido, te invito a explorar la publicación adjunta que resume las lecciones aprendidas de estos siete años de colaboración.
¿Cómo funciona una IPG?
Las IPG desarrollan e implementan Planes de Acción que incluyen medidas para el cierre de las brechas económicas de género. En cada país, líderes del Gobierno y representantes de empresas del sector privado conforman un Grupo de Liderazgo. A través del mismo, guían el proceso, priorizan los esfuerzos y aseguran el progreso de las acciones establecidas.
El BID lidera una coordinación regional de las IPG a través de la cual se facilita a los Gobiernos y empresas intercambiar conocimientos y experiencias con otros países y recibir apoyo técnico continuo.
Recorrido de las IPG
La primera IPG, impulsada por el BID y el Foro en América Latina y el Caribe (ALC), se lanzó en Chile, en diciembre del 2016. Al día de hoy, las IPG se han impulsado en 9 países de nuestra región. En orden cronológico: Chile, Panamá, Argentina, Costa Rica, Colombia, República Dominicana, Ecuador, México y Honduras.
Es importante destacar que las iniciativas han dado frutos gracias a los cientos de personas con visión que han apostado por los proyectos. Muchos de ellos generando cambios visibles, por ejemplo:
- En Chile, la IPG contribuyó a la extensión del Programa de 4 a 7, que proporciona a las mujeres económicamente activas o capacitación una alternativa pública para el cuidado de los menores de entre 6 y 13 años, en la tarde y de forma gratuita.
- En Argentina los Ministerios de Producción y de Trabajo crearon una certificación de género para empresas del sector privado y entidades gubernamentales.
- En Costa Rica la IPG propició el diálogo entre los sectores público y privado en el tema de cuidados. Estos incidieron en la primera Política Nacional de Cuidados de 2021, una medida para ampliar la cobertura de servicios de cuidado infantil para llegar a más familias y extender la atención de adultos mayores, personas con discapacidad o con enfermedades en situación de dependencia.
- En Panamá, el programa MI@S, Mujeres indígenas conectadas, favorece la utilización de las tecnologías digitales para el empoderamiento económico y el aprovechamiento de los servicios públicos por parte de las mujeres indígenas. El objetivo es alcanzar un número de 1,000 lideresas, jóvenes, trabajadoras y emprendedoras indígenas capacitadas, de todas las edades.
Lecciones aprendidas en la búsqueda de la igualdad de género
A lo largo de los siete años de las IPG, se han identificado varias lecciones. Quisiera mencionar las dos más importantes:
1. ¡Las IPG funcionan!
Esto es gracias a la efectividad de la plataforma para convocar, generar alianzas y unir voluntades de líderes del más alto nivel. Aquí se incluye a CEOs de empresas y representantes del sector público como Ministerios para generar compromisos. De esta forma, ha sido posible trabajar conjuntamente en el cierre de las brechas económicas de género.
2. El involucramiento de las carteras económicas y productivas es clave para cerrar brechas de género
Los ministerios de finanzas, economía, producción comercio y trabajo, entre otros, son clave para impulsar la generación de empleos y crecimiento de las empresas. Su involucramiento en los diálogos sobre la importancia y los beneficios del cierre de las brechas de género para el desarrollo y el crecimiento del país es fundamental. Lo anterior facilitará la generación de compromisos entre el sector público y privado. De esta manera, se podrán seguir impulsando regulaciones y proyectos para cerrar brechas económicas que afectan a las mujeres.
Una mirada hacia el futuro
Para algunas personas, coordinar esfuerzos alrededor de los temas de igualdad de género suena como algo lógico y fundamental. Pero esto no es tan fácil como parece. Considerando las desigualdades económicas y la realidad sociocultural de nuestros países, las IPG han incidido en mantener relevante y vigente la discusión de cierre de brechas económicas de género entre tomadores de decisiones de políticas públicas.
Siempre he pensado que una medida de éxito de una iniciativa o de un líder es volverse dispensable. Hacia el futuro, es importante seguir trabajando de la mano de los gobiernos y las empresas de América Latina y El Caribe. La incidencia que se ha logrado impulsar a través de las IPG para implementar medidas, regulaciones y programas que cierren brechas económicas de género debe volverse una constante en todas las carteras económicas y productivas de los países de nuestra región.
Extiendo un agradecimiento especial a Andrea Arzaba por la colaboración en la elaboración del artículo.
Dra. Cora B. Excelente Toledo Dice
Saludos cordiales Ma. Teresa,
El Laboratorio Nacional de Informática Avanzada (LANIA) es una OSC donataria autorizada en México que a lo largo de sus más de 30 años de existencia, ha transformado la vida de las personas (y su contexto) a través de la formación, capacitación, entrenamiento de las nuevas tecnologías en la TICs (así como promover innovación vía la tecnología informática). Asimismo, como parte de nuestro ADN, hemos llevado STEM a niñas y jóvenes, participado activamente en las olimpiadas en informática, promovido la alfabetización y ciudadanía digital en varios niveles y edades.
Me he enterado de la importante iniciativa del BID con respecto a la igualdad económica. Los indicadores en México son impactantes. Nosotros actualmente estamos enfocados a ese problema pero desde la perspectiva de las mujeres profesionistas que por razones de género no tienen acceso al mercado laboral, según indicadores de INMUJERES, la pérdida de capital humano y de talento femenino indica que más de 8 millones de mujeres capacitadas no trabajan para el mercado laboral y que la menor participación femenina se presenta incluso en la población con mayor nivel educativo y con capacitación profesional.
Me gustaría, de ser posible conocer un poco más de detalles sobre avances y mecanismos de participación o inclusive que LANIA pudiera contribuir en la ejecución del plan de acción en México donde hemos desarrollado una estrategia relevante en esta perspectiva.