Las Iniciativas de Paridad de Género (IPG) han impulsado y visibilizado programas y políticas públicas para acelerar el cierre de las brechas y la eliminación de las barreras que impiden que mujeres y hombres trabajen y emprendan en igualdad de condiciones en América Latina. En ocho años, diez países ya son miembros: Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá y República Dominicana.
Las IPG se destacan como una plataforma que conecta a líderes de los sectores público y privado, creando alianzas estratégicas que fomentan la empleabilidad y empresarialidad de las mujeres. Además, trasladan el desafío de cerrar brechas entre hombres y mujeres en el mercado laboral desde la arena social hacia la productiva y económica.
Así, permiten a los países aprovechar el talento del 50% de sus poblaciones, impulsando tanto su crecimiento económico, como la rentabilidad de las empresas. Además, el enfoque intenta no solo enmarcar su beneficio en las mujeres, sino también en el efecto multiplicador que tienen en toda la sociedad. De esta forma, se potencia el talento de los hombres y se generan soluciones, como las de cuidado de calidad que repercuten directamente en el bienestar de las comunidades.
¿Cómo funcionan las IPG?
La metodología de las IPG ofrece una hoja de ruta robusta pero flexible, adaptada a la realidad de cada país. A partir de un diagnóstico detallado de las brechas identificadas en el mercado laboral, se desarrollan planes de acción específicos y basados en evidencia para cerrarlas. Estos planes establecen entre 3 y 5 líneas de acción prioritarias. Su objetivo es aumentar la participación laboral y empresarial de las mujeres, reducir la brecha salarial de género y promover a más mujeres en posiciones de liderazgo.
Promovidas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en colaboración con el Foro Económico Mundial (Foro) y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), cada vez más líderes de la región se suman a las IPG atraídos por su enfoque innovador. El grupo de liderazgo de las IPG se conforma cuidadosamente para garantizar la representatividad de sectores, opiniones y diversidad de género. Está integrado por vicepresidentes/as, ministros/as y gerentes del sector privado, quienes se comprometen a implementar y monitorear el plan de acción.
El camino recorrido e incidencia de las Iniciativas de Paridad de Género
Las IPG han logrado influir en reformas políticas y legislativas, incrementado la participación de mujeres en sectores tradicionalmente masculinizados. Gracias a ellas, también se ha promovido a más mujeres hacia posiciones de liderazgo.
Según el Índice Global de Brechas de Género del Foro Económico Mundial, la región ha mostrado el mayor avance en la reducción de las brechas de género desde 2007. Saadia Zahidi, directora general del Foro, destaca que la región cuenta con “la tercera tasa más alta de paridad de género a nivel mundial”.
La expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, fue la primera mandataria en respaldar esta plataforma. Durante su segundo mandato en 2015, tras la creación del Ministerio de la Mujer, reconoció que “había aspectos de la paridad de género que necesitábamos fortalecer”. Bachelet vio la propuesta de que su país se uniera a la IPG como “una tremenda oportunidad” para abordar los obstáculos que enfrentan las mujeres al ingresar al mercado laboral, incluso cuando poseen un alto nivel educativo.
Honduras y Ecuador también han seguido este camino. Con el respaldo de la vicepresidenta de Honduras y el presidente de Ecuador, ambos países lanzaron sus respectivas IPG en 2024.
Lo público con lo privado: la receta óptima
Sergio Kaufman, director ejecutivo senior de Accenture
Según Sergio Kaufman, uno de los elementos distintivos de las Iniciativas de Paridad de Género es su capacidad para articular el trabajo entre los sectores público y privado. La empresa Accenture emplea a 14 mil personas en Argentina. Algunos ejemplos de cómo implementó medidas en sus oficinas incluyen desde la instalación de baños sin distinción de género hasta la promoción de mujeres durante su licencia de maternidad. Gracias a estas políticas, la participación femenina en la empresa aumentó del 49% al 53% en los últimos cinco años. Así mismo, el porcentaje de mujeres en los niveles gerenciales subió al 55%.
En Panamá, la aerolínea Copa tomó la iniciativa de sumar a más mujeres no solo en áreas administrativas, sino también en roles tradicionalmente ocupados por hombres. Hoy, el 7% de sus mecánicos y el 10% de sus pilotos son mujeres. Stanley Motta, presidente de la Junta Directiva de Copa Holdings, señaló: “Hoy en día nadie cuestiona que una mujer sea la capitana o la copilota de un avión”.
El trabajo pendiente
A pesar de estos logros, las disparidades entre hombres y mujeres en el mercado laboral y de emprendimientos continúan siendo un obstáculo para el incremento de la productividad y el desarrollo económico inclusivo en la región.
Después de ocho años de implementación en nueve países, la necesidad de seguir impulsando acciones intencionales para cerrar estas brechas sigue vigente. En este contexto, en los próximos años las IPG priorizarán acciones más específicas, centradas en promover alianzas público-privadas en sectores económicos y productivos. El objetivo es derribar las barreras que impiden a las mujeres acceder y permanecer en empleos y emprendimientos de calidad. Con ello se podría continuar con el compromiso, no solo de impulsar un desarrollo inclusivo, sino también un crecimiento económico sostenido.
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