Desde que salí del colegio y comencé a trabajar, he enfrentado muchos retos en el campo laboral y personal, los cuales me han ayudado a ser más resiliente y optimista. Celebrando el mes de la mujer, he estado reflexionando sobre mi trayectoria y sobre cómo promover el liderazgo y habilidades de las mujeres ha sido siempre mi pasión. A lo largo de los años he confirmado que implementar programas que fomenten el ascenso de las mujeres dentro de las instituciones es una buena inversión. A través de mi carrera, he podido verlo en primera fila a través de los resultados: fortalecemos su confianza, maximizamos su potencial de liderazgo y nos aseguramos de retenerlas en nuestra organización.
Nuestras Mujeres Líderes Emergentes
En 2013, lanzamos en el Banco Interamericano de Desarrollo el primer programa “Mujeres Líderes Emergentes” con el objetivo de llegar a contar con 40% de mujeres en posiciones de liderazgo en 2015. Alcanzamos en ese entonces 38% y establecimos una meta más ambiciosa de 43% para 2019. Este programa tiene como objetivo fortalecer las habilidades de las mujeres en materia de liderazgo, visibilizar su potencial e impulsar su ascenso a cargos de toma de decisiones. Para lograr esto, el programa integra una combinación de lecturas, discusiones presenciales con expertos, presentaciones en panel y trabajo en equipo. Las participantes también tienen acceso a sesiones de coaching individuales y grupales, tanto presenciales como virtuales, con un equipo de coaches ejecutivos profesionales.
Lo que continuamente alimenta mi entusiasmo y optimismo es ver los resultados y el cambio en las mujeres que pasan por estos programas. En términos de resultados cuantitativos, hemos visto que, de las 162 graduadas en los seis programas realizados a fecha de hoy, 42% ha obtenido una promoción y 38% ha emprendido nuevos retos laborales, incluyendo nuevas asignaciones de trabajo o transferencias a otras posiciones. Los resultados cualitativos también son muy alentadores. Las graduadas del Programa lo confirman.
Expandiéndonos a la región
El año pasado, decidimos dar un paso más y nos lanzamos a replicar el programa a nivel externo. Junto a los gobiernos de República Dominicana y Panamá logramos entrenar con gran éxito a 59 empleadas del sector público. Al regresar de la graduación en República Dominicana, lo primero que hice fue contarles a mis hijas sobre el entusiasmo, energía y disposición para el emprendimiento que sentí por parte de estas mujeres. Para la mayoría, era la primera vez que participaban en un programa de liderazgo y uno de los aspectos que consideraron más valioso fue la mentoría que recibieron a varios niveles en el programa.
Los mentores son clave en el desarrollo de todo profesional. Cuando inicié mi carrera, recuerdo mi nerviosismo, mi apetito de aprender y los retos y oportunidades que se presentaron. Me sentía insegura e incompetente. Sin embargo, tuve la suerte de contar con mi primera mentora: Nancy, quien me ayudó a focalizar mis intereses y estudios en áreas complementarias con mi trabajo y me animó a tomar riesgos. Fue así como cambié mi enfoque de la maestría en Relaciones Internacionales a Gerencia de Recursos Humanos y decidí emprender una nueva carrera. Desde entonces, he tenido muchos mentores, hombres y mujeres, y he sido mentora también. Por esto me consta lo beneficiosa que es la relación para ambas partes.
El hombre como aliado para el liderazgo femenino
Hablando de mentores, destaco también el importante rol que los hombres tienen en promover el liderazgo femenino, ya sea como mentores, voceros o agentes de cambio. El programa Mujeres Líderes Emergentes tiene como “campeón” a Alexandre Meira, Vicepresidente de Países del BID. Con auténtico compromiso, Alexandre ha sido mentor de muchas mujeres y es promotor del liderazgo femenino, además de ser modelo a seguir para otros hombres. Como él afirma: “Creo que tenemos una obligación institucional de crear una cartera de mujeres líderes para el presente y futuro de la Institución. De hecho, descubrí que la mentoría es mi manera de contribuir activamente a poner en marcha ese proceso, además de que ha resultado ser una experiencia sumamente gratificante tanto a nivel profesional como personal”.
En el programa, los “hombres mentores” acompañan a las participantes en su trayectoria. Ellos toman el rol con entusiasmo y se involucran en forma más deliberada y propositiva en el desarrollo profesional. Como me comentaba Duval Llaguno, Especialista Líder de la División de Gestión del Conocimiento un hombre que ha sido mentor de cuatro mujeres: “es un gusto poder acompañarlas y ser testigo de sus progresos y sueños personales y profesionales. Mujeres como ellas son un gran ejemplo a seguir para las personas dentro y fuera del Banco.” Por su parte, Roberto Iglesias, Jefe de División de Finanzas y Administración en el BID Invest, otro mentor del programa nos comentó: “todas las participantes con las que he intercambiado ideas y experiencias sobre el programa han coincidido en lo bueno y enriquecedor que es. Tuve la suerte de ser elegido mentor en un par de ocasiones y pude ver el entusiasmo y motivación que este genera y las herramientas que proporciona. El programa es definitivamente excelente y debe ser aprovechado al máximo.”
El BID ha sido pionero en el desarrollo de iniciativas para promover mayor igualdad de género e impulsar el liderazgo femenino. Los resultados son visibles, dentro y fuera de la institución. Me considero muy afortunada de trabajar en lo que me apasiona y ser testigo cada día del avance del liderazgo femenino. Sin duda, queda mucho por hacer. Los invito a que sigamos trabajando, hombres y mujeres por igual, para acelerar el cambio e impulsar a más mujeres a ocupar las posiciones de liderazgo que nos corresponden. ¡Entre más, mejor!
Si eres como Victoria y quieres impulsar el liderazgo femenino en la región entra aquí y encuentra tu próximo desafío.
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