Una de las actividades predilectas de mis hijos cuando están con sus abuelos, es escuchar las innumerables historias que mi madre comparte con ellos. Algunas son relatos familiares y otras son fantasía (y hasta con efectos especiales). Estas narraciones, además de llenarlos de emoción, han sido clave para ayudarlos a comprender su identidad y les han servido como fuente de inspiración. Hace un par de meses, volví a evidenciar el poder de las historias. En esta ocasión, fueron los relatos de cuatro mujeres líderes del sector público en República Dominicana. Ellas, de manera muy abierta y generosa, compartieron sus historias con un grupo selecto de 30 mujeres participantes del primer Programa de Mujeres Líderes Emergentes del Sector Público, lanzado por el gobierno de República Dominicana, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del INCAE Business School.
Las cuatro mujeres desempeñan funciones críticas para el país. Ellas compartieron sus retos personales, profesionales y políticos, incluyendo cómo lograron que su voz fuese escuchada, cómo encontraron y “ocuparon” su espacio para contribuir a hacer un mejor país, la forma en que sacaron fortaleza en momentos complejos de su niñez o adolescencia, y cómo todo lo anterior las ha llevado a comprometerse a fomentar la igualdad de género. Era muy difícil imaginar, antes de escuchar sus historias, que mujeres que proyectan tanta seguridad y que ejercen liderazgos prominentes, pudieran tener vivencias en las que cada una de las 30 participantes pudo reflejar la propia y verse así misma en las ocasiones en que han enfrentado importantes desafíos. Sus historias tocaron el corazón de la audiencia y coincidieron en tres hilos conductores:
Primero: la resiliencia que las mujeres tenemos para superar cualquier obstáculo.
Segundo: el poder multiplicador de esta resiliencia al contar con redes de contactos profesionales y mentores que nos impulsan a ocupar espacios para influenciar procesos de toma de decisión.
Tercero: la pasión de servir a los demás como principal motivación para ocupar espacios de liderazgo e influencia dentro del sector público.
Actualmente las mujeres en América Latina son más de la mitad de la población, y tan sólo ocupan alrededor del 25 por ciento de las posiciones de liderazgo tanto en el congreso, como en los gabinetes, la administración pública y los partidos políticos. El Programa para Mujeres Líderes Emergentes del Sector Público facilita herramientas que permiten a las mujeres acelerar su desarrollo profesional de manera efectiva. El programa no pretende “capacitar” a mujeres para que sean líderes, sino dotarlas de herramientas que les ayuden a ocupar y ejercer las posiciones de liderazgo que les corresponde, de acuerdo con su capacidad, y con ello lograr una mayor diversidad de género en posiciones de liderazgo.
Está demostrado que una mayor igualdad de género contribuye a reducir la pobreza. Además, contar con equipos diversos en posiciones de liderazgo maximiza la productividad de los recursos humanos disponibles, conduce a mejores políticas públicas y a una mejor asignación de los recursos públicos que reflejen las necesidades de los diferentes grupos de la población.
Originalmente, el Programa para Mujeres Líderes Emergentes fue creado por el BID en el 2013, como un programa interno para contribuir a lograr la meta de contar con un 40 por ciento de mujeres en posiciones de liderazgo dentro de la institución para el 2015. Hoy en día se está trabajando para contar con un 43 por ciento para el 2019. El gobierno de República Dominicana quiso replicarlo en sus ministerios y el liderazgo femenino comienza a abrirse caminos en la región: próximamente el gobierno de Panamá lo estará implementando también. El impulso de estas iniciativas forman parte del objetivo común del BID de estar 100% Comprometidos con la igualdad de género. Nuestra visión es que el programa pueda contribuir a incrementar la igualdad de género en la gerencia del desarrollo en la región.
Sin lugar a dudas, el poder de las historias de estas cuatro mujeres líderes ha sido fuente de inspiración para las líderes del futuro. Sus relatos confirman que las mujeres podemos y debemos aspirar a ocupar posiciones que nos permitan influenciar los procesos de toma de decisión. Y con ello, contribuir a la construcción de países más prósperos y equitativos. Quisiera invitar por este medio a todas las líderes latinoamericanas a que se inspiren y compartan sus historias con nosotras en la sección de comentarios. Hasta la próxima.
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Sin duda , escuchar a mi abuelo era una de mis tareas obligado en principio por mis padres ya que no sabia en ese entonces que de sus historias de vida aprendi muchas cosas que me sirvieron en la vida . Las historias a veces aburridas sobre todo la de otras personas ayudan y enriquecen las propias es cuestion de saber escuchar nada mas .