Cada vez las industrias creativas nos ofrecen una mayor variedad de formatos y temáticas. Sin embargo, los personajes, escenarios y realidades que vemos no necesariamente reflejan toda la diversidad presente en América Latina y el Caribe, y en el mundo. Es ahí donde la representación indígena en las industrias creativas cobra relevancia.
En este artículo, exploramos la historia de tres cineastas indígenas que están transformando las industrias creativas latinoamericanas a través de cine con pertinencia cultural indígena: Joshi Espinosa, Alfredo Guzmán Cayetano y Tirza Ixmukané Saloj.
El cine, una herramienta poderosa pero poco accesible
El camino para convertirse en artistas audiovisuales fue muy distinto para Joshi, Alfredo y Tirza. Para Joshi, cineasta indígena Kichwa Otavalo de Ecuador, fue casi por accidente:
Luego de varios años un músico Kichwa le pidió apoyo para hacer videos musicales. De manera autodidacta, Joshi salió adelante: “Me compré una computadora que no sabía utilizar, en ese tiempo no había Internet, entonces tenía que ir a la a la universidad, a esta universidad carísima que les digo. Entraba a la biblioteca y ahí había manuales de cómo editar en algunos programas, entonces sacaba fotocopias y luego iba a mi casa, leía y así aprendí a editar”.
En el caso de Tirza, artista indígena maya K’ich’e-kaqchikel de Guatemala, fue otra colega quien luego de ser becada para estudiar cine, la introdujo en este mundo al convocar artistas indígenas. Al igual que Joshi y Alfredo, Tirza coincide en que estudiar cine era un sueño inaccesible.
“Ir al cine sigue siendo una inversión que excluye a mucha gente, es un gasto fuerte para las familias. Yo pude acercarme (al cine) hasta mis 12 años porque mi hermana nos empezó a llevar y le tomé cariño al cine, en especial cuando salió una película en que su banda sonora era de Mazahua, mi comunidad (…) Ahí empecé a ver a más cineastas indígenas”. – Alfredo Guzmán Cayetano, cineasta Mazahua de México
Para los tres, el lenguaje audiovisual guarda un poder especial para narrar las historias y necesidades de sus comunidades que les motivó a perseguir esta profesión a pesar de las adversidades.
Desarrollo con identidad en las artes
Las personas indígenas que se dedican a la industria audiovisual aportan a sus comunidades desde múltiples ángulos:
- Su participación promueve que más artistas indígenas puedan acceder a formación en industrias creativas como el cine. Las industrias creativas generan ingresos de US$ 124.000 millones, representan el 2,2% del PIB regional y dan empleo a casi 3 millones de personas. Esto puede convertirse en una oportunidad de desarrollo económico para las comunidades indígenas. Por ejemplo, atrayendo más turismo y generando empleos al contratar artistas, asistentes, y otros tipos de trabajadores en los pueblos durante el período de grabación.
- Fortalecen la representación pertinente de historias y contextos indígenas, que han sido históricamente invisibilizados en el cine. En este aspecto, resaltan que no solo se debe contar con representación indígena, sino también procurar que esta sea respetuosa y contextualizada, partiendo de la visión de desarrollo con identidad.
Mostrar a las comunidades indígenas como son (y como las soñamos)
Cuando se habla de representación, es importante considerar el aspecto de interseccionalidad. La identidad indígena de los personajes en el cine debería reflejar un aspecto importante de su vida, pero no el único.
Tanto Tirza, como Joshi y Alfredo hacen énfasis en la relevancia de mostrar los aspectos específicos que conlleva ser parte de una comunidad. Sería un error querer caracterizar a todos los pueblos indígenas de manera homogénea, especialmente por las transformaciones que experimentan las comunidades en la actualidad. Al menos el 50% de toda la población indígena en América Latina y el Caribe viven en ciudades, pero siguen siendo representadas en entornos rurales.
“A veces personas de pueblos no originarios retratan personajes indígenas, y está bien, pues todas las voces merecen ser escuchadas. Pero por desconocimiento o prejuicios, a veces lo hacen de formas violentas, folklorizadas, clichés, o replican el tokenismo” – Tirza Ixmukané Saloj
Como asegura Joshi, los esfuerzos para incluir a más voces indígenas en esta industria son clave para preservar las tradiciones e identidad de los pueblos: “Muchas comunidades indígenas, particularmente las más pequeñas, estamos deseando que se registre lo que somos, nuestro idioma, antes de desaparecer. El arte es prueba de que existimos”.
Tirza coincide en esta visión:
“El arte es una salvaguarda de nuestro patrimonio (…) Tenemos la necesidad de contar nuestras historias (…) es importante usar la tecnología para documentar nuestros territorios, para dejar a las nuevas generaciones”.
Por su parte, Alfredo se aferra a la esperanza de que, a través de las pantallas, también sea posible crear nuevos imaginarios que disminuyan los estereotipos: “El cine no existe solo para hablar de cómo es (el mundo), sino desde cómo queremos que sea. Cuando hablamos de otras realidades posibles, las personas piensan “si es posible, yo puedo ser parte de eso¨”.
¿Qué iniciativas promueven la representación indígena en las industrias creativas?
- Programa Arte y Transformación. Con esta iniciativa, el BID apoya a artistas indígenas contemporáneos, integrando sus obras en su Colección de Arte. Muestras como “Amazonía: Un Hub de BioCreatividad”, o “Voces Emergentes” han apoyado el trabajo de artistas provenientes de Brasil, Venezuela, Perú, Ecuador, Colombia, Guatemala y distintos pueblos amazónicos.
- Festival de Cine de Morelia. A través del Laboratorio de Desarrollo de Proyectos para Cineastas Indígenas, este reconocido festival ofrece oportunidades de formación a cineastas indígenas de diversos países de la región. Agradecemos a la organización del Festival de Cine de Morelia por conectarnos con Tirza, Joshi y Alfredo, participantes del festival en su edición 2023, que incorporó a 15 cineastas de 13 pueblos y 7 países de la región.
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