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Una breve historia de la web abierta
A finales de la década de 1980, un científico británico del CERN, un laboratorio de física en Suiza, dedicaba su tiempo a encontrar una solución para optimizar una red de información entre científicos de universidades de todo el mundo a través de un conjunto de computadoras en una arquitectura cliente-servidor. Su solución tuvo mucho éxito y en 1993, su ahora famoso inventor, Tim Berners-Lee puso el software, de nombre “World Wide Web”, en el dominio público. El experimento, aunque en sus primeras etapas, ahora estaba abierto al público.
Desde sus inicios, la web se proponía el ambicioso objetivo de abrir el acceso a la información y al conocimiento. Bernes-Lee y los usuarios tempranos de la comunidad científica apostaron a que, a medida que las tecnologías informáticas crecieran y maduraran, se volverían tan asequibles y omnipresentes que la web se convertiría en un camino inevitable de intercambio de información. Ahora podemos ver que tenían razón sobre su impacto y omnipresencia, pero ¿qué pasa con su asequibilidad?, ¿qué tan costeable es aprovechar la información disponible en esta web? Si reflexionamos seriamente sobre las iniciativas en los últimos años para promover el acceso abierto entonces debemos preguntarnos: ¿qué tan abierta realmente es la red hoy en día?
La brecha digital como cuestión de software
La conversación sobre la brecha digital suele girar en torno al hardware. Los expertos en el tema dividen su atención entre encontrar formas asequibles de construir la infraestructura física para facilitar la conexión a internet, y en hablar sobre cómo la ley de Moore y los materiales de fabricación rentables pueden producir teléfonos móviles capaces y a la vez asequibles para los mercados emergentes. Es cierto que la discusión sobre la innovación y el acceso al hardware es fundamental pero lamentablemente está eclipsando la otra mitad del problema: el software.
El hardware está diseñado para ejecutar software y más allá de la disponibilidad del acceso a internet, si el software es ineficiente o está sobrecargado, entonces va a contrarrestar las capacidades del hardware. Este problema sucede actualmente, en gran parte, de manera involuntaria porque los desarrolladores y diseñadores web crean y prueban su software (páginas web) en hardware de alta gama y conexiones a internet de alta velocidad.
Una página web es básicamente un documento digital que describe, descarga y une varios tipos de archivos multimedia (texto, imágenes, estilos, datos, video, etc.) para que el usuario los vea en una pantalla. Sin embargo, estos archivos se envían a través del internet como paquetes digitales compuestos de bits y bytes. Cuanta más información contenga un archivo (imágenes de alta resolución, conjuntos de datos, videos de larga duración), más pesado será el paquete digital en términos de su peso, precisamente, en bits y bytes. Esto crea ciclos repetitivos en los que los “vehículos” (las páginas web y las aplicaciones), que se mueven a través de la “autopista de la información” (la web), han sido diseñados para funcionar en “autopistas altamente optimizadas”.
Definición de asequibilidad de Internet: el costo de conectarse
La Alianza para un Internet Asequible (A4AI, por sus siglas en inglés) utiliza la medida “1 por 2” para definir al internet asequible, esto significa internet donde 1GB de datos de banda ancha móvil tiene un precio del 2% o menos del ingreso mensual promedio. Hasta la fecha, el objetivo “1 por 2” ha sido adoptado por la Comisión de Banda Ancha de las Naciones Unidas, la Comisión Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), Nigeria y Ghana.
En su reporte de asequibilidad del 2020, la A4AI informó que, aunque el acceso a internet se está volviendo más costeable, no progresa lo suficientemente rápido. Según este documento, en 95 países de bajos ingresos estudiados en el informe “a pesar de cinco años de disminución en el costo de datos en relación con los ingresos, el precio promedio de 1 GB de datos móviles sigue representando el 4% del ingreso mensual promedio”. Esto sigue siendo el doble del objetivo de asequibilidad planteado por la ONU.
Costo de 1GB de datos de banda ancha – USD 2020
Fuente: Alliance for Affordable Internet (A4AI)
Aunque el objetivo de asequibilidad “1 de 2” de la ONU suena ambicioso y hasta cierto punto lo es, el hecho es un plan de datos de 1 GB no rinde mucho en términos de interacciones web útiles. La web moderna ha permitido experiencias digitales ricas e interactivas compuestas de video, gráficos 3D, datos complejos, salas de chat, animaciones, etc. Estas funcionalidades amplían el valor de la web, pero generalmente son pesadas. Para las organizaciones comprometidas con garantizar que los datos y la información estén disponibles públicamente en internet, es fundamental asegurarse de que el costo en datos de navegar por su sitio web no se convierta en un muro de pago involuntario para los usuarios.
IDBInvest.org: un estudio de caso
El BID Invest está comprometido con el crecimiento económico y la inclusión social, por lo que es necesario que se pregunte cuánto les cuesta a los usuarios visitar su sitio web. Debido a que no hay un muro de pago en el sitio web, ni hay un cargo por suscripción, podríamos correr el riesgo de asumir que nuestro sitio es gratuito para los usuarios. Sin embargo, el enternet se compone de datos y los usuarios, especialmente aquellos en países en desarrollo, a menudo pagan para consumir estos datos utilizando planes que cobran por megabytes o gigabytes. Como ya hemos mencionado, cuanto más pesado es un producto digital, más datos se consumen para acceder a él y, en consecuencia, más caro es navegar.
Nuestro análisis encontró que la página principal del BID Invest, solía ser tres veces más pesada que el promedio ideal, principalmente porque contaba con imágenes que aumentaban significativamente el consumo de datos de los usuarios. Para abordar esto, hemos implementado cuatro estrategias tecnológicas para aligerar la carga de datos en nuestros productos digitales para reducir el costo de acceso a nuestro sitio web:
- WebP: nos despedimos de las imágenes JPG y PNG y le dimos la bienvenida a WebP, el cual es otro tipo de formato de imagen que proporciona una compresión superior para las imágenes en la web. Las imágenes Webp se reducen hasta en un 30% en comparación con sus versiones JPG y PNG. También hemos automatizado esta conversión a nivel de CMS, de tal manera que nuestros editores y creadores de contenido simplemente cargan imágenes en JPG o PNG y el sistema las convierte a WebP sin problema.
- HTML: Una estrategia paralela fue aplicar el elemento <picture> en el código HTML de la página, indicando al navegador que cargue la imagen más apropiada, en términos de tamaño y calidad, para el dispositivo específico de un usuario.
- SVG: Auditamos las imágenes de nuestra página y convertimos los gráficos 2D a formato SVG. Las imágenes SVG se pueden escalar hacia arriba o hacia abajo sin perder calidad o fidelidad, ya que el formato se expresa en código. Cuando estamos diseñando y editando imágenes 2D, podemos exportarlas como SVG, copiar el código en el backend de la página y el sistema traducirá el código en una imagen para que los usuarios puedan verlo.
- Carga diferida/carga retardada: ahorramos datos cargando solamente las imágenes esenciales. En esta técnica solo se muestran las imágenes en la sección de la página en la que el usuario está interactuando, omitiendo el resto de las imágenes en la página a menos que el usuario visite el resto de sus secciones. Esto genera un menor consumo de datos y por lo tanto disminuye el costo por visita.
Siguiendo estas estrategias, nuestra página de inicio se carga más rápido y su costo de acceso disminuyó aproximadamente 3.5 veces. El impacto en el costo del acceso varía según la ubicación, pero la siguiente tabla da una idea de cómo bajo el precio por visita en 3 países de la región:
Fuente: What does my site cost? – Consultado en abril 2020
Conclusión
Más allá de la infraestructura física, que es un elemento clave, también es fundamental detenerse a pensar en el precio real de acceder a los contenidos web, y no asumir que la falta de muros de pago y de suscripciones automáticamente hace que algo sea “gratis”. El grado de apertura del conocimiento, de la información y de los datos depende en gran medida de eliminar o reducir tantas barreras de acceso como sea posible. El trabajo relacionado con el desarrollo de hardware y software debe estar orientado a beneficiar a toda la población. Sin embargo, incluso si garantizar el acceso al hardware más actualizado es una tarea compleja, es posible comprometerse con prácticas de diseño de software que se adapten a diferentes contextos.
Sí, la predicción de Tim Berners-Lee fue correcta y la World Wide Web se ha convertido en una autopista interminable para el intercambio de conocimiento e información, pero en lo que respecta al costo de acceso, todavía queda un largo camino por recorrer.
Por José Morales, ex gerente de contenido web en BID Invest.
Edgar Ramírez Dice
intersante el artículo. ¿qué aplicabilidad inmediata tiene este tipo de herramientas nuevas para reducir el costo del consumo web? Lo digo porque aparte del HTML, no he escuchado de las otras (aclaro que no soy ingeniero de sistemas ni profesional de las TIC) pero contamos con una página a través de un hosting privado (wix) y allí creo no haber visto tales herramientas. gracias
Fernando Ceaglio Dice
Excelente articulo.
Estas practcas las voy a tener en cuenta.
Seria muy interesante ver si se pueden hacer certificaciones de las paginas que tienen estas buenas prscticas ya que tambien implica menos consumo de energia.
Muchas gracias por compartir.