La cuarta revolución industrial está transformando el mundo laboral. Las nuevas formas de trabajar y contratar – fundamentalmente a través de plataformas digitales – han generado un debate en torno a cómo replantear las relaciones de los trabajadores con sus empleadores. Con la multiplicación del empleo “atípico”, la distinción tradicional entre asalariados e independientes parece quedarse corta. Por otro lado, los trabajadores plantean nuevas demandas para hacer frente a la invasión tecnológica y lograr un balance entre el trabajo y la vida personal. Ante esta realidad, ¿qué podemos aprender de las tendencias regulatorias de Europa?
Los trabajadores de plataforma y su regulación
En Europa se están dando importantes avances regulatorios para otorgar un piso de cobertura laboral y social que abarque no solo a los trabajadores de plataforma, sino a todos los trabajadores -o más aún a todos los ciudadanos- sin importar su condición laboral. Así, la diferencia entre asalariados e independientes ya no definiría la posibilidad de tener acceso a beneficios laborales como protección frente al despido, derecho a organizarse y formar sindicatos, protección de datos personales y prohibición de discriminación. Algunos avances clave en este ámbito incluyen:
- La Declaración de Frankfurt de 2016, que supone el primer acuerdo de un conjunto de sindicatos para delinear una estrategia que ayude a promover condiciones de trabajo justas para los trabajadores de plataformas digitales.
- En 2017, la Confederación Europea de Sindicatos solicitó a la Comisión Europea la elaboración de un catálogo de derechos para todos los trabajadores de plataforma, sin importar su calificación.
- El Pilar Europeo de Derechos Sociales de 2017, que establece un conjunto de principios y derechos para todas las personas con empleo, independientemente de su situación laboral.
- La Directiva N° 2019/1152 de la Unión Europea sobre condiciones laborales transparentes y previsibles, que busca responder a los retos de las nuevas formas de empleo, garantizando un nivel de protección universal a todas las formas contractuales existentes y futuras.
La flexibilidad laboral y la invasión digital: dos tendencias contrapuestas
Europa también es un punto de referencia en materia de flexibilidad laboral. El Reino Unido cuenta con normas que otorgan al trabajador el derecho a solicitar un trabajo flexible. Dentro de las modalidades se destacan el trabajo compartido, las jornadas comprimidas y la libertad de elegir el horario. Desde el año 2014, esta posibilidad se extendió a todos los trabajadores (hasta esa fecha, solo beneficiaba a aquellos con responsabilidades familiares). En España también hay normas que permiten al trabajador solicitar la adaptación del horario y lugar de trabajo, mientras que en Italia se otorgan beneficios fiscales (reducción de aportes a la seguridad social) a aquellas empresas que aborden el equilibrio entre trabajo y vida personal. Finlandia, país que está a la vanguardia en flexibilización, aprobó en enero de 2020 una nueva norma que extiende el trabajo flexible a todos los trabajadores.
Europa es un punto de referencia en materia de flexibilidad laboral.
En la misma línea, las empresas multinacionales con sede en Europa tienen una visión positiva de los acuerdos flexibles, tanto para el bienestar de los trabajadores como para su desempeño. Por ejemplo, hay compañías que reconocen el derecho a la “desconexión digital”, definiendo períodos en los que los dispositivos electrónicos se pueden apagar. Otras empresas permiten solicitar el permiso parental por hora, o autorizan a los empleados a donar los días libres que no hayan gastado a sus colegas que experimentan dificultades para conciliar el trabajo y las responsabilidades familiares.
Las empresas multinacionales con sede en Europa tienen una visión positiva de los acuerdos flexibles, tanto para el bienestar de los trabajadores como para su desempeño.
Por su parte, diversas organizaciones no gubernamentales y universidades europeas recomiendan la instrumentación de políticas de equilibrio entre la vida laboral y personal. Por ejemplo, la IESE Business School de la Universidad de Navarra desarrolla el Índice de Empleador Responsable de la Familia (IFREI), que tiene como objetivo facilitar herramientas de diagnóstico para crear entornos flexibles y compartir información sobre las mejores prácticas. Por otro lado, el Instituto Europeo de Capital Social cuenta con una herramienta de gestión orientada a conseguir un sólido equilibrio entre los intereses corporativos y las inquietudes de los trabajadores, a través de un panel de control o balanced scorecard que mide los programas de balance vida–trabajo que existen en la empresa.
Diversas organizaciones no gubernamentales y universidades europeas recomiendan la instrumentación de políticas de equilibrio entre la vida laboral y personal.
Alternativas para garantizar los derechos de los trabajadores
En línea con las tendencias regulatorias de Europa, la quinta entrega de la serie El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe plantea la urgencia de actualizar las regulaciones laborales para hacer frente a las nuevas tendencias que trae consigo la cuarta revolución industrial. Con miras a aportar información relevante al controversial debate sobre cuál es la mejor manera de modernizar la legislación, la publicación analiza la evolución de conceptos como trabajo a distancia y empleo atípico y profundiza en los diversos retos y oportunidades que ha traído consigo el surgimiento de los trabajadores de plataforma. Haz clic aquí para descargar este estudio y conocer algunas alternativas para asegurar la protección de los millones de trabajadores que hacen vida en la región.
*Este artículo cuenta con la coautoría de Verónica Alaimo y Nicolás Soler, de la División de Mercados Laborales del BID, y la experta invitada María Noel Chaves.
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