Este pasado fin de semana falleció trágicamente el matemático John Nash, inspirador de la película ‘Una mente brillante’ (‘A Beautiful Mind’) y ganador del premio Nobel de Economía en 1994 (junto con dos colegas) por su contribución en la teoría de los juegos, una disciplina que ha ayudado a entender complejos problemas económicos y que ha influido de forma destacada en cómo comprendemos hoy en día el mercado laboral.
La principal contribución de Nash fue distinguir entre juegos cooperativos y juegos no cooperativos, ilustrando que, en una negociación, se da una situación de equilibrio cuando ninguna de las partes puede mejorar su situación actuando unilateralmente. Esta contribución de Nash generó numerosos estudios basados en la información que los jugadores tienen al momento de tomar decisiones, si el juego es único o repetido, etcétera. Uno de los aspectos que se han estudiado es el rol que el Estado, a través de sus regulaciones y políticas públicas, puede tener para mejorar los equilibrios que resultarían entre individuos y/o entidades privadas cuando negocian independientemente.
Muchos autores utilizaron el concepto de equilibrio de Nash para avanzar en nuestro entendimiento del mercado de trabajo, donde constantemente ocurren negociaciones no-cooperativas: por ejemplo, entre un patrón y un empleado sobre el salario a percibir. Una de las contribuciones más destacadas que se inspiraron en el legado de Nash es la de Peter Diamond, Dale Mortensen y Chris Pissarides, ganadores del Premio Nobel en 2010. Diamond, ya en 1971, publicó un artículo en el que examinaba cómo se forman los precios en un mercado con costos de búsqueda. Su trabajo incentivó a otros investigadores a profundizar y avanzar en esta área de conocimiento. Así, Mortensen y Pissarides desarrollaron y aplicaron los principios de Diamond al mercado de trabajo, ayudando a entender los factores determinantes del desempleo y su evolución (Pissarides 1985; Mortensen y Pissarides, 1994). Estos trabajos resultaron en un modelo conocido como el modelo Diamond-Mortensen-Pissarides (DMP).
La teoría clásica describe a los mercados como un lugar donde se encuentran demanda y oferta, de forma inmediata, con información perfecta y sin costos de transacción. Así, los salarios se determinan igualando oferta con demanda, sin excedentes ni faltantes. Sin embargo, cualquiera que haya buscado un empleo alguna vez sabe que el mundo real puede ser muy diferente: para los trabajadores resulta difícil encontrar empresas que tengan vacantes (esto es una realidad para millones de personas en el mundo) y, para las empresas, no es sencillo encontrar empleados.
Cuando la empresa y el posible empleado se encuentran, empieza un proceso de negociación. Y aquí es donde las contribuciones de John Nash cambiaron la manera de concebir el mercado de trabajo. En esa negociación, si el trabajador y el empresario no se ponen de acuerdo sobre el salario, el buscador de empleo sigue desempleado y la vacante sigue sin cubrirse, y ambas cosas son costosas. Los avances de Nash permitieron establecer que un salario se determina cuando tanto el trabajador como la empresa no tienen motivos para romper el acuerdo y volver a la situación anterior, esto es, al desempleo de uno y a la búsqueda de empleados del otro. Esto no determina un único nivel de salario, sino un rango salarial en el cual tanto la empresa como el trabajador están dispuestos firmar un contrato. El nivel final se determina por el poder de negociación. Esto nos lleva a situaciones en las que, a veces, como trabajadores tenemos que tomar el salario que nos ofrecen porque cualquier otra cosa es preferible al desempleo; y a otras donde sí tenemos un margen para negociar un poquito nuestra remuneración.
Hoy en día, el modelo DMP es la herramienta más utilizada para analizar el desempleo, la formación de salarios y la existencia de vacantes. Cuando un solicitante de trabajo y un empleador se encuentran entre sí, el salario se determina sobre la base de la situación del mercado laboral, teniendo en cuenta la cifra de trabajadores que se encuentran desempleados y el número de vacantes existentes. Esta forma de entender y analizar el mercado de trabajo se dio en gran medida por los avances que Nash y otros colegas hicieron hace más de 60 años. Gracias, John Nash.
william jimenez dice
es indudable que esta teoria de los juegos para entender el desempleo y el empleo se practica en las sociedades eminentemente capitalistas donde concurren la oferta y la demanda determinadas por los volumenes de ambas, o sea quien determina el salario es el mercado.
Gustavo A Aguilar L dice
Este el legado de un gran hombre de ciencias, en la ciencias cuya investigación es sumamente controversial, porque funciona mas con hipótesis, y valora los datos y determina conclusiones con arreglo a modelos matemáticos, que son difíciles de entender por seres comunes o corriente, por eso esta ciencias se le denomina la ciencia de los impredecibles… pero con fenómenos que en laboratorio de las ideas, tienen sentido…