La revista The Economist difundió hace unas semanas en un artículo (‘The Mars and Venus question’) los resultados de una reciente investigación empírica sobre las diferencias en habilidades cognitivas (o habilidades relacionadas al conocimiento) entre hombres y mujeres. El estudio, llevado a cabo por investigadores del International Institute for Applied Systems Analysis en Viena y publicado en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, se concentra en las diferencias de género en el funcionamiento cognitivo de adultos mayores (50 a 85 años) en diferentes regiones de Europa.
La investigación dirigida por Daniela Weber muestra que las diferencias de género varían sistemáticamente de acuerdo a las tareas cognitivas concretas, y que el grado de acceso a la educación y las condiciones de vida a las que el individuo está expuesto durante sus años formativos se relacionan con el desempeño que obtendrá en las edades más avanzadas. En especial, los resultados sugieren que el desempeño cognitivo de las mujeres, en mayor medida que el de los hombres, se beneficia del mayor acceso a la educación y las oportunidades económicas.
Por otra parte, en un reciente trabajo (‘Gender Differences in Cognitive Abilities among the Elderly Poor in Peru’), aportamos evidencia para Perú sobre este mismo tema. En él utilizamos datos de la Encuesta Nacional de Salud y Bienestar del Adulto Mayor (ESBAM) realizada a individuos de entre 65 y 80 años pertenecientes a hogares pobres en 2012. La encuesta, que presenta información sobre un amplio conjunto de características socioeconómicas e indicadores objetivos y subjetivos de salud, incluye preguntas que evalúan diferentes aspectos del desempeño cognitivo de la población mayor.
Analizando los datos encontramos que, comparando hombres y mujeres con las mismas características (edad, etnia, localización urbana/rural, situación laboral, educación, indicadores de salud física y mental, y nutrición de corto y largo plazo), las mujeres tienen en promedio mejor desempeño en el indicador relacionado con la memoria y la capacidad de seguir instrucciones correctamente. Sin embargo, los hombres tienen mejores resultados en los indicadores que miden la orientación y las habilidades visuales y espaciales (por ejemplo, capacidad para visualizar objetos en la mente o imaginarlos en diferentes posiciones).
Además, encontramos que una mayor educación está marcadamente asociada a un mayor desempeño cognitivo, en especial para las mujeres. Al igual que en el trabajo de Weber et al. (2014), esto sugiere que las políticas orientadas al desarrollo infantil (cuando se desarrollan la mayor parte de las habilidades cognitivas) y al acceso igualitario a la educación se espera que tengan un impacto positivo sobre las habilidades cognitivas en la adultez y tiendan a reducir la brecha de género que se observa en algunas dimensiones de esta variable.
Para saber más:
- Novella, Rafael y Javier Olivera (2014) “Gender Differences in Cognitive Abilities among the Elderly Poor in Peru”. Center for Economic Studies – Discussion Papers ces14.11, Katholieke Universiteit Leuven, Center for Economic Studies.
- Weber, Daniela; Skirbekk, Vergard; Freund, Inga & Agneta Herlitz (2014) “The changing face of cognitive gender differences in Europe”. Proceedings of the National Academy of Sciences (2014): 201319538.
*Javier Olivera es investigador asociado en el Institute for Research on Socio-Economic Inequality de la Universidad de Luxemburgo desde el 2013. Javier trabajó previamente en la University College Dublin como investigador en el Geary Institute y dando clases en el Departamento de Economía, como funcionario en la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP de Perú, y como consultor en temas de pensiones y protección social en el Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial y los Ministerios de Economía y de Desarrollo e Inclusión Social de Perú. Experto en economía de las pensiones, envejecimiento y desigualdad económica, Javier es Bachiller en Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú, tiene una maestría en Economía de la Universidad de Essex en Reino Unido y recibió un Doctorado en Economía de la Universidad de Lovaina (KUL) en Bélgica en 2011.
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