Las personas trans y el acceso a vivienda
¿Qué significa para ti tu casa? Para algunos es un lugar en donde crecer, aprender y en el cual se encuentra entornos de confianza y de apoyo de otras personas de la familia. Una casa también es la infraestructura que protege del clima, la lluvia y los peligros de afuera.
Desafortunadamente, para las personas trans el concepto de casa muchas veces está vinculado a la discriminación y la exclusión que puede ser tan dolorosa que las lleva a abandonarlas cuando todavía son muy jóvenes. De hecho, uno de los estudios más importantes sobre la situación de las personas trans en Estados Unidos encontró que el 30% de las personas encuestadas reportaron haber estado en situación de calle por lo menos una vez en su vida. En el Día de la Visibilidad Trans, queremos reflexionar sobre los desafíos que las personas con identidades de género diversas encuentran para acceder a una vivienda y a entornos inclusivos en América Latina y el Caribe habitan.
La familia: ¿primera cuna de la violencia?
El primer lugar en donde las infancias con identidades de género diversas deberían recibir protección y libertad para expresarse, es su propia casa. Sin embargo, es justamente ahí en donde muchas de las primeras formas de violencia y discriminación comienzan a manifestarse. Un ejemplo de este rechazo se manifiesta en el intento de modificar las expresiones de género diversas desde temprana edad: un estudio hecho a 3.,246 estudiantes LGBTQ+ en Colombia encontró que entre quienes reportaron haber tenido experiencias con “terapias de conversión” para cambiar su orientación sexual e identidad de género, el 78,6% asistió por obligación de sus padres, madres o cuidadores.
Casos de violencia como este hace que muchas personas jóvenes con identidades de género diversas se enfrenten desde temprana edad a la situación de calle, la desescolarización o la pobreza, obstaculizando su desarrollo y bienestar.
Adultez trans
La discriminación y la violencia explican por qué las personas trans no encuentran fácilmente una casa en donde asentarse. Aunque las ciudades pueden ofrecer mejores condiciones de vida y mayores oportunidades laborales, dentro de ellas son pocos los barrios en los que las viviendas son seguras, dignas y asequibles para ellas. Algunos de los desafíos a los que se enfrentan son:
Movilidad limitada
Un estudio hecho en Bogotá sobre la movilidad de personas trans, encontró que una pequeña área de cuatro por cuatro cuadras en el centro de la ciudad era uno de los pocos sitios en los que las participantes experimentaron sentido de pertenencia y apropiación sobre un espacio. Allí construyeron una zona de refugio, encontraron alternativas para la generación de ingresos y tejieron una red de apoyo para afrontar colectivamente el rechazo y la violencia de la calle.
Discriminación en las solicitudes de alquiler y de crédito
Las barreras para conseguir trabajos formales, además de la discriminación social por su identidad de género o por no poder usar el nombre con el que se reconocen llevan a que muchas personas trans no hagan solicitudes para alquilar un inmueble de manera formal. Según una encuesta realizada en Argentina en 2013, ocho de cada diez personas trans encuestadas no habían realizado ninguna gestión vinculada a solicitar un contrato de alquiler o un crédito hipotecario a su nombre. Además, tres de cada diez mencionaron haber sido rechazadas por los vecinos del lugar donde residen.
Adicionalmente, aquellas personas trans que aplican o solicitan información para el alquiler de inmuebles son objeto de discriminación por parte de los arrendadores o de las compañías inmobiliarias. Un reciente estudio de la Iniciativa de Conocimiento de Género y Diversidad (GDLAB) del BID hecho en Argentina, Colombia, Ecuador y Perú encontró que en los cuatro países, las solicitudes de información para arrendar inmuebles hechas por parejas que tenían una mujer trans tuvieron 19% menos respuestas, 27% menos respuestas positivas y 23% menos invitaciones a conocer el inmueble que cuando la solicitud era hecha por parejas cisgénero, así fueran heterosexuales u homosexuales.
Adicionalmente, la dificultad para las personas trans de acceder a viviendas dignas, seguras y asequible impacta en sus condiciones de vida, salud y oportunidades económicas. También afecta sus posibilidades de planificar sus futuros y la de sus familias y prepararse para la vejez.
Soluciones que cambian vidas
Frente a este contexto, cada vez existen más proyectos que pretenden incrementar el acceso a vivienda para personas trans en América Latina. Estas soluciones, además, conforman espacios seguros para crear redes comunitarias y construir un sentido de pertenencia entre las poblaciones con identidades de género y orientaciones sexuales diversas.
- Centro de Atención a la Diversidad Sexual y de Género (CAIDSG) son espacios ubicados en Bogotá en los que se ofrecen servicios de atención psicosocial, asesoría jurídica, apoyo para la vinculación laboral e información de las rutas de atención para los casos de violencia entre otros servicios. Este proyecto es liderado por la Alcaldía de Bogotá con apoyo del BID.
- Laetus Vitae es una de las primeras casas para personas mayores LGBTQ+ fundada por la trans-activista Samantha Flores en Ciudad de México con el objeto de ofrecer un lugar de acogimiento adecuado y digno para las personas mayores LGBTQ+.
- Programa Transcidadania es un programa público implementado en Sao Paulo que busca promover la inclusión social y económica de las personas trans y travestis que incluye auxilios monetarios para educación. Además, ofrece servicios de acompañamiento psicológico, jurídico y social a quienes participan en el programa
Estos ejemplos nos demuestran que es posible contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas trans y no binarias. Sin embargo, todavía tenemos un largo camino por recorrer para combatir la discriminación y exclusión hacia las personas con identidades de género diversas. En la región todas las personas deberíamos tener lugar que llamemos “mi casa”, y aún mejor, “mi hogar”.
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