Desde una perspectiva de desarrollo, la igualdad de género no es un problema “de mujeres” sino un asunto de desarrollo económico y social de los países, un tema transversal que debe ser integrado naturalmente en todos los trabajos de desarrollo, a lo largo de todos los sectores productivos.
A pesar de los considerables avances alcanzados en Bolivia hacia la equidad de género, especialmente en las áreas de educación y de representación femenina en el sector público, la desigualdad y la discriminación de género se expresan en la vida cotidiana, tal como lo evidencian los indicadores que vinculan la situación de las mujeres con una menor calidad de vida y menor acceso a recursos en comparación con los hombres.
Desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apoyamos a Bolivia en el fortalecimiento de sus políticas y estrategias para cerrar las brechas de género, a través de proyectos en diversas áreas que incorporan un enfoque y estrategias de género.
Trabajo que ilumina con equidad
El sector eléctrico representa una importante fuente de trabajo y de ingresos en los países de América Latina y el Caribe. Sin embargo, las mujeres representan menos del 20% del total de empleados del sector energético.
Los datos de Bolivia coinciden con este porcentaje, demostrando una escasa participación de la mujer en el sector de energía y particularmente en el sector eléctrico; con menos de un 20% de mujeres trabajando en el sector eléctrico y solo un 13% en la parte técnica.
Con el municipio La Paz, el BID prepara actualmente un proyecto para remplazar las 53 mil luminarias por tecnología led. Parte importante de este proyecto contemplará la capacitación de 300 mujeres, en electricidad y energías renovables, para este fin.
Agua y participación de la mujer
En los países de la región predomina igualmente una escasa participación de las mujeres en las decisiones de gestión del agua. Sin embargo, las mujeres dedican más horas a la provisión de agua potable que hombres. Cuando no hay agua o el acceso es limitado, son las mujeres quienes cargan con la responsabilidad de proveer agua para el hogar (64% Vs 24% hombres, 8% niñas y 4% niños) Igualmente, las enfermedades causadas por el agua contaminada suponen una carga adicional y riesgo de contagio para las mujeres, quienes tradicionalmente son las responsables del cuidado de los enfermos en el hogar y en el sistema sanitario.
Por ello, el BID apoya al Gobierno de Bolivia para aumentar la cobertura, calidad y continuidad de los servicios de agua potable, a través del financiamiento de un Proyecto Multipropósito de agua potable, riego y recursos hídricos para los municipios de El Alto, Batallas y Pucarani. Este proyecto también incluye un programa de emprendimiento para mujeres, que busca incrementar su resiliencia y empoderamiento a través de la generación de ingresos económicos con actividades como la artesanía.
Este proyecto, junto con el Programa de Saneamiento del Lago Titicaca, apoya a través de la Plataforma Interinstitucional de la cuenca Katari la participación de grupos de mujeres organizadas para la incidencia y toma de decisiones, respecto al agua y la prevención de la contaminación.
Siembran, cosechan y venden
El Programa Nacional de Riego con Enfoque de Cuenca financiado por el BID no solo impulsó el desarrollo de un sistema de riego adecuado, sino también promovió el rol protagónico de las mujeres en el proceso de siembra, cosecha y venta del producto, lo que a su vez fomentó su activa participación en la toma de decisiones dentro de la comunidad y el impacto se sintió en la economía del hogar.
Una evaluación de impacto del programa, indicó un incremento en los ingresos totales de los hogares entre un 35 a 45%, mejorando su producción, su conexión con los mercados con mayores ventas, incrementando el uso de tecnologías complementarias y formalizando sus asociaciones de regantes, donde se incentivó la participación de mujeres.
Mujeres en la Gestión Integral de Residuos Sólidos
No existen datos concretos sobre el número de personas que reciclan la basura en Bolivia, sin embargo, se estima que más del 80% son mujeres y una gran cantidad de ellas son adultas mayores, y en ocasiones realizan sus tareas diarias en ambientes insalubres acompañadas de menores a su cargo.
Ante el inminente cierre del botadero municipal y la pérdida de la fuente de ingresos de muchas mujeres, el Plan de Inclusión Social de Riberalta (PISO), financiado por el BID, permitió mejorar sus condiciones laborales y económicas. La iniciativa implementada con el apoyo del municipio tuvo un impacto positivo en la creación de nuevas oportunidades laborales para estas mujeres, y en la mejora de su autoestima, brindando oportunidades de capacitación y equipamiento para poder iniciar emprendimientos.
A partir de las capacitaciones recibidas, un grupo de recuperadoras conformó una asociación que realiza servicios de aseo, limpieza y transporte de residuos sólidos de un distrito de la ciudad, y otro grupo, de manera individual reorientó su actividad económica en otros rubros (manicure, venta de alimentos preparados por ellas, tienda de barrio). A la finalización del proyecto, todas las socias trabajan con normas de control y seguridad y mejoraron notablemente sus ingresos y condiciones laborales.
Salud, cuando la cultura es parte de la calidez
Las limitaciones del sistema de salud nacional se profundizan en áreas rurales, donde los habitantes se enfrentan con barreras culturales, geográficas y lingüísticas que impiden que reciban una atención óptima, situación que las mujeres enfrentan a la hora del parto.
Ante cifras elevadas de mortalidad materna en el departamento de Potosí, el BID financió la incorporación de 26 enfermeras obstetras destinadas en zonas rurales del departamento. Un personal sensibilizado ha significado superar barreras culturales y brindar un servicio adecuado y oportuno.
El Ministerio de Salud, con apoyo del BID, viene ejecutando el Programa de Mejoramiento al Acceso de Servicios Hospitalarios en Bolivia, con el objetivo de fortalecer las capacidades del personal de salud del Hospital Norte en El Alto, y la Red de Salud de Los Andes en Potosí.
El personal del Hospital del Norte en la ciudad de El Alto recibió capacitación en temas de buen trato e interculturalidad para poder atender mejor a pacientes de comunidades indígenas. También, se impartieron conocimientos para detectar e intervenir adecuadamente los casos de violencia de género, entendiendo la normativa vigente del país.
En Bolivia, como en toda la región hay un amplio espacio para la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento femenino, a través de la participación económica de las mujeres, desde todos los sectores. Sí es cierto que los ministerios de trabajo y la empresa privada tienen un rol que jugar, pero también lo tienen las instituciones y empresas de transporte, educación, energía, agua y salud. Todos podemos y debemos contribuir al avance de nuestras economías y sociedades, a través de la equidad de género.
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