Hablamos con las ganadoras del primer festival de animación sobre discapacidad
El año pasado, cuando ya estábamos acostumbrándonos a convivir con la pandemia y caímos en cuenta de que no podríamos hacer los eventos presenciales que teníamos planeados, nos vimos obligados a pensar diferente. Ideamos el primer festival de animación sobre discapacidad y lanzamos un desafío que parecía más una apuesta: le pedimos al mundo creativo que nos mandara videos de un minuto hablando acerca del mundo de la discapacidad. Una propuesta retadora porque la discapacidad y la animación son dos mundos que, en principio, no tienen nada que ver el uno con el otro. Queríamos que este concurso se convirtiera en una especie de cremallera para juntar a esos dos mundos que pocas veces se juntan. Sorprendentemente, más de 60 concursantes se lanzaron a cerrar esta cremallera y los resultados fueron fascinantes tanto en animación como en mensajes de inclusión.
Hoy, con un poco más de distancia, queríamos recordar los dos cortos ganadores y hablar con las animadoras y creadoras para que nos contaran cómo y por qué decidieron aceptar este inusual llamado.
Reventando burbujas de exclusión
El corto galardonado por el jurado fue “Burbujas” de Sara Gutiérrez Jimenez de México. “Burbujas” es una ingeniosa metáfora que sirve para describir de una manera muy precisa la experiencia de las personas con discapacidad en la sociedad. Están en burbujas, aislados del resto de la sociedad debido a las muchas barreras que existen para la inclusión. El corto propone que la pandemia, de alguna manera, ha igualado a la sociedad; al menos en ese nivel. Ahora todos estamos aislados. A través de esta dinámica animación vemos una explicación gráfica de lo que es la realidad de mucha gente.
Para Sara, la directora de este excelente trabajo, la discapacidad no es un tema nuevo. Ella trabaja en el área de comunicaciones de una empresa en Guadalajara dedicada precisamente a fabricar productos para personas ciegas. Hacen una novedosa tecnología que a través de un smartwatch les indica si hay barreras con las que se pueden lastimar. Algo así como el radar de un murciélago.
Por eso, cuando vio la oportunidad de participar en este concurso, ya tenía la ventaja de conocer y trabajar con personas con discapacidad. Escribió un guión y les pidió a sus colegas ciegos que lo revisaran para no tener “otro corto hecho por alguien que no sabe de lo que está hablando”. El resultado fue una pieza que, más allá de su valor estético, logra transmitir de manera sencilla un concepto bastante complejo: que el aislamiento y miedo que hemos sentido como sociedad a causa del COVID-19 es el pan de cada día para muchas personas con discapacidad.
“Ellas”, un contraste de realidades
El corto ganador del premio del público fue “Ellas”, creado por Oriana Silva y Ariana Rivas, dos venezolanas que lideran una productora llamada Caracaswood. Con su corto, Oriana y Ariana contrastan dos escenarios comunes para las personas con discapacidad: uno en el que las barreras del entorno dificultan las actividades del diario vivir, y otro en el que pequeñas herramientas ayudan a sobrepasar estas barreras, haciendo de la vida, literalmente, un mundo color rosa. En la historia, un audífono y un smartphone permiten a una de las protagonistas del corto seguir con su vida. Las personas que se mueven en el mundo de la discapacidad tienen un nombre específico para este tipo de herramientas: ajustes razonables. “Ellas”, en 1 minuto, nos describe la importancia de los ajustes razonables para la inclusión de personas con discapacidad en el trabajo, la comunicación, y en general, la vida diaria. Pequeños acoples que realmente han cambiado vidas.
Para Oriana y Ariana, hacer “Ellas” fue una odisea que las llevó a hacer una investigación en internet para entender mejor el mundo de las personas con discapacidad. Así encontraron a Pamela Molina, una experta en derechos de las personas con discapacidad, que las puso a pensar. Pamela es una lideresa sorda de talla mundial y la calidad de sus presentaciones sirvió como inspiración para el corto. Tanto así que, incluso más allá del corto, terminaron teniendo conversaciones en sus propias familias acerca de discapacidades existentes sobre las que no se conversaba y que se escondían por miedo al estigma. Pamela y esta convocatoria de filminutos llevaron a la introspección e incitaron a conversaciones diferentes e inclusivas sobre discapacidad.
El objetivo final de la agenda de inclusión para las personas con discapacidad es lograr un cambio cultural. Sólo entendiendo que la discapacidad está en el entorno y no dentro de los cuerpos de las personas empezaremos ese cambio. Y para eso, nada mejor que las herramientas de la comunicación. Con estas dos piezas avanzamos un poquito más en esa dirección. Una vez más, felicitamos a las ganadoras. Si tienen dos minutos para ayudar a que nos movamos hacia la inclusión, ¡los invitamos a verlas!
Leave a Reply