Generar evidencia académica rigurosa es clave para diseñar políticas públicas más efectivas en la prevención y respuesta a la violencia contra las mujeres. En esta línea, cuatro estudios recientes —apoyados por GDLab, la Iniciativa de Conocimiento del Grupo BID— aportan hallazgos innovadores que contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas y a promover un crecimiento económico más sostenible.
La violencia contra las mujeres no solo vulnera derechos fundamentales, sino que también limita el desarrollo económico y social de los países. En América Latina y el Caribe, a pesar de avances importantes, la violencia por parte de una pareja íntima continúa afectando a una de cada cuatro mujeres en edad reproductiva, con impactos persistentes a lo largo de todo el ciclo de vida. Uno de estos estudios también destaca la importancia de visibilizar cómo esta problemática afecta a mujeres mayores, un grupo históricamente menos atendido en las investigaciones.
Datos sobre políticas efectivas contra la violencia hacia las mujeres
Los estudios abordan diferentes dimensiones de este desafío y aportan nuevas perspectivas que vale la pena destacar.
- Un primer estudio analiza cómo los fenómenos climáticos extremos, como las sequías, pueden incrementar los riesgos de violencia en regiones agrícolas de México. Utilizando datos de hospitalizaciones, denuncias policiales y llamadas de emergencia, se observó que las hospitalizaciones vinculadas a violencia de pareja aumentaron un 9% durante sequías severas, con efectos más pronunciados en municipios con menor capacidad institucional. Estos resultados subrayan la importancia de incorporar medidas de prevención de violencia en los programas de adaptación al cambio climático y de establecer sistemas de monitoreo que prioricen intervenciones en las comunidades más vulnerables.
- El segundo estudio examinó el sistema judicial en Colombia y encontró que las fiscales mujeres, aunque más selectivas al presentar casos, lograron tasas de condena superiores en situaciones de violencia doméstica. Este hallazgo destaca el valor de contar con operadores de justicia capacitados en enfoques sensibles a las distintas realidades de quienes enfrentan situaciones de violencia. Sin embargo, los datos también muestran que mejorar las tasas de condena no es suficiente para reducir la reincidencia, lo que resalta la importancia de fortalecer los mecanismos de acompañamiento a lo largo de todo el proceso judicial.
- Finalmente, un estudio sobre el Programa de Pensiones para Adultos Mayores (PAM) en México ofreció nuevas perspectivas sobre la relación entre empoderamiento económico y dinámicas familiares. La expansión del programa, que redujo la edad de elegibilidad de 70 a 65 años, se asoció con un aumento en la violencia económica, psicológica y física entre mujeres recién beneficiadas, particularmente en hogares con antecedentes de violencia o bajos ingresos. Estos hallazgos destacan que, junto con el fortalecimiento de la autonomía económica, resulta esencial diseñar medidas de apoyo que acompañen los cambios en las dinámicas familiares, incluyendo redes comunitarias de protección y planes de seguridad individualizados
Estos estudios ofrecen aprendizajes valiosos para fortalecer las políticas públicas en nuestra región. Aumentar la disponibilidad de datos actualizados y generar evidencia mediante evaluaciones rigurosas que permitan identificar qué funciona, para quién y en qué contexto, son pasos fundamentales para avanzar hacia estrategias más efectivas y sostenibles. Transformar este conocimiento en acciones concretas es clave para prevenir y responder mejor a la violencia contra las mujeres.
Consulta la nueva nota de política de GDLab para conocer más sobre estos hallazgos.
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