El trabajo de las personas que cuidan es fundamental para el sustento y bienestar de las sociedades. Desde la atención al hogar y a los niños pequeños, hasta el apoyo a personas mayores o con discapacidad. Estas labores sostienen el bienestar de millones de personas en América Latina y el Caribe.
A pesar de su importancia, el trabajo de cuidados recae desproporcionadamente sobre las mujeres y niñas y, a menudo, sin ningún tipo de remuneración. Los datos son claros. Dentro del hogar, las mujeres dedican en promedio 22 horas semanales al trabajo de cuidados no remunerado. Esto es el doble que los hombres. Es más, la diferencia se acentúa en hogares con niños menores a cinco años.
Asimismo, las mujeres constituyen más del 63% de quienes proveen cuidados no remunerados de larga duración y aportan más del 72% del tiempo total dedicado al cuidado por las familias.
En el ámbito laboral remunerado, los sectores relacionados al cuidado se encuentran feminizados. De los aproximadamente 9 millones de personas que trabajan en el sector de cuidos en la región, el 95% son mujeres. Además, este sector se caracteriza por bajos salarios, condiciones laborales precarias y falta de acceso a beneficios sociales, especialmente en el sector informal.
Evidencia para el diseño de políticas del cuidado más equitativas
A pesar de los esfuerzos de política para aliviar esta carga y promover una distribución más equitativa del trabajo de cuidados, aún hay grandes vacíos en la investigación.
La mayor parte de los estudios se han enfocado en contenido descriptivo o en el análisis de cómo distintas políticas afectan el uso del tiempo de las mujeres y su participación en el mercado laboral. Quedan así relegadas las evaluaciones causales y otros aspectos cruciales como mecanismos para incentivar la participación masculina en el sector.
Así mismo, se identifican brechas en el conocimiento sobre soluciones diseñadas para mejorar las condiciones de trabajo en el sector del cuidado o que apoyen a quienes brindan el cuidado con un enfoque de género.
Es importante identificar soluciones basadas en evidencia que mejoren las condiciones del sector y promuevan la equidad de género en la distribución del trabajo remunerado y no remunerado. Esta necesidad se vuelve aún más apremiante dada la creciente demanda de cuidados de larga duración que es producto del envejecimiento de la población en la región.
Convocatoria de propuestas de investigación sobre la economía del cuidado
El GDLab, la Iniciativa de Conocimiento sobre Género y Diversidad del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (Grupo BID), lanza una nueva convocatoria de propuestas enfocada en la economía del cuidado. A través de esta convocatoria, GDLab busca financiar estudios académicos cuantitativos que proporcionen evidencia sólida sobre programas y políticas efectivas para promover prácticas equitativas del cuidado entre géneros y a lo largo del ciclo de vida en América Latina y el Caribe.
Este llamado ofrece una oportunidad única para acceder a fondos y apoyo para la realización de investigaciones que recopilen evidencia sobre la economía del cuidado abordando uno o más de los siguientes temas:
- Normas sociales y distribución equitativa del cuidado
- Políticas y servicios para cuidadores no remunerados
- Cuidado intergeneracional
- Infraestructura y servicios de cuidado
- Condiciones de trabajo
- Reconocimiento para los trabajadores del cuidado
- Soluciones tecnológicas para el apoyo del trabajo de cuidado
Las propuestas de investigación serán evaluadas por un comité científico compuesto por especialistas del Grupo BID y las académicas Chloe Gibbs (University of Notre Dame) y Jessica H. Brown (University of South Carolina). El comité evaluará las propuestas según su relevancia, innovación, escalabilidad, claridad y calidad metodológica, y capacidad del equipo de llevar adelante la investigación.
¡Descarga el folleto! La fecha límite para postular es el 11 de octubre de 2024.
Consulta el folleto informativo para más detalles sobre la convocatoria y el proceso de aplicación. No dejes pasar esta oportunidad.
¡Juntos, podemos avanzar en la generación de evidencia que impulse políticas de cuidado más equitativas en América Latina y el Caribe!
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