Discapacidad en América Latina y el Caribe
Las últimas décadas han sido testigos en América Latina y el Caribe – y en otras regiones del mundo – de un creciente compromiso con la promoción de la inclusión social y económica de las personas con discapacidad. Una evidencia de este compromiso, por ejemplo, es el hecho de que a partir de 2020 todos los países de ALC han ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CRPD). El gran desafío que enfrentan actualmente los países es la implementación efectiva de políticas y programas que conviertan este compromiso en resultados concretos para la inclusión para las personas con discapacidad en América Latina y el Caribe.
Fuerza en los números
Uno de los primeros pasos para enfrentar con éxito este desafío, es contar con datos y proyecciones creíbles de las personas que viven con una discapacidad. Esta información es fundamental para planificar, presupuestar, monitorear y evaluar las políticas públicas de inclusión. Además, también es necesaria para promover conciencia sobre la magnitud, riqueza y diversidad de la población con discapacidad, una población que aún enfrenta barreras para ser escuchada y representada.
Con este objetivo en mente, una coalición de organizaciones internacionales de diferentes campos lanzó recientemente el movimiento Wethe15 como parte de una larga campaña para promover conciencia sobre la población mundial de personas con discapacidad. La tasa de prevalencia mundial del 15% juega un papel importante en la campaña, pero, aunque es una estadística contundente que proviene del informe de la OMS de 2011 sobre discapacidad, no debe considerarse como invariante en el tiempo o entre países.

Una nueva publicación por investigadores del BID muestra cómo la prevalencia de la discapacidad refleja la estructura de edad de la población. Por lo tanto, si las tasas de prevalencia de discapacidad por edad se mantienen constantes, se proyecta que, debido al rápido envejecimiento de la región, la población total de personas con discapacidad en América Latina y el Caribe aumentará del 14,8% en 2020 a 20,3% para 2050 (alcanzando un total de aproximadamente 150 millones de personas). Estas proyecciones, que surgen de los datos del censo de 2010, refuerzan el mensaje central del movimiento Wethe15 sobre la importancia de esta población.
Midiendo la discapacidad
La variación en las tasas de prevalencia entre los países de la región está relacionada principalmente con dos factores: 1) la estructura demográfica del país, y 2) cómo se mide la discapacidad. Dicho de otra manera, las palabras importan cuando se mide la discapacidad. Los censos de los países que no siguieron el enfoque recomendado por los expertos de la ONU registraron tasas más bajas. Si bien 7 de los 8 países del estudio aplicaron alguna versión de las preguntas recomendadas sobre limitaciones funcionales, muchos países hicieron ajustes a las preguntas sugeridas, y esta improvisación afectó la medición. Incluir una pregunta de filtro como “¿alguien en el hogar tiene una discapacidad?” o una pregunta adicional que usaba lenguaje estigmatizante se vio asociado con una menor tasa de reporte.
Aunque fueron pocos los países que siguieron las preguntas recomendadas, existen datos demográficos detallados para todos los países en la región. Por lo tanto, decidimos usar las tasas de prevalencia de Uruguay (un país que siguió de cerca las recomendaciones del grupo de expertos de la ONU) para estimar las tasas de prevalencia en los 26 países de la región y proyectarlas hacia el futuro. Utilizando la estructura demográfica de los países en 2020 y 2050, y aplicando tasas de prevalencia específicas por edad y sexo (medidas a partir del censo en Uruguay), proyectamos que las tasas de prevalencia en los países con las estructuras de edad más jóvenes (Guatemala, Haití y Honduras) aumentará aproximadamente de 12% en 2020 a 15-17% en 2050. Para Barbados y Uruguay, los países más avanzados en la transición demográfica, la tasa de prevalencia aumentará de 18-20% en 2020 a 22-25% en 2050.
Un futuro de inclusión
Para la región de ALC en su conjunto, se espera que las personas con discapacidad aumenten de aproximadamente 88 millones en 2020 a 146 millones en 2050, si las tasas de prevalencia de discapacidad se mantienen constantes para cada grupo etario.[1] Estas proyecciones sugieren que las políticas de inclusión y la tecnología para promover la infraestructura accesible cobrarán cada vez más importancia en nuestra región.
El BID trabaja para garantizar oportunidades económicas y sociales para las personas con discapacidad en toda América Latina y el Caribe. El Banco está apoyando préstamos multisectoriales en Panamá, Colombia y Ecuador que representan un compromiso con un enfoque más articulado y menos fragmentado para la inclusión de la discapacidad. El reciente seminario web “Hackeando barreras: tecnologías para ciudades inclusivas y accesibles” destaca tecnologías rentables y escalables para avanzar esta meta.

Queda mucho por hacer. Para promover una imagen más precisa sobre la dinámica de la prevalencia de la discapacidad entre los responsables de la formulación de políticas, la coalición tal vez deba considerar un nuevo identificador: Wethe15+.
[1] Realizamos el mismo ejercicio con otro país que tiene una alta fidelidad a las preguntas recomendadas (República Dominicana). Los resultados son similares y no se ven afectados por la distinta composición etaria de la República Dominicana y Uruguay. Dado que el total proyectado usando a la República Dominicana de base es de 162 millones y a Uruguay de 146 millones usamos a 150 millones como estimado de 2050. El ejercicio asume que los rangos etarios se mantienen de forma constante con el pasar del tiempo. De todas formas, estos rangos varían con el tiempo y hay cambios en la relación entre discapacidad y edad o funcionalidades relacionadas conectados a los cambios en diseños de infraestructuras y servicios universales, ajustes razonables y disponibilidad de tecnología.
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