Después de un año de aplazamiento y de muchas dificultades para asegurar medidas óptimas de bioseguridad, por fin se celebraron los Juegos Paralímpicos de Tokio. ¡Fueron muy raros! Lo que normalmente se caracteriza por ser un carnaval de celebración de la vida, la diversidad y la belleza, está vez tuvo al silencio de los estadios como protagonista debido, justamente, a los protocolos sanitarios por la realidad de la pandemia.
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Pero hay silencios que gritan cosas. Y el silencio de los escenarios en Tokyo logró atravesar de manera contundente algunos mensajes muy claros que no sólo hablan; también gritan:
- La determinación de los atletas, que nunca dejaron de creer en el sueño del podio Paralímpico, hizo que todos los esfuerzos del pueblo japonés y de todas las autoridades para sacar adelante los Juegos hayan valido la pena.
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- Los atletas de América Latina brillaron como nunca en la historia. Se consiguieron 152 medallas, 30 más que en Rio 2016 y 60 más que en Londres 2012. Nunca antes tantos países de la región alcanzaron un metal en los Juegos, destacando las primeras medallas en la historia de El Salvador, Costa Rica y Ecuador, la primera medalla en 20 años de Perú, el avance espectacular de Colombia (2 en Londres, 17 en Rio a 24 en Tokio, tan sólo superados en número de medallas por Estados Unidos y Brasil en la región) y la irrupción de Chile (de 0 en Rio a 6 metales en Tokio).
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- Cada vez son más los países que están construyendo un PROCESO. Los gobiernos y Comités Paralímpicos Nacionales se han tomado la tarea en serio. A pesar de que el apoyo siempre puede ser mayor, la inversión de los estados en los atletas Paralímpicos continúa creciendo, manteniendo la tarea pendiente del financiamiento privado.
Cómo el BID apoya el deporte Paralímpico
Desde 2016, el banco ha apoyado proyectos de desarrollo Paralímpico en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Perú y República Dominicana. Ahora estamos empezando una nueva cooperación en Guatemala, Trinidad & Tobago, Paraguay.
Seis de de estos países mejoraron en dos indicadores clave que dan testimonio sobre el trabajo que se ha hecho: el número de atletas que clasificaron a Tokio y el número de medallas que se ganaron. Los otros dos (Nicaragua y República Dominicana), mantuvieron los resultados de Rio . Este dato es importante cuando se analiza en perspectiva: sólo un 20% de los países del mundo avanzaron en esos dos indicadores.
Pero el objetivo del Movimiento Paralímpico no es ganar medallas ni clasificar atletas sino crear una sociedad más inclusiva a través del Para deporte. Y los proyectos del BID se enfocan más en llevar al deporte adaptado a las comunidades para transformar mentes y corazones que en producir atletas de alto rendimiento.
Los Para atletas son reconocidos representantes de las personas con discapacidad y utilizan plataformas como los Juegos Paralímpicos para convertirse en modelos para la sociedad. Hoy muchos niños les dicen a sus padres que quieren ser como Daniel Días, nadador brasileño ganador de 27 medallas en Juegos Paralímpicos, Herbert Aceituno, pesista salvadoreño que le dio la primera medalla en la historia del Salvador en Tokio 2020 o Mauricio Valencia, primer colombiano campeón Paralímpico en jabalina.
Terminar con el silencio
Sin embargo, estos gritos tan claros y pertinentes, entendiendo al deporte como una poderosa herramienta para lograr cambios en la sociedad, no están llegando a todos los rincones de la región. Aunque 4.25 billones de personas vieron los Juegos por televisión, en América Latina sólo México, Brasil, Chile y Argentina pudieron seguir las justas de Tokio en directo. En una rueda de prensa celebrando su regreso Mauricio Valencia lo dijo muy claro:
Ustedes se imaginan haber transmitido eso en directo […] Todo el mundo apretando y sacar ese jabalinazo buscando el oro, y encontrarlo, eso se grita como un gol. […] Ojalá ustedes, como entes de la información, puedan darle eso de primera mano a Colombia, al deporte paralímpico, a las familias de cada atleta, de vivir el deporte ahí en vivo para poder venir a decirles ‘ey, siguieron creciendo al igual que nosotros”.
Tiene razón. Ese silencio también es escandaloso. Los aplausos no pueden ser en diferido. Hay que celebrar los resultados de Tokio 2020 como se merece, pero también hay que continuar trabajando para que ese silencio se convierta en fiesta; para que toda la sociedad y las empresas privadas se sientan representadas y la emoción y los gritos de inclusión lleguen a todas las instancias de nuestra sociedad.
Concuerdo plenamente con Usted Juan Pablo en su análisis de la cobertura mediatica mundial a los Juegos Paralimpicos Tpkyo 2020. Nos falta mucho como sociedad para ser plenamente incluyentes. Soy miembro de la Fundación Diversidad Funcional-FUNDIF- Proyectos para la plena inclusión. Quisiera poder contactarme con Usted o con algún otro funcionario del BID en Ecuador.
Muchas gracias por su muy interesante y profunda reflexión.
Concuerdo también con David, Juan Pablo. Pero no creen que ustedes que podríamos tener una “plena inclusión” si personas con y sin discapacidad participaran en igualdad de condiciones? Ojalá podamos reflexionar sobre esto. Saludos desde Guayaquil, Ecuador