5 minutos de lectura.
«Valoramos los logros y valoramos aún más el camino que se recorre para alcanzarlos». Lo dijo Lorena Rodríguez Bu, gerente interina del Sector de Conocimiento, Innovación y Comunicaciones del Grupo BID, en la final de «Superhéroes del Desarrollo», el evento que desde 2018 destaca la labor de unidades ejecutoras y clientes del Banco. Se trata de un reconocimiento al esfuerzo de aquellos equipos de trabajo que, en el terreno y pese a las complejas adversidades que enfrentan, sacan adelante los proyectos financiados por el BID.
Esta vez fueron 7 las unidades ejecutoras preseleccionadas, entre un total de 77 postulaciones de 23 países de América Latina y el Caribe. Un panel de expertos de distintos sectores del Grupo BID eligió estos casos por la magnitud de los desafíos que enfrentaron y la relevancia de las lecciones que documentaron. Finalmente, 4 proyectos fueron escogidos como ganadores, tras la deliberación de un jurado compuesto por miembros de la alta administración del Banco.
«Hablar de desafíos y soluciones es vital, porque de ahí podemos extraer aprendizajes y experiencias que pueden beneficiar a otros proyectos y a otros países», explicó Reina Irene Mejía, presidenta interina del Grupo BID, en el conversatorio virtual con representantes de los proyectos ganadores. Según Mejía, las lecciones aprendidas que emergen de estas iniciativas permiten diseñar e implementar mejores proyectos de desarrollo: «Los ejecutores de un programa nuevo, por ejemplo, pueden diseñarlo e implementarlo de manera más efectiva y eficiente si conocen el camino que alguien más recorrió. Así, podrán prever desafíos que otros ya enfrentaron e, incluso, podrán evitar errores del pasado». Mejía explicó que, de esta manera, se avanza hacia «la excelencia operativa», es decir, hacia una mayor «eficiencia y efectividad» en las operaciones que apoya el BID para alcanzar objetivos de desarrollo.
Se aprende de proyectos en ejecución y también de los ya finalizados
Más que un concurso, «Superhéroes del Desarrollo» se ha consolidado como una plataforma de conocimiento —un instrumento de AcademiaBID— que sistematiza y difunde aprendizajes, útiles para cualquier unidad ejecutora o cliente que pueda encontrar allí respuestas ante sus propios desafíos.
En la quinta edición de este evento se premiaron dos proyectos actualmente en implementación. Uno de ellos, de Trinidad y Tobago, consiste en el uso de pasto vetiver como solución basada en la naturaleza. Por sus raíces de hasta tres metros y otras características, este tipo de pasto evita deslizamientos de tierra e inundaciones. El obstáculo que debió enfrentar IAMovement —la contraparte fue el escepticismo. Las personas no estaban seguras de que una planta fuera más efectiva que muros de contención hechos con acero y cemento. ¿Cómo convencieron a potenciales aliados de las bondades del proyecto y cómo consiguieron inversiones que superaron en cinco veces lo inicialmente presupuestado? Escuche a continuación la historia contada por Jonathan Barcant, líder técnico de IAMovement:
La segunda iniciativa premiada, aún en ejecución, es del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social de México. Allí, en el estado de Tabasco, se propusieron llevar a cabo un programa de tutorías telefónicas para ayudar a estudiantes a recuperar aprendizajes matemáticos. El confinamiento al que se vieron obligados, con ocasión de la pandemia, provocó que muchos olvidaran operaciones sencillas que antes estaban en capacidad de hacer, como divisiones y multiplicaciones de varios dígitos. El problema: en los hogares desconfiaban de las llamadas ante el temor de una estafa y colgaban el teléfono. ¿Cómo lograron realizar las tutorías cuando en los hogares ni siquiera atendían las llamadas? El siguiente es el testimonio de Felipe José Hevia, coordinador general del proyecto:
Los otros dos ganadores corresponden a iniciativas cuya ejecución ya finalizó. Uno de esos casos es el Programa para el fortalecimiento institucional de la Contraloría General de Colombia. Allí, la pandemia amenazó con paralizar por completo al equipo ejecutor y a la propia entidad de control fiscal, que entonces dependía de manera significativa de la presencialidad y el papel. Parte del desafío era orientar a los funcionarios de la Contraloría en el propósito de avanzar hacia la virtualidad, para así darle continuidad a las actividades. ¿Cómo consiguieron ejecutar más del 99 por ciento de la operación de préstamo en el año 2020 —el más impactante de la pandemia— y cómo inspiraron con su ejemplo al resto de funcionarios de la organización? Juan Carlos Ospina, gerente de la unidad ejecutora, contó así esta historia:
El cuarto ganador —el segundo cuya operación ya terminó— tiene relación con la construcción del parque eólico Valentines, en Uruguay, como parte de una ambiciosa estrategia para transformar la matriz energética de ese país. Para ello, se requerían inversiones adicionales a las que ofrecían actores institucionales tradicionales (fondos de pensiones e inversión, por ejemplo). Pensaron entonces en sumar a ciudadanos de a pie como accionistas minoritarios. El reto que tenían por delante era persuadir a la gente de invertir parte de sus ahorros en algo que podía parecer complicado: la Bolsa de Valores de Montevideo. ¿Cómo lograron que los uruguayos, en cualquier barrio o pueblo, hicieran de esta una transacción sencilla a la vuelta de la esquina? La respuesta la dio el equipo de Areaflin, empresa a cargo del parque eólico Valentines:
Compartir estas historias y aprendizajes, con el objetivo de hacer proyectos cada vez más efectivos y eficientes, va más allá del simple cumplimiento de indicadores. Según la presidenta Mejía, «se trata de ejecutar programas que hagan una diferencia en la vida de nuestra gente, especialmente los más vulnerables. Las necesidades siguen siendo muchísimas y los recursos siguen siendo limitados […] Seguimos y seguiremos en la búsqueda de más superhéroes».
Por Luz Ángela Ferro, David Zepeda, Dan Larrota, Ana Libisch y Andres Gomez del BID.
Leave a Reply