Reflexiones sobre cómo diseñar plataformas de aprendizaje abierto de manera efectiva
Hace unas semanas asistí a una conversa en donde participó Luis Von Ahn, fundador y CEO de Duolingo, una de las plataformas en línea para aprender idiomas más utilizadas a nivel mundial, con más de 300 millones de suscriptores. Escuchar a una persona que a sus 40 años ha fundado dos empresas sumamente exitosas, de las cuales una fue vendida a Google cuando él apenas comenzaba su tercera década, fue fascinante. Luis es nativo de Guatemala, en donde estudió hasta graduarse de la secundaria; obtuvo una licenciatura en matemáticas de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, y un doctorado en ciencias de la computación, por la Universidad de Carnegie Mellon en Pennsylvania, donde actualmente reside.
Entre tantas anécdotas que compartió durante la sesión, la que más capturó mi atención fue la razón por la que Duolingo, como un jugador más en un ecosistema amplio y diverso de herramientas para aprender idiomas, ha sido de las más demandadas y populares en el mercado. El propósito es simple, resaltó Luis: enseñar idiomas, de forma gratuita. Luego de su éxito a nivel mundial, este norte no ha cambiado. Duolingo se reinventa constantemente, adaptándose a sus usuarios y entendiendo la forma en la que el ser humano aprende.
Seamos diseñadores de programas de aprendizaje, tecnólogos, o emprendedores, podemos aprender mucho del modelo ingenioso que ha creado Duolingo para crear y entregar recursos de aprendizaje más efectivos.
No tienes que identificar un nuevo problema, sino una nueva solución
Cuando Luis Von Ahn concluyó su charla, salí con una gran lección para tener en cuenta cuando estamos pensando en diseñar un proyecto nuevo. Muchas veces las soluciones no se traducen a inventar algo nuevo, sino más bien a utilizar de distinta forma recursos ya existentes.
En una época en donde las migraciones son cada vez más comunes, ya sea por motivos opcionales o fines necesarios, ser bilingüe, trilingüe o políglota se ha vuelto más la regla que la excepción. El idioma es posiblemente la herramienta más valiosa que tiene un ser humano para adaptarse y volverse parte de una nueva sociedad. Las personas están en constante búsqueda de opciones que les permita aprender un nuevo idioma, que se adecúen a sus necesidades, preferencias y, mejor aún, forma de aprendizaje. Hay mucha competencia existente en el campo de aprendizaje de idiomas, y muchos formatos distintos, sin embargo, encontrar una opción que calce con tus necesidades perfectamente, es virtualmente imposible, ¿no? En eso, Duolingo ha tratado de cambiar la respuesta.
Incorporar la retroalimentación y las preferencias de tus usuarios
Las nuevas tecnologías han invertido los roles de las aplicaciones electrónicas comparado con los formatos tradicionales del aprendizaje. Por medio de inteligencia artificial y técnicas como el aprendizaje profundo, la plataforma adapta la estrategia pedagógica a las distinciones y preferencias del usuario y no al revés, como sucede con materiales o formatos más tradicionales o “rígidos”.
Duolingo utiliza inteligencia artificial y aprendizaje de máquina para entender la forma en la que los usuarios interactúan con la aplicación y luego medir la efectividad de su aprendizaje. Así, desarrolla a la medida las lecciones que cada persona toma, para que se adecúen a sus necesidades y características de aprendizaje. Asimismo, por medio procesos constantes de ensayo y error, prueba nuevos métodos y técnicas a grupos de control para analizar si son efectivos y eventualmente poder desarrollarlos para todos los usuarios. Por otro lado, sigue dependiendo de canales habituales como los mensajes de texto y correo electrónico para felicitar a los estudiantes por completar una lección y motivarlos a comenzar la siguiente; sumado a esto, se está trabajando en una modalidad complementaria, que permite agendar sesiones personales entre estudiantes que se encuentran en la misma localidad.
Aprender es un maratón, no un sprint
Para mí, la estrategia de ventas ideal de una herramienta similar sería “aprende un nuevo idioma, lo más rápido posible”. Como percibí en la charla, Luis Von Anh piensa completamente distinto. Él argumenta que, completando ejercicios más complejos, el aprendizaje es más rápido; no obstante, el nivel de deserción es mayor. Por su lado, Duolingo le ha apostado más al componente “adictivo” de la plataforma para que los usuarios se enganchen y completen la mayor cantidad de lecciones para aprender un idioma. Es decir, la mira está en la maratón y no en el sprint. Evidentemente, fue la apuesta ganadora. Según su fundador, el reto más grande que enfrenta una persona tratando de aprender una lengua nueva de forma individual, es mantenerse motivado para continuar haciéndolo. Con esto en mente, Duolingo le marca metas cortas a los estudiantes, los felicita al terminarlas, les envía mensajes de motivación y les otorga puntos virtuales (de otra forma, sin valor en la vida real) al terminar las lecciones, que el usuario acumula y de alguna forma, les genera incentivos para continuar.
El aprendizaje virtual no tiene que ser una experiencia pesada para el estudiante y luego de escuchar a Luis, me queda aún más claro que un enfoque “una talla para todos”, cada vez está quedando más relegado a los libros de historia. Al desarrollar una herramienta de aprendizaje, debemos de tener muy claro cuál es nuestro objetivo final y entender que hay muchas formas, dependiendo de la audiencia que estamos tratando de cautivar, de llegar a él. Aprendizaje no tiene que ser equivalente a carga; como vimos en este ejemplo, las formas son muy variadas para alcanzarlo, incluyendo el uso de técnicas no tradicionales o a veces, consideradas obsoletas, para ser aún más efectivos.
Por David Zepeda, Especialista de Conocimiento y Aprendizaje del BID
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