La digitalización está redefiniendo nuestra manera de relacionarnos, trabajar y aprender, especialmente para personas con discapacidad, al ofrecerles nuevas herramientas que eliminan barreras tradicionales. Sin embargo, para que estas tecnologías cumplan realmente con su potencial de inclusión, deben ser accesibles para todos. Según proyecciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la población con discapacidad en América Latina y el Caribe aumentará del 15% en 2020 al 20% en 2050. Esta tendencia subraya la urgencia de garantizar que los entornos digitales sean accesibles e inclusivos.
¿Qué es la accesibilidad web en la práctica?
Hablar de accesibilidad web significa asegurar que todos los recursos digitales, desde sitios web y aplicaciones móviles hasta documentos y presentaciones que compartimos a diario, estén pensados desde el inicio para que cualquier persona pueda acceder fácilmente a ellos, independientemente de si tiene una discapacidad visual, auditiva, motriz o cognitiva. No se trata solamente de aspectos técnicos avanzados, sino de entender que todos tenemos formas diferentes de interactuar con la tecnología.
Cuando diseñamos pensando en la accesibilidad, generalmente creamos mejores productos para todos los usuarios. Por ejemplo, los subtítulos no solo benefician a personas con discapacidad auditiva, sino también a quienes aprenden idiomas o se encuentran en entornos ruidosos.
Finalmente, la accesibilidad web es un derecho humano reconocido tanto por legislaciones nacionales como por marcos internacionales. Por ejemplo, países como Estados Unidos (a través de la Section 508 de la Rehabilitation Act) y la Unión Europea (mediante la Directiva de Accesibilidad Web 2016/2102) han establecido normativas específicas sobre accesibilidad digital. A nivel internacional, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) de las Naciones Unidas (2006) reconoce el acceso a la información y la comunicación, incluida la tecnología digital, como un derecho fundamental.
Garantizar este acceso implica facilitar información y asegurar que esté presentada de forma que pueda ser accedido, utilizado y comprendido por la mayor cantidad de personas. De lo contrario, el derecho al acceso a la información no se cumple de manera plena ni equitativa.
¿A quién beneficia la accesibilidad?

Al crear o compartir información digital — sea un documento interno, una presentación, un correo electrónico o un posteo en redes — conviene tener en cuenta algunas ideas básicas:
- Que nuestro contenido sea perceptible: asegurándonos que la información pueda ser captada a través de más de un sentido, y no dependa exclusivamente de la vista o del oído.
- Que sea operable: es decir, que cualquier persona pueda interactuar con nuestro contenido de manera sencilla, sin importar qué dispositivos o métodos utilice.
- Que sea comprensible: usando textos claros, bien estructurados y coherentes para facilitar la lectura y el entendimiento de quienes nos leen o escuchan.
- Que sea robusto: implica que el contenido digital debe poder ser interpretado correctamente por una amplia variedad de tecnologías.
Para ello, se deben desarrollar con base en estándares abiertos y buenas prácticas técnicas, como el uso de HTML semántico y estructuras accesibles.
Considerar estos aspectos no solo mejora el alcance de nuestro mensaje, sino que contribuye a crear un entorno digital inclusivo para todas las personas.
¿Como hacer tus recursos digitales más accesibles?
Hay varias iniciativas brindadas por el BID para fortalecer la accesibilidad digital en América Latina y el Caribe. Entre ellas se destaca el curso gratuito “Accesibilidad en Documentos Digitales“, dirigido a profesionales interesados en crear contenidos accesibles alineados con estándares internacionales. Además, en el sitio del área dedicada a esta temática, se encuentran los accesos al curso y otros recursos.
A continuación, compartimos 5 recomendaciones prácticas que pueden ayudarte a aplicar los principios mencionados anteriormente —perceptible, operable, comprensible y robusto— en tus documentos digitales.
- Contraste de colores: Usa herramientas gratuitas como WebAIM o Contrast Checker para verificar el contraste adecuado entre textos y fondos, asegurando una legibilidad óptima. Un contraste adecuado permite percibir correctamente la información sin esfuerzo visual excesivo.
- Imágenes alternativas (Alt Text): Añade descripciones breves y significativas a todas las imágenes para que los lectores de pantalla puedan interpretarlas correctamente. Esto permite que las personas que utilizan lectores de pantalla accedan a la información visual por medios alternativos, haciendo que el contenido sea perceptible sin depender de la vista.
- Subtitulado en videos: Incorpora subtítulos claros y sincronizados en todos tus videos para que las personas sordas o con dificultades auditivas puedan percibir el contenido auditivo a través de texto. Herramientas como YouTube ofrecen funciones automáticas que facilitan este proceso, pero es importante revisarlos para asegurar su precisión.
- Estructura clara y coherente: Usa títulos jerárquicos (H1, H2, H3) de forma lógica para estructurar el contenido. Esto permite que las personas que navegan con lectores de pantalla puedan operar el sitio desplazándose por secciones y también comprender mejor la organización de la información. Una estructura bien definida mejora la experiencia para todos los usuarios.
- Navegación por teclado: Asegúrate que los usuarios puedan acceder a todo el contenido y funcionalidades del sitio exclusivamente mediante teclado, especialmente utilizando la tecla “tabulador” para avanzar entre elementos. Muchas personas con discapacidades motoras, visuales o que utilizan lectores de pantalla no pueden usar un mouse y dependen exclusivamente del teclado para navegar. Si un sitio no permite moverse y operar sus funciones por este medio directamente, se vuelve inaccesible para quienes lo necesitan.
Un futuro inclusivo empieza hoy
La accesibilidad web no es solo una cuestión de cumplimiento normativo, sino un compromiso con la inclusión y la equidad. Al implementar estos principios básicos de accesibilidad, no solo amplías la audiencia potencial de tus contenidos digitales, sino que contribuyes activamente a construir una sociedad más integradora y justa. Te invitamos a explorar los recursos disponibles en las iniciativas del BID y dar el primer paso hacia una transformación digital accesible para todos.
¿Cómo planeas implementar la accesibilidad digital en tu día a día? Te leemos en los comentarios
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