Seamos realistas. Cuando estudiamos lo hacemos porque queremos ganar dinero. Poca gente va a la universidad, especialmente a nivel de posgrado, por mero amor al conocimiento. ¿O no? Si bien queremos estudiar cosas que nos gustan, para no sufrir toda la vida haciendo cosas que lleguemos a considerar una tortura, esperamos que nos paguen por hacerlo. Y queremos que nos paguen bien.
Hace unas semanas analizaba en un post anterior si estudiar paga a largo plazo. La conclusión del mismo, de que estudiar paga a lo largo de la vida, fue ampliamente resistida y, analizándolo más en profundidad, esto quizá se debe a que depende mucho de qué estudiamos y dónde. Si bien la conclusión general de que estudiar paga es correcta estadísticamente, estudiar algunas cosas, especialmente si es a crédito, puede resultar menos rentable.
Veamos por ejemplo qué dice un reciente artículo del The Econocomist titulado ‘¿Vale la pena la universidad?‘. El artículo mencionaba dos cosas que podrían parecer de sentido común, pero que no son tan fáciles como parecen. La primera, estudiar en áreas que el mercado no demanda no es rentable. Obvio, es como vender arena en el desierto: si decides una carrera en la que ya hay sobreoferta no te van a pagar bien. La segunda, los títulos de las universidades no son iguales a la hora de buscar trabajo.
¿Y qué podemos hacer con esa información? Depende del país donde vivimos. Lastimosamente, no son muchos los países que dan información a los jóvenes sobre cuáles son las carreras que demanda el mercado, y qué universidades tienen mejores retornos al entrar al mundo laboral. El problema es que a la hora de postular a la universidad, sin esa información, un joven no conoce el mercado y, a menos que tenga una bola de cristal, no tiene idea de qué profesiones necesitarán las empresas en cinco años cuando esté buscando trabajo.
Los servicios de empleo se presentan como una alternativa para responder a parte de este dilema. Un buen servicio de empleo debe tener contacto con empleadores y proveer información de mercado. Esta información después debe entregarse a los buscadores de empleo y a los estudiantes. Este reto sigue pendiente en muchos países, y no solamente de los países en vías de desarrollo. La articulación público-privada de políticas de educación y el flujo de información entre empleadores y educadores es aún un gran reto.
¿Qué les queda a los jóvenes? Una receta que puede funcionar: revisen convocatorias en periódicos y servicios de empleo, pregunten cuánto gana cada profesión y después vean el tamaño de la matrícula por carreras. Ésa puede ser una aproximación para discutir con profesores o incluso con orientadores laborales de colegios o servicios de empleo. Hagan su propio estudio de mercado, y exijan más información. Se juegan el futuro, así que planeen bien su inversión y busquen toda la información que puedan. Si buscan encontraran recursos, unos ejemplos acá para España, Colombia y Chile. Tu país o tu municipio pueden tener recursos útiles si buscas y preguntas.
Les invito además a compartir como comentario otros vínculos o experiencias que les funcionaron o dudas que les surgen a la hora de definir carrera, a ver si logramos tener algunas guías… aunque sean informales.

Muy bueno el articulo
Trabajo con jóvenes d economía informal en Honduras
Qué pena me da leer este tipo de artículos, en donde se presume que el motivo para estudiar es para ganar dinero.
Este incentivo lleva a profesionales infelices y frustrados con sus carreras y que esperan a jubilarse para hacer lo que realmente les gusta.
A todo les propongo, y con certeza en muchos casos, que estudien lo que aman, y que lo hagan PORQUE LO DISFRUTAN! Si aman lo que hacen, pasarán más tiempo haciéndolo, y si pasan mucho tiempo haciendo algo, indefectiblemente te vuelves bueno en eso. Y si te vuelven bueno en alguna actividad, encontrarás la forma de vivir de eso de una buena manera. Espero contribuir al debate desde mi postura. Saludos!
Comparto completamente su posición, si uno estudia una determinada disciplina no es por DINERO, sino por PASION a dicha disciplina que uno además debe escoger sin que nadie se la imponga; caso contrario el joven se frustra, no encuentra empleo, gana poco dinero y finalmente SE DEDICA A TAREAS AJENAS A LO QUE ESTUDIÓ. Un profesor decía que uno sea ZAPATERO pero que sea por vocación y no por imposición. Lamentablemente, hay ingenieros ejerciendo de economistas, filósofos ejerciendo como Contadores, Ingenieros Eléctricos haciendo de Ingenieros Civiles, no pues…estamos de cabeza…Zapatero a tu zapato, disfrutarás de lo que haces y de premio Ganarás bien…lo que tu quieras
Realmente creo que el artículo se enfoca en que se debe analizar bien a la hora de elegir una carrera profesional, puesto que luego viviremos de ella; y si se estudia algo que no pueda ser rentabilizado en el futuro (debido a los avances tecnológicos, o a variaciones en el mercado) sufriremos las consecuencias, puesto que hay profesiones que tienden a desaparecer. Respecto a esta parte: *Poca gente va a la universidad, especialmente a nivel de posgrado, por mero amor al conocimiento.* estoy de acuerdo en parte. En mi caso, estoy por realizar una maestría, primero porque quiero especializarme en lo que hago, porque me encanta, y segundo porque quiero, producto de ese estudio, tener una mejor renta. Osea el objetivo es doble y no por ello es malo. Todos queremos mejorar nuestra situación económica, y si para ello debo realizar un análisis del mercado antes de invertir en educación no lo veo mal.